lunes, enero 08, 2007

2006 callejero, caliente y movido, por arriba y por abajo

El paradigma tempo-circular, dualista, organizado básicamente en el esquema de la vida y la muerte, nos enfrenta a un pasado imaginario constantemente. Si normalmente para percatarnos de la importancia de la reflexión última, necesitamos del estrépito de los fuegos artificiales, las campanas o los petardos, este año fue a lo bestia y la tierra tembló. El terremoto se produjo a las 14:39 horas en Gyömrő, cerca de Budapest. El epicentro se ubicó a unos 10 ó 15 kilómetros bajo tierra y los técnicos lo calificaron de 4,1 según la escala Richter.

En el tiempo que transcurrió entre el seísmo y las 12 de la noche no pudimos menos que preguntarnos si aquello había sido una buena o una mala señal. Buscamos otros símbolos para cotejar. Recontamos los parientes vivos, nos miramos la panza y sudamos pensando en todo lo que habíamos comido y lo que vendría. Revisamos, por último, como iba la sopa de pescado y nos sentamos en el sofá a hojear los números especiales 2006 del HVG o la Naranja mecánica en busca de una conclusión más o menos lógica para el año que se iba a ir y sobre todo para el que se venía.

El 2006 quedó impensable sin sus manifestaciones, sin sus manifestantes. Quizás nos pasamos de mambo con una o dos piedras, o quizás lo de prenderle fuego a los coches no fue exactamente como para ponerse orgullosos. Pero lo de andar moviendo los tanques fue un imperdible, seguro.

El movimiento político hacia Europa nos obliga a entrenarnos democráticamente. Y el 2006 fue todo un despertar, después de unos lánguidos años desde aquellos primeros revuelcos de principios de los ’90.

Espero que disfrutéis con esta colección de artículos de “2006 callejero, caliente y movido, por arriba y por abajo” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.

2006, el secreto de una dieta equilibrada a base de patatas

por Sebastián Santos

2006 es el tercer año para Hungría como socio de la Unión Europea y pese al malestar general de septiembre y octubre pasado, un breve repaso al círculo próximo de amigos me arranca una animada sonrisa. Sin atreverme hacer una declaración pública en apoyo a la política neoliberal y de ajustes en curso, no puedo menos que decir que vamos bien.

2006 fue un año movido y estimulante con bajones más propios de la agitada vida moderna que de un macabro plan para destruirnos. Incluso, me atrevo a asegurar que las pálidas del año que se fue fueron, simplificando, naturales, sobre todo relacionadas con los desequilibrios en la dieta. Estuvimos mucho más influenciados por los vaivenes del universo vegetal que por los grotescos esfuerzos de los políticos por divertirnos.

Mi hipótesis inicial consiste en afirmar que las variaciones en el precio de los alimentos determina la cantidad y forma en hacemos uso de los mismos. A partir de aquí, los 3 meses de crisis de 2006, febrero, mayo y agosto, se explican, desde esta óptica nutricionista, por la variación extrema del precio de la comida, fundamentalmente de los vegetales básicos de la cocina húngara.

Así, febrero fue uno de los meses negros justamente porque el kilo de paprika alcanzó los inigualables ¡710 Ft! Y si combinamos la escasez de semejante valor nacional en la mesa húngara, con la insultante visita de Toni Blair, ya no son de extrañar las prematuras muertes que asolaron el mes, el abandono de empleos en rechazo a contratos leoninos y los ataques de soledad de los que no pudieron acompañar a sus parejas en sus viajes al extranjero para cuidar a su familia.

Tal es la desproporción de universitarios en el mercado laboral que muchas veces llegan a aceptar trabajos sin salario alguno solo para coger experiencia, con la esperanza de que en un futuro, un currículum más abultado los coloque en mejor posición frente a los demás.

En mayo fueron las patatas a ¡580 Ft. el kilo! ¡Un robo! Y de ahí el escándalo Kulcsár y vuelta a las despedidas. Esta vez no fueron los sesentones los que nos dejaron, sino los viejos, los de la muerte anunciada, aunque por eso no menos sentida. Volvieron, a montones, a dejar sus trabajos esclavos y el plan de reformas urbanísticas de la ciudad acabó por desalojar tradicionales inmuebles para que el capital extranjero los transformen en lujosos edificios.

