viernes, septiembre 08, 2006

Buscando paralelos entre Hungría y España a través de la lengua, sus reminiscencias, estereotipos y malformaciones

Si como decía Levi Strauss la lengua determina, explica u orquesta en buena medida la forma de actuar de un individuo o un grupo, la comparación lingüística entre dos o más lenguas podría también explicar o salvar las diferencias encontrando el hueco justo donde colocar la mano para el saludo y el gesto o la palabra apropiada donde construir el puente que nos salve. Este interés es aplicable, claro está, tanto para las ventas como para las relaciones personales y ni que decir para la ansiada construcción de la identidad europea unívoca.

Surfear el húngaro buscando en sus términos pistas sobre cuál es la imagen que se tiene desde la antigua Panonia sobre la península ibérica y sus habitantes no es, en principio, una tarea muy complicada. Los puntos en común están paridos por la globalización de cada época, por las invasiones que más o menos pulularon por Europa durante los últimos 2000 ó 3000 años y que fueron dejando restos esparcidos con mayor o menor pasión. Hay quien dice haber encontrado extrañas coincidencias que nos invitan a un terreno aún por descubrir, a un antepasado común, tal vez a alguna de aquellas bandas inexplicables que llegaron a España mucho antes que los romanos. ¿Qué se sabe a ciencia cierta de los íberos? Nanai.

Personalmente me he dedicado a registrar los cuatro términos donde sin lugar a dudas se habla de España y de sus habitantes. Lamentablemente la imagen que de aquí se desprende es Duravid, cruel y enloquecida. Seguro que alguno o alguna de las lectoras del 15! puede agregar alguna otra palabra, pero de momento he conseguido las siguientes: Spanyol kőr, en referencia a la sífilis; Spanyolcsizma, un elemento medieval de tortura que consistía en una argolla con pinchos clavada en una de las piernas del reo; spanyol nadha, la famosa gripe española del ’18, igualita a la actual gripe del pollo; y la spanyolviasza, la cera española, que no se bien a qué se refiere pero su uso no es muy elegante que digamos; se suele decir despectivamente cuando alguien va de fantasma: “¿Tu acaso inventaste la cera española?”.

Y por último para que quede bien clarito que a Hungría los españoles mejor que vengan con casco, por lo de Tiro al pollo, o “Pollo al blanco” de Brezina, aquello de őröl spanyol, español loco, que claro, siempre es mejor y más alegre que alguna otra variedad de algún tono más visceral como por ejemplo cerdo español o español de mierda.

Ahora cada uno tiene que contar como le ha ido en la feria y entre todos comparar nuestras experiencias personales en estas tierras para ver si efectivamente nos buscan para complementar la sopa de pescado con un buen caldo de pollo español o prefieren nuestra supuesta vivacidad y alegría latina para la sobremesa.

Espero que disfrutéis con esta colección de artículos de “Buscando paralelos entre Hungría y España a través de la lengua, sus reminiscencias, estereotipos y malformaciones” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.

XIV Coloquio Internacional de Lengua y Literatura Catalana

por Sebastián Santos


El 4 de septiembre y hasta el próximo día 9 se celebra en Budapest el XIV Coloquio Internacional de Lengua y Literatura Catalana.
El encuentro está organizado por la l’Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes (AILLC) y se celebra en la ELTE, la Universidad Eötvös Loránd de Budapest.
Los organizadores han puesto a disposición de los asistentes y público en general una muy competente página web donde se puede consultar la programación general e incluso una reseña de cada una de las comunicaciones que se presentan.

En breves líneas los temas a tratar en el Coloquio, en palabras de sus organizadores, son los contactos internacionales de la literatura y la lengua catalana y fraseología en general.
El Coloquio a su vez se estructura en conferencias plenarias, ponencias, mesas redondas y comunicaciones.

