miércoles, abril 05, 2006
Las elecciones del 9-A. El ocaso del pluralismo político y la consolidación del bipartidismo
Llegamos impecables al período de reflexión y diría que ninguno se ha quedado corto. Han quemado todos sus cartuchos y ya al final poco tenían que decirse. En los últimos días básicamente el trabajo duro quedó en manos de los que pegan carteles y de los que se ocupan de hilvanar las publicidades electorales en televisión y radio. Las últimas concentraciones y debates en televisión fueron por demás corteses, elegantes, y haciendo honores a la muerte del invierno, podría decir que primaverales.
El uso del color ha sido uno de los distintivos de esta campaña electoral, lo que le ha dado un ambiente festivo y casi circense; por otra parte contrariamente a lo que se estila en otros rincones de Europa, por ejemplo en la equidistante España, aquí no solo no han tenido tapujos en reivindicarse de derechas o de izquierdas sino que lo han ido gritando y publicando a viva voz. Son pocos los que, como ahí, en el fin del mundo, se pelean por identificarse de centro.
La tendencia de esta y de las últimas elecciones en Hungría es la constante desaparición de la paleta electoral de los partidos minoritarios y la consolidación de un sistema político bipartidista. Esto trae consigo una especie de síntoma patológico, incluso psicodélico, por el cual pululan una buena cantidad de minúsculos partidos políticos sin ninguna posibilidad de representación parlamentaria, pero dándole una absurda legitimidad democrática al sistema. Todos tienen derecho a opinar pero solo unos pocos a mandar.
Espero que disfrutéis con esta colección de artículos sobre los “Las elecciones del 9-A. El ocaso del pluralismo político y la consolidación del bipartidismo” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.
El uso del color ha sido uno de los distintivos de esta campaña electoral, lo que le ha dado un ambiente festivo y casi circense; por otra parte contrariamente a lo que se estila en otros rincones de Europa, por ejemplo en la equidistante España, aquí no solo no han tenido tapujos en reivindicarse de derechas o de izquierdas sino que lo han ido gritando y publicando a viva voz. Son pocos los que, como ahí, en el fin del mundo, se pelean por identificarse de centro.
La tendencia de esta y de las últimas elecciones en Hungría es la constante desaparición de la paleta electoral de los partidos minoritarios y la consolidación de un sistema político bipartidista. Esto trae consigo una especie de síntoma patológico, incluso psicodélico, por el cual pululan una buena cantidad de minúsculos partidos políticos sin ninguna posibilidad de representación parlamentaria, pero dándole una absurda legitimidad democrática al sistema. Todos tienen derecho a opinar pero solo unos pocos a mandar.
Espero que disfrutéis con esta colección de artículos sobre los “Las elecciones del 9-A. El ocaso del pluralismo político y la consolidación del bipartidismo” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.
Elecciones en Hungría
Anita Rubia
En Hungría hay elecciones el 9 de abril. Si salgo de la ciudad puedo ver carteles por todas partes, cuando vuelvo todavía hay más carteles. Toda la ciudad está llena de colores. Es normal, son las dichosas elecciones. Hay naranja, rojo, azul y verde. Y la pregunta es: ¿qué color elegir? Y todavía otra pregunta más importante: ¿qué cara? Porque los partidos están todos representados con caras. ¿Pero qué sabemos nosotros sobre los programas de los partidos? La verdad es que se sabe poco, y son bien diferentes. Pero los colores los conocemos bien y sabemos también que solo hay una buena elección. Sin duda. Porque los políticos lo dicen y nosotros lo creemos. Tenemos que elegir correctamente, porque además, si no, nos repiten una y otra vez, va a venir un tiempo de horrores. ¡Para ellos Todos son malos augurios!
En la televisión las noticias están llenas de tonterías de los políticos. Nosotros nos reímos de ellos y los disculpamos, y después perdemos (o no). Y si no los perdonamos, después tenemos un problema más grande aún. Porque esta es nuestra fiesta, la fiesta de la nación. Pero ¿de qué nación hablan?