Y si antes mencioné los contratos basura, aquí hay que hablar de los contratos de explotación, donde aunque los salarios son considerablemente superiores, ya que me estoy refiriendo a la venta inmobiliaria a extranjeros, la dedicación es de 24 horas, 7 días a la semana, y contra factura, ocultando con ello la relación de dependencia.

En agosto, con los frescos, alegres y jugosos tomates tirados de precio (a 271 Ft. el kilo) se acentuaron las contradicciones. Tal vez porque cuando nos ponemos requete contentos abrimos tanto el grifo que dejamos salir risas y miserias sin distinción ni criba. “Corté con J.” “Corté con E.” No fue raro escuchar como acababan viejas amistades. Otros simplemente lloraron al terminar la fiesta cuando fueron a despedir a tan fantásticas visitas al aeropuerto.

Y como cada agosto, subió la cuota de viejos muertos. Antiguamente se morían en invierno, ahora, en la acogedora y confortable Europa, lo que no logran soportar es el calor.

Pero como decía al principio las desdichas de 2006 no fueron las más; al contrario, el pasado año estuvo lleno de aventuras y nuevas propuestas. Cuando pregunté por los mejores momentos del año, todos, en seguida, me hablaron de viajes, de jugosas y divertidas lenguetadas camaleónicas por Hungría, Europa (incluyendo la futura Turquía) y América.

De Hungría recogí como típicos destinos de vacaciones el inimaginable Miskolc, Eger, Aggtelek, Velence, Balaton, Kapolcs, Esztergom, Siofok, Rackeve, el perdido Morahalom o Harkány. De Europa, Barcelona, Helsinki, Hamburgo, Roma, Madrid, Lisboa, Ankara, Viena o Zagreb. Y de América, Buenos Aires o Greenville.

En julio, en Hungría, no quedaron ni los perros. Huimos. Huimos del precio escandaloso de la cebolla, ¡a 154 Ft. el kilo! Y en vez de asustarnos, festejamos alegremente el mínimo histórico del forint, que se situó a 284 frente al euro.

Después de los viajes, es de destacar el espíritu emprendedor y novedoso del año muerto. Además de salir el número 1 de El Quincenal, hubo de todo, y todo apasionante y en movimiento ascendente. Hubo bodas, embarazos, bebés, pisos, reformas y muebles nuevos.

Paralelamente, como ya comenté, si bien se perdieron algunos trabajos, siempre aparecieron nuevos, llenos de nuevas ilusiones. Yo, por ejemplo, empecé en la Lauder, donde sigo contento como una pera y donde por fin logré que me hiciesen un contrato en regla y me diesen el bendito carnet nacional de profesor.

Hubo también poderosos eventos internacionales, como el famoso Congreso Catalán, y se publicaron cientos de libros, que por elegir alguno divertido os recomiendo la traducción al húngaro de Maitena.

De broche, con o sin hijos, y por mencionar 2 universos paralelos que ayudan a un mundo mejor declaro un aplauso general a las estudiantes de la carrera de intérprete y de éloforras, que resulta algo así como “energía vital”.

Ordenando los datos que recogí, resulta, y tampoco es de sorprender (porque digamos que es cuando en esta parte del globo declaramos inicio “lectivo” del año) que en septiembre, vacaciones fuera, se produjeron la mayoría de las alegrías que acabo de mencionar.

Y si todavía estábamos algo abrumados por el calor que no se iba, la movida de Kossuth Tér y la brutal toma de la televisión seguro nos terminaron de espabilar y nos ayudaron a mirar claro y con perspectiva hacia el futuro.

¿La verdulería? De lo más tranquila, estable, sin precios máximos ni mínimos. Cada cosa estuvo en su lugar y a su justo precio. Las patatas a 101, las cebollas a 141, la calabaza a 95, los tomates a 295 y la dichosa paprika a 268. Como si la base de un buen proyecto fuese, para empezar, una buena y equilibrada dieta. Plaza tranquila, mente abierta.

Para terminar imprescindible destacar el buen recuerdo que todos guardan de las fiestas con los seres queridos. Los regalos, la Navidad, el año nuevo y sobre todo las lentejas del 1 de enero, el szukot, las fiestas de la escuela, los cumpleaños, el día del nombre, el día de la madre, las reuniones con viejos amigos de la universidad y ese batallón de nuevos colegas que fuimos reclutando de fiesta en fiesta, de bar en bar.