Septiembre es un mes especialmente importante para el pueblo catalán ya que el 11 de septiembre se festeja la Diada de Catalunya, una fiesta nacional de tono reivindicativo en la cual se recuerda, entre reclamos y festejos, la derrota sufrida frente a Felipe V de Borbón en 1714, a partir de la cual Catalunya perdió las libertades nacionales, sus propias leyes y peor aún, la cultura y la lengua catalana quedaron prohibidas de la vida pública.

Coincidiendo con este momento de exaltación patriótica cabe interpretar este Coloquio como una avanzada económico-cultural de Catalunya hacia el Este europeo. Este el primero que se realiza en la nueva Europa Comunitaria, después haber pasado por Estrasburg (1968), Amsterdam (1970), Cambridge (1973), Basilea (1976), Andorra-Barcelona (1979), Roma (1982), Salou-Tarragona (1985), Tolosa de Llenguadoc (1988), Alacant-Elx (1991), Frankfurt am Main (1994), Palma de Mallorca (1997), París (2000) y Girona (2003).

La expansión de las empresas catalanas en esta parte de Europa es selectiva y digamos hasta exquisita. No participa como el capital de otras partes de Europa del Oeste del gran bocado que representan estos países emergentes, pero sí, con habilidad van ubicándose y copando pequeños terrenos a partir de una delicada trama donde mezclan desarrollo tecnológico y mito latino.
Un buen ejemplo de ello son justamente buena parte de los patrocinadores de este evento: la SEAT, automotores; el grupo ETS, asesoría en ingeniería de la construcción; ARES, transportes internacionales y ESMA, publicidad.
En esta línea la Generalitat y las Universidad de Vic y Ramón Llull forman parte de otro especializado conglomerado financiero que tiene por objetivo vender la obra literaria catalana, al mismo tiempo que promociona Catalunya como destino turístico excelente.

De esta manera no es sorprendente que buena parte del Coloquio esté orientado a las traducciones y a los problemas derivados de ellas. Caben destacar la ponencia de Marina Abràmova “Traducció del Tirant lo Blanc al rus: ¿una altra llengua, un altre lector?” del martes 5; la mesa redonda del jueves 7 “Les traduccions del català a les llengües de l’Europa Centroriental”; y la conferencia de Faluba Kálmán “Coincidències lèxiques entre el català i l’hongarès” del viernes 8.

Exportar piezas de lujo parecería ser la estrategia básica del gobierno de la Generalitat, orquestada a través de diferentes entes, como por ejemplo COPCA (Consorci de Promoció Comercial de Catalunya) y en este caso las Universidades catalanas. No se trata de un negocio para muchos, sino más bien de un negocio de volumen moderado pero a dividir entre muy pocos.
De ahí que también es de elogiar la estrategia selectiva de promoción que han elegido este selecto grupos de húngaros entregados al estudio de la lengua catalana. No traducirán muchos libros, pero son los especialistas y los únicos aptos para ello. Suficiente. Un aplauso para Barbara Łuczak, ldikó Szijj, Kata Pálvölgyi, Dóra Faix, Katalin Kulin, Dóra Bakucz, Sylvia Kotlan, Károly Morvay y Balázs Déri. Espero no olvidarme de ninguno o ninguna.

Y apoyando el terreno de las exportaciones catalanas en Europa Central u Oriental me parece que es de imprescindible lectura la obra de K. Pálvölgyi sobre entonación catalana y húngara.
La mayoría de negocios en este país se hacen mediante traductores simultáneos, personas muy competentes y capaces, pero lo que no pueden evitar, ni explicar instantáneamente, es el código corporal y de entonación catalán o húngaro, posible fruto de malos entendidos ya que el mundo de acentuaciones y la parca o excesiva gesticulación de los hablantes hace que las traducciones aparezcan, a veces, confusas.
Un previo contacto con la variedad cultural del lenguaje, entonación y modos, que tan bien explicaba Michael Agar en su “Language Shock”, acelerarían considerablemente los negocios y la multiplicación de los mismos.