La semana pasada hubo dos grandes concentraciones de los dos partidos mayoritarios. Solo la elección del día fue todo un desafío a la inteligencia. La cuestión era si había que hacerlas el mismo día o no. Una pregunta muy importante para los partidos, para la ciudad y, naturalmente, para la nación toda. Porque es nuestra “fiesta”.
¿Se vota con el corazón o con la mente? En Hungría no está muy claro. Creo que tenemos que aprender que ni el MSZP ni el FIDESZ son los únicos con la única fórmula para un futuro fenomenal, pero tampoco los únicos que asegurarán un futuro horroroso.
¿Qué futuro va a venir? ¿Uno naranja o uno rojo? Vamos a ver.
El péndulo electoral magiar
por Kléber Mantilla
Después de la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989 y durante la transición de la caída del socialismo al sistema democrático, en Hungría proliferaron los partidos políticos. Muchos fueron grupos que representaban intereses sociales y económicos en conflicto, con poco contenido ideológico y con orientaciones aún inciertas.
Con la redacción de una nueva constitución, y la elección de autoridades locales y municipales, en octubre de 1990, concluyó la transición política. Sin embargo, antes de las primeras elecciones se contabilizaban al menos 80 agrupaciones políticas dispersas. Según la Ley de los Partidos Políticos, fueron registradas 65 organizaciones. Aunque sólo 39 partidos se presentaron ante el Comité Nacional y, sólo 6 de ellos obtuvieron participación parlamentaria. Desde ahí a la fecha, se realizaron cuatro elecciones generales, donde siempre ganaron los partidos políticos opositores del momento. Y nunca el país celebró elecciones anticipadas, pues todos los gobiernos cumplieron sus mandatos. Desempolvando periódicos, descubrimos que, en realidad, la nueva era de los partidos políticos húngaros se inició en 1987 cuando apareció el Foro DemocráticoHúngaro (FDH), que un a ño después se unió con la Alianza de los Jóvenes Demócratas (AJD -Fidesz)y la Alianza de losDemócratas Libres (ADL – SZDSZ). Al siguiente a ño aparecieron: el Partido Popular Cristiano Demócrata (PPCD-KDNP), el Partido de los Empresarios (PE) y la Alianza Agraria (AA). Otros partidos, en cambio se renovaron, como el Partido Independiente de los Pequeños Propietarios ( PPP-FKGP), el Partido Popular (Partido Campesino) y el Partido Socialdemócrata Húngaro (PSD), que desde 1948 ya se había unido con el Partido Comunista Húngaro. Cuando se disolvió el Partido de Estado: el Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH - Mszmp) se formó, el mismo día, el Partido Socialista Húngaro (PSH -MSZP) y fue reorganizado el antiguo Partido Socialista Obrero Húngaro como Partido de los Trabajadores (PT -MP). En 1990 se realizaron las primeras elecciones libres con victoria para la coalición cristiano conservadora del Foro Democrático Húngaro (MDF) y el Partido de los Pequeños Propietarios y el Partido Popular Cristiano Demócrata. El Primer Ministro fue József Antall, que murió de cáncer el 10 de diciembre de 1993, sustituido por Péter Boross, ambos del Foro Democrático Húngaro. Mientras que el escritor y político, Árpád Göncz fue elegido Presidente de la República Húngara por el nuevo parlamento. Para 1994 ganó el Partido Socialista Húngaro (MSzP) y su presidente Gyula Horn formó un gobierno de coalición social-liberal con una mayoría parlamentaria del 72%. L os socialistas se unieron a los Demócratas Libres (SzDSz), en una alianza de estilo liberal progresista, que resultó beneficiada por la impopular reconversión económica realizada por el gobierno de Antall. El MSzP obtuvo la mayoría absoluta con el 33% de los votos. Tras Lituania en 1992 y Polonia en 1993, Hungría fue el tercer país de Europa del Este en que retornaron al poder los antiguos partidos comunistas, reciclados en socialdemócratas. El equipo de Horn no afectó en nada el proceso de transición a la economía de mercado, que siguió ajustándose, con más determinación a los mecanismos liberales. En marcha constante el programa de privatizaciones y la apertura a las inversiones extranjeras. Muchos electores decepcionados habían votado por los socialistas con la creencia de que éstos aliviarían la política de ajuste del gobierno anterior. No fue así. El péndulo volvió a cambiar. Los socialistas en 1998 perdieron frente al Fidesz-Partido Cívico Húngaro, la antigua Alianza de los Jóvenes Demócratas que e n 1995 cambió su nombre por Alianza de los Jóvenes Demócratas - Partido Cívico Húngaro (Fidesz-MPP) . Los partidos aliados de esta agrupación: el Partido de los Pequeños Propietarios y el Partido Popular Cristiano Demócrata, por disputas internas casi desaparecieron. Víctor Orbán se convirtió en líder indiscutible de las fuerzas conservadoras húngaras. Fundador de una organización de estudiantes e intelectuales jóvenes cuyo radicalismo extra ño, entre derechista y libertario, les colocaba a la vanguardia del anticomunismo, pero también en contra del liberalismo entendido como capitalismo económico. Orbán ganó notoriedad con un efusivo discurso pronunciado durante el entierro de Imre Nagy, el primer ministro comunista ejecutado en 1958 como líder del alzamiento antisoviético de 1956, cuyos restos habían sido recuperados de una fosa común.
