lunes, febrero 26, 2007

¡No pongas caras! Los cambios en Sanidad no son chiste

Nos guste o no nos guste. Nos gustó en su momento y después no nos gustó. No me gustó al principio, pero ahora me gusta un montonazo. Nos gustaría si no fuese exactamente así.

Cuando empezó me dolía un poco pero ahora me gusta mucho. Yo tengo un amigo que le gusta, pero si me preguntas a mí, la verdad es que me gustaría analizarlo un poco más y ver qué pasa. ¿Y a ti te gusta? Nunca me gustó ni me dejará de gustar. A mí me gustan las cosas claras. Gustar por gustar, no, pero si se tiene que gustar, gustamos.

La Reforma Sanitaria avanza irremediable. Nos tienen mareadísimos. El discurso del gobierno pretende ser conciliador, siempre y cuando se hagan los recortes establecidos. Una vez anunciada por todo lo alto y con rotundidad, la estrategia parecería ser dilatar la implementación total del paquete de reformas lo máximo posible pero sin que pierda continuidad. Desde hace meses hay un goteo constante de pequeños y grandes cambios que, como en un ring, mantienen a la sociedad contra las cuerdas, de pie, pero sin dejarla reaccionar. La oposición y los sindicatos, tres cuartos de lo mismo, hacen los coros a la Reforma, con alguna que otra varietté, y esperan al 15 de marzo como al agua bendita. Confían en el toque mágico y nostálgico de aquel año y medio de independencia de los austríacos, como todo servicio. “Espera al 15 y ya vas a ver”, dicen.

Mientras tanto, los que se arriesgan en el desprestigiado Sistema Sanitario Húngaro, por convicción ideológica, patriotismo o simplemente abandonados al irremediable capricho de la salud, discuten sobre calidad y no sobre cuartos. Pero es más bien como un zumbido, un susurro por lo bajo, una charla no a lugar.

Crónica de un ritual de sangre moderno

por Sebastián Santos, aboro kikpa*

Miércoles 14 de febrero

Si no fuese porque me van llenar de agujeros, largaría un grito de alegría. ¡Qué bonito está todo! Antes de venir a entregarme para el sacrificio tuve que remar contracorriente contra los penosos comentarios que caen sobre los hospitales húngaros. Viejos, sucios y totalmente despelotados. Los cirujanos eran los que se salvaban de tanto improperio, pero esa lógica, donde todo es una reverenda porquería menos un selecto grupo de profesionales, no llegaba a entenderla. Seguí adelante porque, para ser sincero, mis anteriores impresiones de la Seguridad Social Húngara, en dispensarios y mismo en este hospital, el Uzsoki, cuando vine a entrevistarme hace unas semanas con la anestesióloga, siempre habían sido positivas, o al menos dentro de esa franja de normalidad a la que me acostumbré en España.

El Uzsoki es impecable. Es un hospital nuevo, sin paredes que se caigan, limpio, bien arreglado y todo marcha con armonía. También el personal va de punto en blanco y mis 3 primeros contactos, en Ingresos y luego en la entrevista con la Jefa de Enfermeras, y con una de las enfermeras de planta me ha dejado encantado. Amables y eficientes. Me han recibido como en un hotel. He salido de ingresos con un mapa del Hospital y un cronograma de las próximas actividades: ocupar mi cama y presentarme 8.30 en “Análisis” para dar sangre.

La enfermera de planta estaba de lo más contenta con mi llegada. Quería aprovechar para practicar su oxidado inglés. Y así ha sido, se ha esforzado hasta quedarse muda por preguntarme los detalles previos a la operación, todo en inglés.

A la Enfermera en Jefe le he dado el primer tubo de sangre como si le hubiese dado un beso. Feliz. “Buenos días”, y me ha dado la mano, “me llamo Katalin Mólnar y soy la Enfermera en Jefe.”

Decididamente mis primeras impresiones del hospital contradicen totalmente el chusmerío previo y la convicción de buena parte de los extranjeros que viven aquí de no dudar en volver a su país para operarse, si toca.