A veces es cierto que esto que he dado en llamar inversión exquisita y selectiva puede a veces presentarse en un formato un tanto forzado. Esa es la sensación primera de este Coloquio. Las coincidencias entre Catalunya y Hungría son más que escasas y tal como reconoce uno de sus principales organizadores, Faluba Kálmár, estas son fundamentalmente indirectas y fruto de los cánones internacionales vigentes. En otros tiempos el latín, hoy el inglés.
La imagen de los catalanes sobre Hungría es pobre y en general se limita a su aspecto externo, al Danubio y a sus grandes y ruinosas edificaciones de la época imperial. No hay, a simple vista, un contacto cercano y profundo de la realidad húngara. La mayoría de referencias, salvando los autores de fines del XIX y principios del XX, son de postal. Se pretende conocer, decir que se conoce, para crear cierta proximidad, digamos de venta, pero esto está muy lejos de ser verdad.
Una excepción sería Eloi Castelló que también participa en el Coloquio a través de su producción, también excepcional, de traducciones del húngaro al catalán. El día 8 habla sobre “Traduccions de frases fetes i expressions col·loquials de la literatura hongaresa comtemporània al cátala.”
Pero es un bicho raro, un amante de lo húngaro, en la línea que ya he comentado, de la estrategia de la especificidad.

La imagen que perdura en Catalunya de Hungría es la de Hungría modelo de autonomía, cuando a fines del XIX consiguió de manos del Emperador Austriaco su propio parlamento y el mantenimiento de su lengua en usos oficiales. Esto fue lo que recogió la Lliga en el famoso y emblemático “Mensaje a Su Majestad Doña María Cristina de Habsburg-Lorena, reina regente” en 1888 con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Barcelona y la venida de la regente a la ciudad.
A partir de ahí Hungría fue, para la burguesía catalana, un símbolo, un espejo donde regodearse, un puede ser y un por qué. Por eso buena parte de los literatos de la época miraban con buenos ojos y con curiosidad las producciones a la orilla del Danubio.
Pero lamentablemente con Franco y su acérrimo odio a lo comunista quedó paralizada la perspectiva húngara y así se mantuvo hasta el día de hoy, en un impasse melancólico. También hay que decir que desde Hungría no se esfuerzan mucho para renovar el imaginario pre-soviético. Estamos a la espera de la renovación cultural, de un ser húngaro un poquito más moderno.

Y para terminar recalcar que en realidad el vínculo fuerte, en términos de identidad política y reivindicaciones catalanistas no sería exactamente con la Hungría país, sino más bien con la Transilvania oprimida, tal como indica Katalin Kulin en su comunicación “Les veus del Pamano de Jaume Cabré i El districte de Sinistra d’Ádám Bodor: paral·lelismes i divergències.” Y es así, en realidad los grupos catalanistas tendrían mucho más de qué hablar con los hungaristas de Transilvania y los que desde Hungría-país defienden sus derechos.

Hungría, desde su lejanía europea, puede ser un buen ejemplo para los que temen por la perduración y el enriquecimiento de su lengua. Su historia está marcada por derrotas y de hecho, como en el caso catalán, sus dos fiestas nacionales más importantes son fracasos políticos-militares, una a favor de los austriacos (1848) y otra a favor de los rusos (1956); ni hablar del penoso estado en que quedó después de ambas Guerras Mundiales.
Pese a todo y con la importante salvedad de que Hungría es un estado-nación, su lengua perdura con tranquilidad y con una buena producción literaria.
Si la apuesta catalana por el desarrollo y la autonomía de las regiones en Europa perdura, probablemente la idea de estado vaya volatilizándose en el conjunto europeo y las regiones tomen el relevo. En este caso el ejemplo húngaro puede ser enriquecedor.

Fuentes:
http://aillcbudapest.elte.hu

Extrañas coincidencias entre el húngaro y el español como lengua extranjera estudiada como L2 después del inglés

por István Papp


En nuestros días el inglés tiene prácticamente una dominancia absoluta en el campo de las segundas lenguas estudiadas. Los estudiantes de lengua materna no indoeuropea están en una situación particularmente difícil por la diferencia de estructura de su propia lengua y la lengua extranjera, el inglés. Este es el caso, por ejemplo, del húngaro, por su sistema de conjugación y declinación y su carácter aglutinante absolutamente distinto de la estructura aislante y analítica del inglés.