Fidesz fue el primer partido de oposición cuando el anciano János Kádár, impuesto por los soviéticos tras aplastar la insurrección nacional de 1956, aún dirigía el Partido Socialista Obrero Húngaro (MSzMP), la Fidesz se configuró como una fuerza conservadora y cristiana con planteamientos anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Orbán declaró que un gobierno suyo reduciría los impuestos, incentivaría a las pequeñas y medianas empresas y protegería a las propiedades húngaras de las adquisiciones por capitalistas extranjeros; además lucharía contra la corrupción y el crimen organizado. Pero la oposición lo acusó de exhibir "tendencias autoritarias", de "carecer de capacidad para el diálogo" y de perseguir una política de "disensión social", muy proclive a la agitación antisemita. En las elecciones legislativas del 7 y el 21 de abril de 2002, las cuartas desde el final del régimen comunista, los socialistas reciclados volvieron a ser la formación más votada, como en 1994 y 1998. El MSzP, liderado por el ex ministro de Exteriores László Kovács, y su aliada, la SzDSz, arrebataron la mayoría absoluta a la lista conjunta de la Fidesz-MPP y el MDF. Sin embargo, Kovács no presidió el gabinete sino un independiente vinculado a los socialistas, Péter Medgyessy, experto economista y veterano servidor gubernamental que había ejecutado las políticas de austeridad financiera y de transición suave a la economía de mercado en el último gobierno comunista, y luego fue ministro de Finanzas con Horn, todo ello antes de alcanzar un puesto de gran relieve en la banca privada. El 27 de mayo de 2002 Medgyessy tomó posesión como primer ministro y ofreció a Ferenc Gyurcsány, colega de la élite financiera y empresarial, el puesto de asesor principal y luego ministro de Infancia, Juventud y Deportes. Ferenc Gyurcsány, en su época universitaria fue líder de la Alianza de la Juventud Comunista (KISZ), una organización apéndice del gobernante Partido Socialista Obrero Húngaro (MSzMP). Con la obtención de su título de economista, se apartó de la actividad política y pasó a la actividad privada como administrador general en la consultora financiera Creditum Pénzügyi Tanácsadó, en 1992. A sus 30 años fue contratado como director departamental por la compañía financiera internacional Eurocorp Nemzetközi Pénzügyi. Además ya era jefe ejecutivo de la compañía Altus Befektetesi, especializada en fondos de inversiones. Para el 2000 era considerado el quincuagésimo hombre más rico de Hungría*. La oposición de la Fidesz-MPP apuntó a este hecho, la condición de multimillonario enriquecido con pasmosa rapidez. El partido de Orbán explotó los supuestos privilegios con el MSzP en las etapas de Gobierno.