La habitación es soleada e impoluta. Hay cuatro camas, con una mesilla a cada lado y un armario compartido. También hay un váter, una ducha y una pica, todos separados. Escribir desde este relax pre-operatorio es realmente un placer. El día está precioso.

Solo somos 3. Laci, guardia de seguridad, de unos cuarenta y pico, está a punto de ir a operarse de hemorroides. Está un poco colocado, por una pastilla que le han dado, pero mantiene un humor ácido y punzante. Pista, que ronda los 60, pintor jubilado, está algo más estropeado. Dice que entró por unos cálculos en la vesícula y terminaron abriéndolo en canal y revolviéndole todo. Está muy delgado, ¡dice que ha bajado como 50 kilos! Y le salen de la panza 5 asquerosos drenajes. Pero, pese a todo, nos reímos y más cuando tiene que levantarse y se le enredan los tubos.

Son las 10 y acaba de venir el camillero a llevárselo a Laci.

A mi me ha venido a buscar la Doctora de Planta para una entrevista. Encantadora, me ha explicado el protocolo de antes de la operación y el sistema de las visitas médicas y de amigos y parientes. Se puede venir a cualquier hora, menos cuando son las visitas de los médicos, entre las 7 y las 8 de la mañana y entre las 3 y las 4 de la tarde. Me operan mañana. A las 12 me traen la comida y luego por la tarde un purgante para que vacíe el estómago. A partir de las 12 de la noche, y hasta la operación, no puedo tomar ni agua.

Aprovechamos con Eszter, que me ha venido a acompañar, para ir al bar de la planta baja. He hecho el último cafecito y he comprado agua y periódico para matar el rato, sin llegar a sangrar.

Al volver a la habitación, me he puesto un gigantesco pijama, que me prestó mi suegro, y hemos seguido charlando con mi compañero de celda. Mientras las enfermeras han pasado a tomarnos la temperatura y la presión; y a eso de las 10.30, dos chicas a limpiar y fregarlo todo.

A las 12 ha vuelto Laci y un rato después ha llegado la comida. ¡Por fin he entendido la imperiosa necesidad de venir tan cargado al sangriento ritual! ¿Para qué traer un vaso, cubiertos, servilletas, papel higiénico, jabón, toalla, pantuflas, pijama, salto de cama, agua....? Simplemente porque no te dan. La comida llega en unas bandejas cerradas, y al lado colocan la típica jarra de té, pero no hay nada más. En el baño tampoco hay papel higiénico, y por supuesto sobre la cama no hay dos toallas coquetamente dobladas como en cualquier hotel de carretera. He de decir que ha estado buena la comida. Cada uno según su dieta. A mi me ha tocado una sopita y una salchicha nadando en un puré de espinacas o algo así. De postre: arrollado de mermelada.

Pese a lo que me ha dicho la doctora pasan muchos más de las 2 estrictas visitas médicas. Pasan, hablan, apuntan y se van. Para preguntar hay que ser rápido porque no dan tiempo para que te la pienses. Responden rápido y se van. Aquí ya huele a chamusquina y da para criticar. La amabilidad patina un poco, pero igual se agradece que nos revisen y nos miren.

De ahí en más me he dedicado a cagar, leer, escribir y dormir. Aunque dormir poco, porque hay tanto movimiento, que aunque discreto, me hace abrir los ojos y chusmear, pensándome. A eso de las 4 Laci se ha ido despertando con muchos dolores y obsesionado por mear. “Es el puto momento en que ninguna posición te viene bien”, dice sin cesar. Por momentos es cómico, porque uno por colocado y recién operado pasea en bolas, insistente, de la cama al lavabo, y el otro, por tener tantos tubos, también en pelota picada, se revuelve sobre las sábanas, y por supuesto, también hace una que otra excursión, acompañándose de los malabares con las sondas. Es un momento de llanto y de putear. A Pista le sangra una de las sondas y se caga en el puto Gyurcsány y el Capitalismo. Yo intento verme a esta misma hora mañana, despelotado, retozando o deambulando, todo junkie, por la habitación.