Según estadísticas globales, el segundo idioma más estudiado, como lengua extranjera en el mundo, es el español, que pertenece a la familia de las lenguas indoeuropeas. De ahí que manifiesta una relación mas cercana con el inglés, aunque desde la perspectiva lingüística oficial prácticamente no tiene ninguna relación con el húngaro. Pero hay algunos aspectos del español y del húngaro que acercan estas lenguas, al comprarlas con el inglés. Estos aspectos pueden ser divididos en tres grupos. El primero y el segundo pueden ser explicados fácilmente al relacionarse en el primer caso con un sistema de conjugación parecido y en el segundo por coincidencias léxicas*. El tercer aspecto, aunque es el más interesante, es bastante más difícil de explicar.

A pesar de la enorme distancia geográfica, en ambas lenguas aparecen similitudes inexplicables en el modo de la formación de expresiones.
Veamos el primer aspecto.
  1. Para los estudiantes húngaros no hay dificultades en el sistema de preposiciones del español. Es similar al del inglés, pero resulta una sorpresa agradable encontrar similitudes en el sistema de la conjugación que permiten, entre otras cosas, la omisión del sujeto o el ordenamiento de las palabras de forma mucho más flexible.


  2. Las coincidencias léxicas mencionadas en segundo lugar, pueden tener una explicación histórica y etimológica. Los árabes, durante su permanencia en la península Ibérica durante quinientos años enriquecieron el vocabulario español. Y en Hungría, la presencia de los turcos durante siglo y medio también dejó rastros en el vocabulario local. Entonces podemos afirmar con gran probabilidad, que similitudes formales como e.j.: cerdosertés; cervezaser (sör), pueden ser explicadas por palabras comunes árabes-turcas. Aquí podemos mencionar un aspecto fonético observado en el húngaro en palabras recogidas de otras lenguas. Cuando la palabra tiene consonantes l y r, cambian de lugar dentro de la palabra e.j. calfior = kalfiorkarfiol; calrabi = kalarábékaralábé. Curiosamente también, en español existe este fenómeno: AlgeriaArgelia; parolapalabra; etc. Hay palabras comunes recogidas del gitano, por e.j.: chavalcsávó; chorrearcsór, csórel; bujeríabuherál.


  3. La colección de expresiones examinadas según el tercer punto puede ser lo más interesante para estudiantes húngaros de español. A veces se encuentran fenómenos totalmente inexplicables en la formación de frases y estructuras, que manifiestan un pensamiento lingüístico extrañamente similar. El idioma húngaro tuvo una relación estricta con el eslavo en el medioevo, con el italiano en el renacimiento, y después con el alemán durante el dominio de los Habsburgo. No obstante los hechos previamente mencionados, y a pesar de la gran distancia geográfica, encontramos similitudes sorprendentes, cuyas explicaciones científicas son la tarea del futuro.

El español es la única lengua indoeuropea (con excepción del portugués) que usa estructuras como e.j. cuando alguien llama por teléfono: ¿está tu padre?, en húngaro Apukád van? Ambas lenguas omiten el adverbio del lugar. Como sí dijéramos en inglés: Is your father? en lugar de Is there ...? o en italiano: é tuo padre? en vez de c’é tuo padre o en alemán: Ist dein Vater? a cambio de Ist dein Vater dort?