Según la prensa, el interpelado explicó con detalle cómo había llegado a ser uno de los mayores magnates del país, pese a su relativa juventud. Todos sus negocios habrían sido limpios y sin irregularidad. Con un discurso nítido y un matiz académico, no solo salió librado Gyurcsány, sino que se fortaleció como político y estratega. Al llegar 2004, Medgyessy perdió la confianza de sus socios de partido y Gyurcsány fue elegido por la coalición como primer ministro interino el 25 de agosto, siendo investido el 29 de septiembre. La coalición entre el MSzP y SzDSz consideró que Gyurcsány era la imagen de una Hungría joven y moderna, con la mirada puesta en occidente. Este 2006, Gyurcsány y Orbán son los políticos del péndulo electoral, que están frente a frente. Los desafíos esta vez se basan en la solidez económica, el bienestar social y la integración regional. Un sendero borroso y difícil para transitar, pero que uno de los dos tendrá que guiarlo.
Fuentes
-La Musa Digital, publicación de la Universidad Castilla la Mancha. El Exilio de Europa Central y Oriental Nro. 6
- Wikipedia la Enciclopedia libre*.
- Népszabadság, diario, junio 2003.
El sistema electoral húngaro. Las elecciones de 2002
por Sebastián Santos
Esta vez me quedé prendido de las cifras, apasionado, intentando entender las particularidades del sistema electoral húngaro. Como en tantos otros países, en general, nadie tiene una visión muy clara de cómo funciona el aparato electoral en detalle. Sí que hay dos vueltas y dos papeletas para rellenar, porque aquí la versión es escrita. Hay que marcar con una cruz en cada una de las papeletas la opción preferente.
Para poder visualizar mejor el hecho electoral y así también entender el discurso técnico de las próximas elecciones, a continuación, haré un breve repaso de lo que fueron, en términos de sistema electoral, las últimas elecciones al Parlamento, en 2002, en las cuales votaron unas 6 millones de personas, casi el 67% del padrón electoral.
El Parlamento húngaro tiene solo una cámara de 386 escaños y en cada elección, en primera y segunda vuelta, se renueva el total de las plazas. Para ello hay tres procedimientos: a) las elecciones por distritos, b) por regiones y c) la lista compensatoria o lista nacional.
La elección por Distritos
Hungría está dividida en 176 distritos electorales, por cada uno de ellos sale elegido, directamente, un representante al Parlamento.
En la papeleta correspondiente, a partir de una lista de nombres, se indica con una cruz el candidato preferido.
Para poder participar como candidato en estas elecciones se deben presentar a la Mesa Electoral al menos 750 firmas que avalen la candidatura.
Para que algún candidato pueda conseguir el escaño en primera vuelta se necesita que haya votado al menos el 50% más uno del padrón electoral; y que dicho candidato haya obtenido el 50% más uno de los votos.
Si no se cumplen alguna de estas dos condiciones, los tres candidatos más votados pasan a segunda vuelta, donde no se requiere un mínimo del padrón y donde, sencillamente, gana el que haya sido más votado.
A modo de ejemplo aquí está el caso del distrito electoral 21 de Budapest, donde actualmente resido:
Resultados de la Primera Vuelta
Resultados de la Segunda Vuelta
Entiendo que en este caso solo pasaron a Segunda Vuelta dos candidatos porque el Partido Socialista debe haberse aliado con el SZDSZ, aunque este último no figura como partido asociado.
En cuanto a los resultados a nivel nacional, después de la Primera Vuelta, solo se habían asignado 45 de los 176 distritos electorales. El resto se hizo en la Segunda Vuelta como muestran los cuadros a continuación:
Primera Vuelta
Segunda Vuelta
La elección por Regiones
Al votar se coloca una cruz en dos papeletas. Una corresponde al distrito electoral, que ya he explicado; la otra es una lista de Partidos y sirve para elegir los representantes de las Regiones. A través de esta opción se eligen 152 representantes.
Hungría está dividida en 20 regiones, digamos 19 provincias y Budapest como distrito federal.
Para poder participar como partido en las elecciones regionales, el partido interesado tiene que tener candidatos en al menos la cuarta parte de los distritos electorales de la región.
Una vez realizadas las primeras elecciones quedan eliminados los partidos que no hayan alcanzado el 5% de los votos.