Finalmente a las 5 ha venido la gran visita médica, toda una tropa. Pero pese a mis expectativas no me han dicho nada. He mostrado panza, como todos y rápidamente han pasado de largo. Realmente me gustaría que alguien me explique como será la operación y cómo quedaré mañana. ¿Tendré un drenaje? ¿Algún tubo que me salga de la boca? ¿Cuántos cortes me harán? No tengo ni idea, solo la general, por haber leído algo, y de lo que ahora cada uno va contando y que supone es experiencia universalmente transmisible. La información sigue siendo un lujo. Y se me empieza a quebrar el síndrome de Estocolmo.

El doctor en jefe, después de haberlo visitado a Laci y a mi, se ha puesto en medio de la habitación y en plan oratoria romana ha anunciado lo de los 300 forintos que hay que pagar a partir de mañana y algo más que no llegué a entender.

Luego Pista me ha comentado que lo que pasa es que a él no le cubre todo el Seguro sino que tiene que pagar, de momento unos 500 mil forintos. Su mujer, que ha llegado un rato más tarde, con una de esas sonrisas que amanecen, me ha afinado la afirmación de István diciendo que es así pero que en realidad él tiene que pagar solo 10 mil y el resto lo paga su ayuntamiento. Son de un pueblo a unos 11 kilómetros de Budapest. Una casita con jardín, árboles y dos perros. Según Pista, una preciosura que nada tiene que ver con el mugroso Pest.

Son las 6. Laci está con chuchos de frío. Con lo grandote que es y lo chiquilín que se pone con esto de los dolores. Ha llamado a su mujer y le ha dicho, con una voz de infante Carlos V: “¡Gatita, estoy malo!” En toda su inmensidad es de lo más tierno.

A las 8 ha venido una enfermera a entregarme una bata y una vasito con jabón para que me duche por la mañana y esté listo para la operación. Ahora los 3 estamos en look nudista. Con Pista comentamos que inauguraremos una playa nudista a orillas del Danubio después de esta buena experiencia.

Laci por fin ha meado y yo he empezado una intermitente procesión al váter donde me dejo ir, no solo de cuerpo, sino también en espíritu. Aquella sensación primera de la mañana, donde me sentía un veraneante, la he perdido definitivamente. Ya no somos personas, en este estado liminal nos movemos lentamente y asustados. Hay grandes pausas de miradas al techo y los chistes se hacen más y más esporádicos.

Jueves 15 de febrero

¡Nos levantan a las 5.30! Un poco exagerado, más para la noche de mierda que nos hizo pasar Pista, que se hartó de las sondas. Hablaba sin cesar, puteando contra todo lo imaginable. No quedó títere con cabeza, ni familia, ni Dios, ni patria, ni bandera. Se ve que se arrancó algunos puntos y un par de drenajes. La enfermera, que empezó la noche con una sonrisa de Walt Disney, ahora está toda cruzada.

Yo, chino-chano, me he duchado con mi súper jabón y me he tirado en la cama a esperar. Ha pasado el desayuno, unos zsemles con embutido y queso untable y té. Han venido más visitas, las chicas de la limpieza, un par de tipos de azul, con unas etiquetas rojas en los brazos, supongo de seguridad, pero de mi operación todavía nada. Recién a las 11 Eszter, mi fiel visitante, me ha averiguado que soy el cuarto y que antes de las 12, nada.

A las 11.30 vienen a colocarme una vía para enchufarme un buen saco de suero. Me dejan un sedante extra y me dicen que me lo tome cuando me recoja el camillero antes de ir a quirófano.

¡Sorpresa! Han encontrado unas radiografías debajo de mi cama. El caso es que no son mías. Detallitos. Por cierto: ¿Y dónde está mi brazalete? – le pregunto a Eszter. Resulta que cuando hicimos el ingreso me hicieron firmar un papel donde aceptaba que me colocasen un brazalete identificatorio. Se ve que en algún momento hubo problemas, e incluso muertes por haber confundido los pacientes en la sala de operación. Lo firmé aceptándolo, pero mi brazalete, que sí se lo he visto a Laci, yo no lo veo por ninguna parte. Confío en que estos errores no sean el pan de cada día y que en breve esté jugando a los autitos en el living de casa.