Sin pretender organizar una teoría general comparativa aprovecho para repasar algunos ejemplos interesantes** que presentan similitudes:

  • a lo largo y ancho = széltében – hosszában,

  • en todos los rincones del mundo = a világ minden szegletében vagy zugában,

  • blanco como una pared = fehér mint a fal,

  • ha ofrecido una imagen lamentable = szánalmas képet nyújtott,

  • es cuestión de días = napok kérdése,

  • abrigo = feltöltő,

  • abrigarse = feltöltözni,

  • no cae lejos = nem esik messze,

  • como qué no? = hogy-hogy nem,

  • no hay pero = nincs de!,

  • en que quedamos? = miben maradunk (búcsúzáskor),

  • las malas lenguas dicen = a rossz nyelvek úgy mondják,

  • con un buen sabor de boca = jó szájízzel,

  • humanamente posible = emberileg lehetséges,

  • con el paso del tiempo = az idő múltával,

  • no cabe duda = nem fér kétség,

  • amargarse la vida = megkeseríti az életét,

  • niega rotundamente = kereken tagadja,

  • eso es = ez van,

  • el qué = ami,

  • más bien delgados = jóval soványabbak.


(continuará)

*  Por una parte palabras de origen indoeuropeo que existen también en el húngaro y por otra, palabras de origen árabe-turco.
** Por supuesto, solo interesante para hablantes de ambas lenguas.

Los españoles

por Aranyos Eszter


“Su carácter dominante es el bilioso. Su sangre picante, marrón, está en constante ebullición, esta es la causa de su irritación vehemente; su ánimo no es ligero, más bien denso, y esta es la causa de su pasión indomable. En general les caracteriza una dignidad solemne, la valentía y el amor por la patria, un orgullo nacional exagerado. La infatuación, la soberbia, la lentitud, la tiesa mesurada, y la ampulosidad que sobresale tanto en su habla como en su literatura no los abandonan siquiera en sus más íntimos instantes.
El amor entusiasmado por la patria y el amor a todo lo que es grande y extraordinario, lo heredaron, según parece, de los romanos; la seriedad y la valentía perseverante, de los godos; la lujuria oriental y la propensión a la deleitación y haraganería, de los moros. Y para todo esto les favorece tanto el clima como la naturaleza.

El extranjero, al llegar a España mejor que no cuente con una acogida amable y mejor decir por anticipado que los españoles no confían en quien no conocen. Sus secretos no se los dicen a nadie, nunca salen al encuentro de sus huéspedes y no desconocen las palabras elegantes y sin significado, tan propias de la cortesía y el saludo.
Raras veces se hacen amigos, más raras veces todavía ofrecen sus servicios; pero son hombres de palabra y cumplen a rajatabla lo que prometen.

Su querer es fiel, ardiente; su celos delirantes; su odio y su venganza feroz, incluso cruel.
Su orgullo, por sus propias contradicciones es único en su género; su fanfarronería es muchas veces casi ridícula, contra toda lógica; no obstante llegan a convencer, ridículos pero también serios. La dignidad y un ánimo más que decidido no los dejan ni aún durante sus exageraciones más absurdas.

Su nación es lo primero, lo que se les puede perdonar, ya que tantos otros lo hacen; sin embargo es de una presuntuosidad trastornada creer a su patria la más linda del mundo, o decir: “donde se presenta Madrid, el mundo se calla”, (...).

Su honradez es un refrán. Quién jugó su buena fama y renombre alguna vez a la ligera, no los recuperará nunca más. Siempre quedará marcado por la sociedad.
La honradez, muchas veces, es el resultado de su orgullo, y como tal, no se reduce a la pureza del alma verdadera, sino mejor dicho, a las expresiones externas. Por este motivo, aquí también son habituales los duelos como en Francia, y llegan a ser tan sanguinarios como en Inglaterra. Con la diferencia de que la honradez de un inglés o de un francés, después de un pequeño arañazo en la frente, vuelve a brillar como antes. En cambio las manchas de la honradez de los españoles no se lava ni con sangre. En otros lugares luchan por moda, en el País Español la venganza es inextinguible; en otros lugares los contrincantes se reconcilian, recuperan la amistad o las buenas costumbres, en el País Español no. (...)