El resto de los partidos se reparten los escaños siguiendo el método Hagenbach-Bischoff. Para ello se obtiene un coeficiente de dividir la cantidad total de votos por el número de escaños en cuestión más uno (en este caso 153). Para determinar cuántos escaños le corresponden a cada partido se divide el número de votos por partido por el coeficiente HB. La asignación de escaños se hace por región.
Una vez más tomo como ejemplo el caso Budapest, porque es aquí donde vivo. Budapest está dividido en 32 distritos electorales y en las elecciones de 2002, a las regionales, solo pudieron candidatearse los siguientes partidos: Partido Independiente de Pequeños Propietarios, Centro, Partido de los Trabajadores, Partido Socialista (MSZP), SZDSZ, MIÉP y FIDESZ-MDF. Pero, luego del recuento general, solo superaron el 5% cuatro partidos: FIDES-MDF, SZDSZ y MSZP. En estas Elecciones Regionales, de la utilización del método Hagenbach-Bischoff solo lograron asignarse 140 de los 152 escaños iniciales.
Resultados Generales Elecciones Regionales
Total de votos: 5 616 750
Límite al 5%: 280 837
Resultados de las Elecciones Regionales en Budapest.
Coeficinte HB, necesario para obtener un escaño: 37 696
Resultados Generales de las Elecciones Regionales.
Solo se asignaron 140 de los 152 escaños iniciales
Listas compartidas
Resultados generales al finalizar la Primera Vuelta:
Lista compensatoria o lista nacional
El tercer y último paso para definir el Parlamento Húngaro es a través de las listas compensatorias o listas nacionales. De esta manera los partidos tienen tres juegos de listas: la de los distritos electorales (una persona por distrito), la lista por regiones y la lista nacional o compensatoria.
Pueden participar como candidatos aquellos partidos que hayan participado en las elecciones regionales de al menos 7 regiones y que en las regionales hayan alcanzado al menos el 5% de los votos. A través de este sistema se eligen 58 escaños.
Los votos que se utilizan para asignar escaños en este caso son los votos residuales de los dos procedimientos anteriores (el de los distritos electorales y el de las regiones). De esta manera los votos de los partidos que no hayan obtenido representante en el procedimiento de distritos electorales pasan a la bolsa de votos compensatoria.
También se incorporan al procedimiento compensatorio los votos y los escaños que quedaron pendientes de asignar en el procedimiento por regiones.
El sistema que se utiliza para asignar escaños es el sistema D’Hont. El sistema D’Hont consiste en crear una tabla donde se divide el total de votos por partido por uno, dos, tres y así sucesivamente hasta llegar a la cantidad de escaños a elegir. Una vez hecha esta tabla, los números más grandes que figuren en ella corresponden a los escaños a asignar. En el caso de 2002 se divide hasta 70, la cantidad de escaños pendientes.
Composición del procedimiento compensatorio.
Escaños a asignar: 70 (58 por defecto y 12 que no fueron asignados en las regionales)
Tabla para asignar los escaños según el Sistema D’Hont:
Resultados finales de las elecciones 2002:
Esto es a grandes rasgos como funciona el aparato electoral húngaro o al menos como ha funcionado en las últimas Elecciones Generales de 2002.
Lo que me llama lamentablemente la atención es por una parte que el sistema de elección por distritos electorales no logre captar partidos minoritarios y por otra que el método Hagenbach-Bischoff y d’Hont de asignación de escaños, con su cuota del 5% y subsiguientes, haga prevalecer la voluntad de los partidos mayoritarios.
Una vez más las elecciones de 2006 no parecen ofrecer mayores opciones al electorado más allá de MSZP, FIDESZ, SZDSZ o MDF; incluso parecería ser que el MDF podría desaparecer del espectro parlamentario.
Para obtener más información sobre las elecciones en Hungría podéis visitar la página oficinal en www.valasztas.hu, incluye un enlace en inglés.
Nuestro campo de batalla
por Zoltán Brezina
Estaba jugando en el ordenador a un juego de guerra. Estaba metido hasta el cuello en la película...y pasé a la siguiente pantalla: Fui a la tienda de la esquina. Entré y vi a una vieja parada del otro lado del mostrador, la dependienta. ¡No tiene más balas! –le dije un poco alterado.