El mes de la amistad, y así lo declara mi encuesta, fue octubre, inundado de fiestas de calabaza al horno con miel. ¡Un kilo de calabaza solo 89 Ft.!

Paradójicamente, mientras unos se amaban, alrededor de Astoria la policía repartía balas de goma y pegaba, a diestro y siniestro con la “vípera”, festejando el aniversario de la revolución del ’56.

Fuentes:
Instituto Nacional de Estadísticas
Encuesta 2006 del Quincenal de Hungría

Cronología de 2006, Hungría

por Eszter Aranyos

1 de enero: Problemón de gas

Kijev no acepta la subida drástica de Gazprom y la empresa rusa termina cortándole el suministro de gas. Aunque en Hungría no llega a repercutir la suspensión temporal del gas ruso, el gobierno inicia una serie de medidas para intentar reducir la dependencia de Rusia. Actualmente el 80% de gas consumido en Hungría proviene de Gazprom.

27 de enero: Szabó István sale del armario

Sale a la luz que el premio Oscar István Szabó, famoso director de cine, fue, durante años, agente secreto de los Servicios Secretos del Estado. El director no niega las acusaciones, pero se defiende argumentando que con ello pretendió salvar a un compañero suyo de la universidad.
(Ver El Quincenal de marzo )

5 de febrero: El virus H5N1 en Hungría

Detectan por primera vez el virus H5N1, de la gripe aviar, en el territorio de Hungría. Se trata de unos cisnes localizados en Nagybaracska y Csátalja. En junio el virus alcanza a las aves domésticas. Dos provincias, Bács-Kiskun y Csongrád, entran en cuarentena hasta agosto. Los daños estimados son de 20.000 millones de Ft (80 millones de €).

22 de febrero: Biblioteca devuelta

Regresa a Hungría la antigua biblioteca calvinista de Sárospatak, robada y llevada a la Unión Soviética en 1945. La biblioteca posee libros que datan e 1460. Rusia recibió, del Estado Húngaro, una contraprestación de más de 400.000 dólares, y otro millón de la fundación Mol. Hay todavía más de 60.000 obras de arte en el territorio de la ex URSS, llevadas tras la Segunda Guerra Mundial.

14 de marzo: El caso Combino

Llega a Budapest el primero de los 40 tranvías más largos de Europa, llamados Combino, de la empresa Siemens. Durante todo el año no dejan de acarrear problemas: rotura de cables, paro de tráfico, necesidad de reconstrucción de las paradas y las columnas, y al final, cambio del director de la empresa de transporte público de Budapest (BKV).

4 de abril: Récord de inundación del Danubio

La mayor inundación del Danubio alcanza su tope en Budapest, pero, por suerte, no causa ninguna catástrofe porque al tercer día ya empieza a menguar. En el sur del país, sin embargo, donde la inundación del Danubio llega en el mismo momento que la de Tisza, origina una dramática lucha contra la naturaleza, que dura dos semanas.

9 y 23 de abril: Quinta elección parlamentaria

Es la primera vez en la democracia húngara, después del cambio de sistema, que reeligen al grupo en el gobierno. Vence nuevamente, y por 24 diputados, la coalición del MSZP y el SZDSZ.
(Ver El Quincenal de abril)

3 de mayo: Empieza el juicio de Kulcsár

Empieza el mayor juicio penal de Hungría por malversación económica. La causa alcanza los 20.000 millones de Ft (80 millones de €), y en el banquillo están Attila Kulcsár, ex broker del Banco K&H y 22 de sus compañeros. Todavía hoy no se ha abierto el proceso por responsabilidades políticas, aunque se espera para finales de 2007.
(Ver El Quincenal de mayo)

9 de junio: Se constituye el nuevo gobierno

Liderado por el anterior primer ministro, Ferenc Gyurcsány, con 13 miembros, se constituye el gobierno más pequeño desde 1989. Gyurcsány, como primer y pronto paso hacia la reducción de la burocracia, elimina el Ministerio de Interior, existente desde 1848, unifica el Ministerio de Educación con el de la Cultura, y el Ministerio de Justicia con el del Orden Público.
(Ver El Quincenal de junio)

22 de junio: Visita de Bush a Budapest

George W. Bush, a causa de las elecciones del senado estadounidense de noviembre, anticipa su visita en honor del aniversario de la revolución de 1956. Adorna su corta charla con constantes paralelismos entre la transición democrática húngara y la incipiente democracia de Irak. Los dos jefes de estado, entre otros temas, tratan la posible devolución de un histórico edificio del Castillo de Buda.