Ninguna nación es tan orgullosa como la española, sobre todo por su procedencia goda. Después de la batalla de Xeres (712), el duque Pelayo, el godo, con un grupo de nobles, logró llegar, después de muchos combates, gran audacia y valentía, hasta las montañas de Ausena (en Asturias). A los descendientes de este grupo de héroes se los consideran la raza más original de los godos, les tienen gran respeto, y los invisten con privilegios y prerrogativas excelentes.
Hasta el más pobre de ellos se hace llamar “ilustre Godo” y por nada del mundo se casaría con alguien de otra raza, aunque el o la recomendada fuese rica o noble; todo para que no se bastardee su encomiada pura sangre goda. (...)

Entre las pasiones que los dominan está el vicio por el juego. Todos, grandes y chicos, si pueden, juegan; con tanta pasión que pueden llegar a olvidarlo todo, a arriesgarlo todo. Les gusta divertirse solamente si pueden hacer ruido. Les gusta llamar la atención, dar la nota, alardear, porque todos sufren de una especie de mal por la actuación.
En el País Español es natural también el vicio por el baile, pero el baile siempre que sea “Fandango” o “Seguidilla”, porque los españoles – todo sea por su honor–, no tiene ninguna vergüenza en dar prioridad a todo lo que sea nacional. Solo así se puede entender la alegre e ininterrumpida continuidad de luchas seculares que asolan la península, tan original que es difícil encontrar algún paralelo en otras partes de Europa.

Su país les basta. Todo está en él. Viajar, imitar, innovar no les gusta en absoluto.
Adoran a sus antepasados y a todo lo que provenga de su más lejana prehistoria. No hay otra nación que se apegue tanto a sus tradiciones, ni donde sea más difícil terminar con la multitud de prejuicios enquistados durante siglos y siglos en ella.
Tanto en religión como en política prevalece la imagen externa. En todas partes se imponen los ritos y las costumbres, inundadas de santuchos e ilusiones.

Las más brillantes de sus virtudes son la verdad y la sobriedad y las dos son encomiadas hasta entre la plebe. El comilón desmesurado y el borracho siempre son extranjeros, sobre todo alemán y no se puede olvidar al típico mentiroso francés. (...)

Su imaginación es fervorosa y audaz, y no sin gusto; lo que queda reflejado en su poesía y pintura excelentes. Su mente es ligera, aguda y profunda, pero carece de interés por el trabajo, es falto de perseverancia, y del mas mínimo amor por las ciencias.
Sus universidades perviven gracias a viejos y famosos títulos académicos, pero sin embargo en filosofía, en ciencias naturales, en medicina y en cualquier otra ciencia más mas o menos rigurosa no pasan de principiantes y están mucho más atrás, de cualquier otra nación culta de Europa.
Los españoles brillaron alguna vez en los campos de batalla, pero en el campo de la cultura más noble todavía no han siquiera actuado.
Hubo un tiempo cuando los tesoros de todo un continente se filtraron por aquí y el poder y la gloria elevó a esta nación a su punto más brillante, sin embargo en lo que se refiere a cultura científica no avanzaron ni una página. Aunque lucharon contra los moros y arrastrando cadenas de oro y de hierro hasta llegar a ser espectacularmente poderosos nada cambió en ellos, siguieron siendo una banda de haraganes, tal vez más apasionados y ricos.”

Las líneas anteriores fueron escritas por Rónay Jácint en 1847 y representan, junto con otras obras, como por ejemplo el Mapa intelectual y cotejo de naciones de 1728 de Benito Jerónimo Feijoo, el pensamiento europeo de toda una época, ávido de etiquetar con un rótulo claro y diferencial a cada pueblo.
Ahora invito a todos a opinar sobre la veracidad y persistencia de esta impresión sobre el carácter de los españoles en el foro de nuestro blog.