Podría haber sacado ahí mismo la foto, todo estaba tan ordenado en ese espacio diminuto....y ahí estaba con la boca abierta, pensando en soldados y...di un salto cuando la mujer me respondió: - Le tendría que preguntar a mi jefe.
¿Y quién será su jefe? – me quedé pensando mientras me daba cuenta que desde todos los rincones me estaban bombardeando Fidesz y Mszp.
De repente aparecieron unas flores enfrente mío, dibujadas sobre unas piruletas y envueltas en plástico. Bueno, bueno.....¿estamos viviendo en los ’60? Ahí nomás saqué el cuadro de la foto. Eso es lo que necesitaba –pensé, y compré dos flores, ¿tal vez de regreso al futuro?
Volví a casa, todo el tiempo con la cabeza gacha, mirando el suelo. ¿Por qué? Y porque necesitaba concentrarme, enfocar la próxima imagen, sin prestar atención a otra cosa.
No quería mirar alrededor, me había quedado sin balas y en esos casos es mejor meterse bajo la arena, ya sabéis: estar solo con mis flores cursis, ponerlas bajo la lámpara....igual, ¿qué podía hacer yo para cambiar el futuro? ¡Sentirme un gnomo, un enanito mágico!
¡El campo de batalla, amigos míos! Solo tenía ganas de pasearme en el carro, frente a ellos, tirado por cerdos y tocar el violín. ¡Lo demás es rock and roll, nena!
Quizás todavía quedaba alguna munición por ahí perdida, y fui por venda para cubrir las flores.
¡Votamos!
Annamaria Preisz
En Hungría 2006 tenemos oficialmente 48 partidos que participan o podrían haber participado en las próximas elecciones ***.
Pero, ¿a cual votamos? Todo está lleno de campaña electoral, no solo la tele, la prensa, las calles, sino también nuestro buzón de correo. Seguimos las batallas, unos con escepticismo o cierta apatía y tedio, otros con interés... Nosotros, los electores, disfrutamos, aunque también llegamos a irritarnos con esta larga guerra que dura hasta el viernes cuando llega “el tiempo de reflexión”.
Los dos partidos de nuestro actual gobierno (solo hasta el domingo, espero) son:
el Partido Socialista Húngaro (MSZP), socialdemócrata y la Alianza de Demócratas Libres, partido liberal (SZDSZ). Esta semana se las han visto cara a cara sobre todo con el Fidesz, el Partido Cívico Húngaro, conservador, de tradición liberal, en la oposición ahora pero en el poder entre 1998-2002. Y también han cruzado metralla con otros como el Foro Democrático Húngaro, partido conservador, que entre 1990 y 1994 también estuvo en el poder **.
De los 48 partidos iniciales solo 12 consiguieron formar lista nacional y otros 12 solo tienen listas locales. En definitiva, 24 partidos no pudieron recoger las firmas suficientes para participar en estas elecciones, pero justamente estos grupúsculos –sí, a veces surrealistas- son los que me mantienen agitada todos estos días. Por eso perdonadme que no dé más detalles sobre los partidos más significativos.
Estas pequeñas células militantes no tienen verdaderas probabilidades de participar efectivamente en política. Según los sondeos, los partidos minoritarios que lograron presentarse a elecciones, ni siquiera alcanzarán el 5%, el mínimo necesario para que un partido pueda entrar en el Parlamento.
Para daros una idea os ofrezco un ejemplo de categorización según sus nombres. De ahí que hay partidos:
1. de pequeños propietarios campesinos;
2. de obreros trabajadores de izquierda;
3. cristianos, sociales, nacionales, democráticos y radicales;
4. de los jubilados despojados, pobres y desamparados;
5. de industriales emprendedores;
6. europeístas;
7. femeninos maternales;
8. de gitanos;
9. por una Hungría florecida;
10. de automovilistas, motociclistas y deportistas en general;
11. verdes;
12. atípicos (o extragalácticos);
13. con un nombre muy largo…e impronunciables.
Primero os explico algo de los Verdes.