6 de julio: Punto máximo del Ft.

El forint, que durante dos años había oscilado alrededor de 250 por euro, en los preliminares de las elecciones, en marzo de 2006, empieza su lenta subida, para alcanzar, el 6 de julio su punto máximo, a 284 Ft. Para parar la inflación, el Banco Central Húngaro, desde mediados de junio empieza a incrementar el interés interbancario, alcanzando para octubre el 8%, en vez del 6% del momento inicial.
(Ver El Quincenal de julio)

20 de agosto: Tragedia en la fiesta nacional

La fiesta nacional del 20 de agosto, celebración de la fundación del país y del primer pan, termina con 5 muertos y varios cientos de heridos, a causa de la fuerte tormenta que empieza justo en los primeros momentos de los fuegos artificiales de la noche festiva. La investigación gubernamental culpa al Servicio Meteorológico y el Instituto de Defensa y Prevención de Catástrofes.

1 de septiembre: Nuevos impuestos

Se introducen las primeras medidas relacionadas con las restricciones y reformas necesarias para disminuir el déficit estatal: el IVA de algunos productos se eleva de 15 a 20%, suben las contribuciones de los empleados, introducen un nuevo impuesto de solidaridad para las empresas e incrementan los precios de gas y agua.

17 de septiembre: Declaraciones del primer ministro, empieza la revuelta

Sale a la luz una grabación interna del Partido Socialista, de mayo, donde el primer ministro reconoce haber ocultado durante el período de las elecciones el mal estado de la economía húngara y la necesidad de las restricciones urgentes. La manifestación instantánea delante del Parlamento se transforma en revuelta agresiva. Toman la sede de la televisión, y durante casi un mes no paran las luchas callejeras.
(Ver el Quincenal de octubre)

1 de octubre: Elecciones municipales

Victoria absoluta de la oposición: de 19 asambleas provinciales en 18 tiene mayoría; y de las 23 ciudades de rango provincial, en 15 tiene alcaldes. Pero no consigue la dirección de la Capital, gobernada desde 1990 por Gábor Demszky de los liberales.
(Ver El Quincenal de octubre)

23 de octubre: 50º aniversario de 1956

Durante las celebraciones oficiales del quincuagésimo aniversario de la revolución del ‘56, con 56 ilustres invitados de todo el mundo, llega a su cúspide la revuelta callejera. El caos se apodera de la ciudad: bombas de agua, granadas lacrimógenas, víboras, tanques, etc.
(Ver El Quincenal de octubre)

17 de noviembre: Aceptada la nueva Ley Hospitalaria

En el marco de las reformas sanitarias, aceptan las leyes sobre la transformación del sistema hospitalario en Hungría. Designan 39 hospitales especializados, y reducen el número de camas activas en 16.000, quedando un total de 44.000. La clave del cambio es la optimización de los recursos.
(Ver noticias de Economía de El Quincenal de noviembre)

2 de diciembre: Abre la exposición de Van Gogh

El Museo de Bellas Artes (Szépművészeti Múzeum) celebra su 100º aniversario con la apertura de la hasta ahora más cara exposición húngara. Esperan superar el récord de visitas, hasta ahora contabilizado en 350.000 personas. La última vez que la capital húngara pudo disfrutar la obra del famoso pintor holandés fue hace más de 100 años.

El año de la revuelta

por Kléber Mantilla

El fin de un año siempre será el momento oportuno para colocar el termómetro regulador de varios procesos de un país. Instante para evaluar, modificar y perfeccionar hechos determinantes de la vida pública, tiempo de colocar los sucesos mediáticos en el escenario histórico.