El texto original ha sido traducido por Aranyos Eszter del libro Nemzetkarakterológiák, redactado por Hunyady György, editado en 2001, Budapest a través de Osiris Kiadó (p.169-175)

¿Una lengua complicada podría desaparecer?

por Kléber Mantilla


Philip Meyer, autor de “The Vanishing Newspaper” dice que el 2043 será el último año de la prensa escrita. Álvaro Vargas Llosa escribió algo parecido en “The Wall Street Journal” y el semanario “The Economist” planteó lo mismo. Dentro de este análisis juega un factor central la tecnología y la homogeneidad lingüística. Por un lado, internet empieza a copar la atención de los lectores y por otro, el idioma común de la tecnología absorbe al resto de lenguas consideradas débiles o difíciles.
En los últimos años los lectores de entre 15 y 24 años dedican un 30% menos a los periódicos tradicionales desde el momento en que acceden a internet. En este momento, son los diarios gratuitos los que más daño están haciendo a la prensa tradicional, pero a largo plazo, la amenaza llega online. Al mismo tiempo, el inglés y el español se extienden por la geografía mundial, a través de un juego bicéfalo entre tecnología y economía.
¿Pero la dificultad de un idioma puede producir su desaparición? Pues habría que definir primero qué es dificultad y para qué. Varios lingüistas dicen que el húngaro es la lengua más difícil de toda Europa y una de las más complicadas del mundo. El estonio, el euskera, el saami, el maltés, el finés y el húngaro no son de origen indoeuropeo como el castellano, francés o italiano. En la actualidad una lengua que no es de origen indoeuropeo sin duda corre riesgo de ser considerada difícil. Esto si se relaciona con la acción intelectual de aprenderla y hablarla.
En realidad, el húngaro o magiar, pertenece a las lenguas finoúgricas de tribus originales de los montes Urales. Por ello, el vocabulario húngaro es muy diferente a las grandes lenguas indoeuropeas clásicas. La falta de étimos latinos o griegos, lo hacen difícil de memorizar para hispanohablantes o francófonos. Además, su sistema fonológico presenta armonías vocálicas muy distintas a las lenguas indoeuropeas. ¿Pero qué tan distante está la desaparición o al menos la transformación de una lengua?
Según la teoría más aceptada, los magiares viajaron en el siglo nueve (d.c.) al actual territorio del país de Hungría y su lengua evolucionó de un estilo protohúngaro (en el 1000 a.c.), pasando por el húngaro arcaico (hasta 896 d.c.), húngaro antiguo (hasta el siglo 16) y el húngaro medio (de fines del siglo 18), hasta llegar al húngaro moderno.
En la actualidad, el húngaro se habla en Hungría y en territorios dispersos por Austria, Eslovaquia, Eslovenia, Rumania, Serbia y Ucrania, que pertenecían a Hungría dentro del Imperio Austrohúngaro, y que pasaron a los países actuales al acabar la Primera Guerra Mundial. Así, en Rumania se concentró la mayor parte de los hablantes del húngaro fuera de Hungría: en la actual Transilvania. Y se calcula que los hablantes pueden ser unos 14 millones, unos 10,5 millones en Hungría, entre 1,5 y 3 millones en Rumania y 1 millón en el resto de los países limítrofes.
Algunos viajeros confirman que existe una radio permanente en lengua húngara en el centro norte de los Estados Unidos, para la gran cantidad de radioescuchas de esa zona. Sin embargo, dentro de la actual Hungría existen lenguas que ya desaparecieron y otras que pasan desapercibidas. En su historia recibió gigantescas oleadas de inmigración gitana. La última, en la segunda mitad del siglo XIX tras la liberación de los feudatarios y el inicio del desarrollo capitalista. Según la historia de los gitanos húngaros, en un censo de 1893, vivían unos 280 mil gitanos en este país. El mayor grupo, correspondía a los gitanos que llegaron más temprano y cuya lengua y cultura se perdió en su totalidad y se los conoce como “romungro”. Otro grupo eran los procedentes de los territorios rumanos, que hablan su lengua materna gitana, y se les denomina “gitanos valacos“. Un tercer grupo más pequeño son los gitanos “beas”, que viven en la zona suroeste de Hungría y hablan dialectos arcaicos del idioma rumano.