Aquí, en el menú de la Comisión Electora Nacional, por ejemplo, figuran hasta cuatro (¿o quizás cinco?) formaciones verdes. Y a mi me estalla el corazón de dolor cuando veo que están completamente ausentes del Parlamento. Ninguna ha conseguido plaza en el Congreso.
Los Verdes, por supuesto, subrayan la importancia de la Madre Tierra y la protección del medio ambiente; actúan contra el derroche del consumo de agua y energía; apoyan los mecanismos y las empresas ecologistas y alternativas; luchan por un uso de la biosfera preocupado por las generaciones futuras....
Al final, en el mejor de los casos, son todo chapucerías. Tienen ideas nobles, sin embargo, lamentablemente, la situación económica y fiscal y las teorías de los economistas no están en absoluto de acuerdo con estas aspiraciones ecológicas.
El ZD (La Alianza de Ciudadanos Verdes) intentaría convertir a Hungría en el primer Estado Verde*** . ¡Eso me alegraría mucho!
El Partido de los Verdes para la Sociedad (MSZZP) me parece que es un verdadero batallador: en 1994 planearon un ataque contra el Fidesz tirándole dándole de almohadonazos a uno de sus representantes. El ataque no tuvo éxito. Pero otro atentado sí que salió bien: el mismo año cubrieron la cabeza del alcalde principal de Budapest con una bandeja entera con pastel de crema!*** ¡Bravo!
Existe también un partido para la Vida, la Justícia, la Verdad y la Libertad de los Habitantes de la Tierra (FÉP)***, que quiere conseguir la paz permanente en el globo terráqueo. Su propuesta es la siguiente: habría que vivir según las leyes de la naturaleza, hacer desaparecer la televisión, plantar en todas partes Evodia hupehensis (un árbol de la familia de las rutáceas, típico del este asiático) y todos deberían jugar al Juego de la Redención de la Humanidad, que explica detalladamente en su propuesta electoral.*
Además los afiliados pueden gastar la mitad de sus contribuciones anuales al partido en una tienda de ahumados, propiedad del fundador y presidente del FÉP.
Ahora pasamos al punto 3, los partidos cristiano-social-nacional-democrático-radicales, especialmente los que tienen ideologías nacional-radicales:
El Partido del Reino Húngaro (Mkir.P) intenta restablecer la monarquía en nuestro país, y para ello propone la realización de un referéndum sobre el tema. Una vez aceptado el referéndum, primero cambiarían la formula de estado, y después elegirían al nuevo rey o reina. Lamentablemente la Corte Suprema rechazó la iniciativa, pese a que la Comisión Electoral Nacional no había puesto ningún impedimento a tal propuesta; así que por el momento no hay perspectivas de un rey, ni de una reina húngara.***
Una se queda pensando en qué categoría incluir al Partido de los Habitantes de las Casas de Paneles (PPP). Por el momento, los podría ubicar en la 12 ó 13.
Otra dato que me sorprendió mucho es que haya cuatro partidos para los pobres, por ejemplo, el Partido de la Existencia Húngara(MLP) -¡que bonito nombre!; y dos para los jubilados: el Partido de los Jubilados Húngaros (MNYP) y el Partido de los Jubilados, a secas (NYuP) -pero, ¿por qué estos dos no se han unido? No entiendo, teniendo los nombres tan parecidos...
Hay también partidos para los escritores, los trabajadores, e incluso para los alcaldes.
Dejo pendientes la lista de los grupos políticos de cristianos, gitanos, minorías varías, humanistas y otros.
¡Que genial sería si al menos uno de estos partiduchos figurase en el gobierno! Sin lugar a dudas, si lograsen más publicidad, tendrían más confianza y votos de la gente. La fama y el éxito van de la mano de los medios de comunicación y de la publicidad. Sino ¿cómo se entiende que una abra las revistas o encienda la televisión y vea que hay personas, como por ejemplo, Tünde Kiszel, que son de lo más populares e importantes en nuestro país? ¿Cómo puede ser esto? En el próximo número de El Quincenal escribiré sobre ello. ¡No os lo perdáis!
*www.index.hu
**Ospaal.com
***HVG, número 12. 25. Marzo 2006.
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