El año 2006 se inició con el anunció de nuevas autopistas y obras de infraestructura como la autovía M5 que conecta Szeged con Kiskunfélegyháza, y que para marzo enlazó a Budapest. Otra autopista llegó a la frontera croata y la M3 fue prolongada hasta Nyíregyháza y Debrecen, mientras la autovía M6, unió Erd y Dunaújváros. O la famosa compra de la compañía “British Airport Authority” que adquirió el aeropuerto Ferihegy de Budapest a un precio de 1.360 millones de libras, en un contrato para operar los próximos 75 años.

A partir de marzo se instaló una perforadora en la plaza Etele para la construcción del nuevo metro de Budapest, que ya consta de cuatro estaciones, y obras en la plaza Fővám. El consorcio Bamco, de empresas francesas, alemanas, austríacas y húngaras, construyen entre la plaza Etele y la plaza Baross un doble túnel de 7,3 kilómetros, con plazo hasta diciembre de 2009.

Después de un debate sobre el estado de la nación, el partido socialista (MSZP) ganó, en abril, al conservador Fidesz. El Primer Ministro Ferenc Gyurcsány fue reelegido tras vencer al líder del Fidesz, Viktor Orbán. Ya en el gobierno, se vio obligado a reducir los gastos públicos para aumentar las posibilidades de adoptar el euro en el 2010. Además el partido socialista ganó 190 escaños en las elecciones legislativas del 9 y 23 de abril. Fue el primer partido en ganar dos elecciones consecutivas desde el cambio de régimen en 1.989.

Por aquellos días, se realizó la manifestación en bicicleta Critical Mass, a favor del uso de las bicicletas como alternativa ecológica a los coches, con más de 30 mil participantes, incluido el Presidente de la República, László Sólyom. Se exigía aumentar los actuales 43 kilómetros de carriles para bicicletas a 500.

En tanto el Primer Ministro Ferenc Gyurcsány anunció la composición del segundo gobierno de la coalición del Partido Socialista y el Partido Demócrata Liberal (SzDSz) y la reforma de la Administración Pública con la supresión de 50 mil puestos de trabajo.

Simultáneamente se dio la alerta sobre inundaciones en Hungría. Fueron los ríos Hernád y Sajó, en la región de Borsod Abaúj Zemplén al noreste del país y luego el Danubio y el Tisza. La emergencia afectó a 412 kilómetros de riberas de ríos, y unas 11.700 hectáreas fueron cubiertas por agua. En Budapest, en cambio, Gábor Demszky consiguió su quinto mandato como alcalde de Budapest, el 1 de octubre. Mientras que Ferenc Gyurcsány, insistía en la necesidad de reformar la financiación del sector público en general y la sanidad pública en particular, hacia un modelo basado en el seguro.

No obstante, la filtración a la prensa de unas declaraciones de Gyurcsány causan una progresiva crisis política interna. Entre otras expresiones, se difundieron palabras grotescas del Primer Ministro. Además se lo escuchó decir que mintió al país sobre la situación real de la economía. Casi ipso facto y por varias semanas se registraron disturbios, organizados, en principio, por el partido opositor, el conservador Fidesz. Estas arrastraron a la quema de varios coches y al ataque del edificio de la televisión pública. Luego, las reacciones se incrementaron y algunos extremistas de derecha compararon los hechos con el levantamiento contra la ocupación rusa en el año 56, incitando a la desobediencia civil. A la larga resultó más afectado el conservador Fidesz que perdió su ya debilitada credibilidad. La emisión de las imágenes de los disturbios en todas las cadenas de televisión del mundo apenas influyeron negativamente en el turismo y la economía. Por el contrario, la aprobación de la Comisión Europea del Plan de Convergencia de Hungría para la adopción del Euro generó un respaldo total al plan de reformas del gobierno socialista.

Al mismo tiempo, el periódico Magyar Hírlap publicó la lista de los 100 húngaros más ricos. El primer lugar fue para el presidente del banco OTP Sándor Csányi, seguido del constructor Sándor Demján y del director del holding Videoton Gábor Szeles. El Primer Ministro Gyurcsány y el Ministro de economía, János Kóka, bajaron a los puestos 50 y 88, con fortunas calculadas alrededor de los 12 y los 8 millones de euros respectivamente.

Pese a todo, el lunes 23 de octubre, se celebró en Hungría el 50 aniversario del levantamiento contra la ocupación soviética en 1956. Los actos oficiales contaron con la presencia de dignidades internacionales que se sorprendieron al ver la violencia de la policía húngara, que reprimió a grupos de manifestantes en las calles. Resultado: 120 heridos y 100 detenidos.