Pese a todo, la Unión Europea reconoce sólo al húngaro como lengua oficial de Hungría, que también es oficial en tres municipios de Eslovenia y Vojvodina en Serbia, y como una lengua de minorías en Austria, Croacia y Eslovaquia. En estos países vecinos el proceso de desaparición del húngaro es acelerado y dentro de Hungría la transformación es evidente.
A causa de su larga y complicada historia, el húngaro ha recibido muchos préstamos de otras lenguas como iránico, túrcico, eslavo y europeo occidental. Por ejemplo, del iránico vienen palabras como tej, vár (leche, castillo). Del osmano turco (siglos 16 y 17): egyetem, papucs, mecset, dzsámi (universidad, pantufla, mezquita, iglesia turca). Del latino: iskola, kollégium, múzeum (escuela, colegio, museo). Del italiano: cselló, kontó (violonchelo, cuenta). Del alemán: beigli, kastély, sógor (pastel, castillo, cuñado). Del eslavo: kapa, kasza (azadón, guadaña). También existen palabras húngaras que se fusionaron en el español como coche de kócsi o húsar de huszár. Una riqueza lingüística magistral y compleja.
Para entender lo difícil de aprender húngaro habría que revisar detalles gramaticales, como por ejemplo que se trata de un idioma aglutinante. Es decir, las palabras se forman uniendo a la raíz uno o varios sufijos. Estos sufijos pueden ser indicativos del caso, posesivos o el plural. Se trata de un tipo de lengua en el que, a una raíz fija, normalmente monosilábica, se aglutinan sufijos que modifican o precisan su sentido. El euskera, la lengua vasca, el quechua, el aymara, el finés, el húngaro y el turco son otras lenguas aglutinantes.
Además, en húngaro no existe el género como en español. El plural se forma añadiendo el sufijo -k al nombre, con la vocal de enlace de ser el caso. En cambio, el orden de las palabras no está establecido por reglas fijas, sino por la importancia que se les quiera dar en una determinada frase. Sin embargo, como tendencia general se escribe: sujeto, objeto y verbo.
Si bien algunos sonidos tienen correspondencia en español, muchos sonidos húngaros no la tienen. El húngaro dispone de algunos dígrafos (dos grafías) para hacer una letra, como “dz, dzs, sz, zs, cs, ty, gy, ny, ty, ly” y diacríticos como la “ű” que no existen en castellano aunque usan sonidos que sí existen como “cs” que suena como “ch” y “ny” que suena como ñ en castellano.
El húngaro posee 14 vocales, mientras en el español son apenas 5. Las 7 vocales básicas tienen sus respectivas vocales largas, a cada vocal le corresponde otra de pronunciación más larga. Las vocales largas se distinguen de las cortas por llevar acento simple o doble. (cortas: a, e, i, o, ö, u, ü.; largas: á,é,í,ó,ő,ú,ű). Si son frontales o traseras determina la forma de pronunciarlas, la lengua atrás o delante. Esta clasificación determina la armonía vocal, al momento de unir sufijos. Por ejemplo: ház (casa) házam (mi casa) o bajusz (bigote) – bajuszod (tu bigote).
En húngaro existen prefijos verbales que unidos a la raíz del verbo cambian o matizan el significado de éste. Los modos verbales son indicativo, condicional e imperativo, y los tiempos presente, pasado y futuro (“én írok” puede traducirse como yo escribo o yo estoy escribiendo). Los verbos poseen dos conjugaciones, la definida y la indefinida. El uso depende de reglas que se pueden resumir en la presencia o no de un objeto directo y que éste sea definido o no. Puede existir objeto directo pero si va precedido por la partícula indefinida egy (un/a) se utiliza la conjugación indefinida.
Y no solo en la actualidad existió la dificultad de comprender el húngaro, pues el nombre en castellano sería un error también, ya que se debe al asentamiento de los ávaros en las tierras de la antigua Panonia tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Durante los primeros siglos de la Edad Media se consideraba que los ávaros estaban relacionados con los antiguos hunos o descendían de estos y muchas veces se les llamaba por este nombre, por lo que su reino se acabó conociendo como Hungaria, que luego derivó en Hungría.