Ya está. Y esto es de lo que me acuerdo: Pasadas las 12 vino el camillero y rápido como una flecha me llevó a quirófano. Eszter nos acompañó hasta la puerta como en las películas.

Una vez dentro algo cambió. Se pinchó el globo de los buenos modales. Ya no era el ambiente arregladito y tranquilo de la sala. Había música, una música ordinaria, una grabación llena de insultos y risas histéricas. Griteríos varios y yo me sentía un churro yendo de cabeza al aceite. Me cambiaron a una camilla verde, allí todo era verde. Verde, que no quiero verde, verde médico, verde sábana, verde enfermera.

Todo lo personal del liminal anterior desapareció. Si en la sala no me sentí persona, ahora apenas me siento un trozo de carne. Lo primero que hicieron fue depilarme la panza. Ni hola. Después me dejaron en un pasillo, un buen rato, sin explicarme absolutamente nada y aguantando esa insoportable musiquita. Por primera vez pude ver el descascaro, básicamente en las paredes, por el choque de las camillas. Me tuvieron ahí cosa de una hora, si no me salen mal las cuentas.

Lo peor fue cuando me pusieron al lado de una puerta, que resultó después sería mi sala de operación. La puerta se abría y me daba en la camilla. ¡Plac! Y otra vez, y la jodida musiquilla. Y ¡Plac! Bastante insoportable.

Diría que ese imaginario que recogí previamente a la operación, donde solo se salvan los médicos de los improperios contra el sistema médico, es simplemente una forma de no ponerse histérico, ni desesperarse ante la sola idea de ir a “curarse”. Habría que ver las estadísticas para ver si son buenos o malos profesionales. Lo que sí, socialmente incompetentes. Por ejemplo no sé ni quién me operó. Solo hablé con él una vez en el dispensario, pero en estos días ni ha aparecido y no recuerdo su cara en el quirófano.

Finalmente me recogió un chico de mi estática condena y me metió en el quirófano, debajo de unas grandes luces. Me ataron las piernas, me pusieron el brazo izquierdo en una plataforma separada, el derecho me lo envolvieron en una tela verde, pegado al cuerpo. Volvió el buen rollito. Ahí la música era mucho mejor, pop inglés. Un par de enfermeros o médicos, gente de verde me hacía chistes y al final del recuerdo uno me preguntaron, desde lo alto de mi cabeza, qué quería soñar.

Dicen que estuve fuera unas 3 horas. Y que al volver tuve visitas y se ve que tenía mucha sed, porque veo un trapo húmedo al lado de mi cama que supongo habré usado para refrescarme la boca como los otros, y hay una bolsita con la piedra que me quitaron de la vesícula. Negra y porosa, como un asteroide. Más chiquita de lo que me había imaginado.

Viernes 16 de febrero

Son las 3 de la mañana y traen a un chico nuevo. Viene por su propio pie sujetándose la panza. Todo es muy rápido. Vienen varios médicos e inmediatamente se lo llevan a quirófano. Después Zoli me ha explicado que tenía algo así como enroscado los intestinos. Los médicos han dicho que casi se muere.

Son las 6 y ya han pasado a despertarnos y a darme unos calmantes, que podría repetir en 8 horas. Me siento muy bien y relajado. En el brazo todavía tengo puesta la vía y en la panza tengo tres cicatrices y una sonda que se va por la derecha, llena de sangre.

A partir de las 7 vienen varias visitas médicas y todos me dicen que mañana me voy y que hoy me quitan la vía y el drenaje.

Una enfermera me pregunta si quiero ir al baño y me acompaña hasta la puerta. En realidad, aunque algo mareado puedo hacerlo bastante bien solo.

7.30 y Zoli ha vuelto de la operación. Se queja y tiene chuchos de frío. La enfermera le trae una manta que se calienta con una especie de calentador de aire. El ruido es algo molesto.

Tengo mucha hambre. La señora de la comida me deja 2 tarritos de ricota y los correspondientes zsemles. Como con pasión y alegría de que todo entre tan bien. Laci se está preparando para irse. Ya han venido a decirle que baje a pagar a la planta baja, a la máquina automática, los 300 forintos por día de hospitalización, que cuentan desde el 15 de febrero. Unos 600 le tocan.