Al finalizar noviembre el parlamento húngaro aprobó una ley para restringir la jubilación anticipada para que los empleados trabajen hasta los 62 años y el comité de asuntos laborales restringió el acceso de los trabajadores rumanos y búlgaros.

Y, en Dunaújváros se colocó la parte central del puente de la nueva autopista M8. El puente, que estará listo en el tercer trimestre de 2007, medirá 3.800 metros y la pieza pesa 8 mil toneladas.

Casi al finalizar el año, Hungría se vistió de luto, para despedir a Ferenc Puskás. El célebre futbolista fue enterrado en la Basílica de San Esteban.

El 2006 fue un sendero con muchas piedras filosas que se fueron tramando desde la política y la economía. En resumen, se podría resaltar: un aniversario revoltoso y agitado, una cuestionada reubicación de la economía en disparada y un replanteamiento de la obra pública con muchos beneficios. Un tiempo para despegar y nunca aterrizar.

Entre dos tierras

por Roberto Yanguas

Cuando alguien se va a vivir al extranjero por primera vez no es consciente de que va a dejar de ser ciudadano de su país para pasar a ser ciudadano del mundo. Esto, que en principio puede sonar vacío y artificial a primera vista, es un hecho que a muchos de los que hemos tenido la oportunidad de vivirlo en primera persona nos hace sonreir, asentir levemente con la cabeza y recordar viejos tiempos. En este, mi primer artículo en colaboración con el Quincenal de Hungría, evocaré algunos de esos recuerdos.

Septiembre de 2005 fue la fecha en la que pisé por primera vez suelo húngaro. Me habían concedido una de esas tan mal afamadas becas Erasmus. Y digo lo de mal afamadas por dos razones: una, porque dicen que los estudiantes Erasmus hacen de todo menos estudiar, lo cual en mi caso se corresponde con la verdad; y en segundo lugar porque dicen que si tienes pareja y te vas de Erasmus puedes ir olvidándote de la relación, pero ese es otro tema que merecerá ser narrado en otra ocasión. El caso, como decía, es que estuve viviendo en Budapest desde septiembre hasta las navidades de ese mismo año. En esos escasos cuatro meses tuve tiempo de aclimatarme a la ciudad y a sus gentes. Pero fue precisamente en 2006, tras el retorno vacacional, cuando empecé a sentirme cada vez más cómodo en Hungría. Hasta el punto de no querer regresar a España.

Para el que suscribe estas líneas, 2006 ha sido un gran año. Cuando me propusieron escribir este artículo me dijeron que debía de hacer un balance de 2006 sobre el tema que yo quisiera: cultura, sociedad, economía, etc. A estas alturas muchos de vosotros os preguntaréis que tiene exactamente que ver entonces todo lo que he contado hasta ahora con la temática de este número. Simplemente pensé que en mi caso el mejor balance que podía hacer de 2006 era el personal. Si alguien me plantease resumir el año que acabamos de dejar con una sóla palabra, mi respuesta sería sin lugar a dudas Hungría.

Dos mil seis siempre estará asociado para mi con idas y venidas por Rakóczi utca, línea roja de metro hasta Blaha Luzja tér, domingos varios grados bajo cero en Széchenyi, cervezas en el Szimpla, comidas en el Paprika, partidos de fútbol en Isla Margarita, atardeceres (y amaneceres) en Budai Vár, encuentros en Oktogon…

Por cierto que hace un par de meses tuve la oportunidad de volver por unos días a Budapest. Esta vez simplemente de paso. Cuando bajé en Keleti le dije a la chica con la que había estado viajando desde Cracovia “-ya estoy en casa”. Todo seguía tal y como lo recordaba. Fue una sensación extraña, hacía siete meses que había dejado todo aquello, pero fue escuchar “Jó napot” y sentir que nunca me había ido. De ahí que comenzara este artículo diciendo que cuando uno se va a vivir fuera acaba sintiéndose extranjero en todas partes, o algo así.

Por cierto, el día que volví a Budapest (lo cual por cierto no recordaba) era el aniversario de la revolución del cincuenta y seis… más imágenes para el recuerdo de un año fuera de lo común.