Al viejo se lo llevan a hacerle un ultrasonido. Algo anda mal, parece que tiene el hígado jodido.

El péndex ya está más espabilado pero tartamudea un poco. Se lo ve con miedo. Nadie sabe que está aquí y no ha traído el buen arsenal que traemos todos para pasar unos días aquí. Eszter, que es un sol, le deja su móvil para que le avise a su mamá. La conversación es un poco a los gritos. Digamos que no es una familia con las mejores maneras ni el mejor código de respeto entre padres e hijos.

¡¡Chau Laci!!!

Ahora aparecen tres mujeres a hacer un inventario de lo que hay en la habitación. Una dice y las otras escriben y apuntan si algo no está bien. Papelera, 1; almohadas, 4; mesa, 1; sillas, 4; banquitos, 4; colgador, 1...

Lo prometido es ley y a las 10 vienen y me sacan la vía. A la tarde aparece el médico que me operó y me lleva a un cuartito donde me saca el drenaje. La conversación es muy amena y quedamos para vernos en el dispensario el miércoles. Hablamos un poco de la operación. Lo raro ha sido que no estaba seguro de si había sido él quien me había operado. Se lo he preguntado y me ha dicho que sí.

Esta gente tiene la naturalidad propia de la arrogancia. “No te he ido a visitar, no te expliqué un pito, y qué? ¿Qué problema?” ¡Estos médicos son unos reverendos soberbios! ¡Y encima hay que darles dinero bajo mano! Esto todavía me cuesta digerirlo. La primera vez que nos vimos con el cirujano le pregunté cuánto tenía que pagarle extra y me respondió, casi ofendido, que nada. Después, comentándolo con los amigos, todo el mundo me dijo que sí, que hay que darles dinero. ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿Cuándo? Ahí las versiones variaban. El caso es que no están penalizados los regalos en efectivo a los médicos, pero tampoco son vox populi. “Hay que dárselo en un sobre cuando nadie te ve.” ¡No te jode! Tal vez el momento apropiado hubiese sido cuando estuvimos solos en ese cuartito, pero no tenía un mango. “Si después de la operación viene el médico y te mira y te pregunta cómo estás y te controla, le pagas”, me dijeron.. Todos estuvieron de acuerdo que por el tipo de operación serían unos 10 mil forintos. Hay que conocer la tabla de las experiencias. Un parto 100 mil, una operación caquita como la mía un diego. La próxima oportunidad es el miércoles, pero como la verdad no me sentí para nada atendido no pienso darle un mango. Además, lo de los 300 forintos, teóricamente, es para subirles el salario y evitar el dinero en negro, dicen....

A la vuelta de la consulta ya habían venido a visitar a Zoli. El tono sigue igual, irreverente. Una de las de la limpieza, entre fregada y fregada, hace un discurso sobre cómo hay que tratar a los padres. Zoli pasa, está entre colgado y demasiado nervioso como para entrar en conversaciones sobre las relaciones generacionales.

Nos da la noche con una cena frugal, un bocata de algún embutido difícil de identificar y té, siempre mucho té.

A Pista le ponen un sedante por vena y en breve se queda colgado, pero en su impaciencia termina dormido sentado en la silla. Tenemos que llamar a la enfermera para que lo acueste. Zoli se ha asustado mucho, ha pensado que la había palmado.

Sábado 17 de febrero

Hoy me voy. Dicen que me mandan para casa esta misma mañana. Son las 7 y ya llevamos un buen rato despiertos, termometreados y pasados por la manga de la presión. También ya ha pasado una primera visita de médicos.

Pista tuvo una noche demasiado tranquila. Ahora resulta que tiene la presión en 200 y se lo llevan a investigar.

7.30 y me mandan a pagar a la máquina automática de abajo. Realmente es toda una experiencia porque nadie entiende muy bien como funciona y somos una banda perdidos por los pasillos buscando la maquinita de las narices para luego encontrarnos frente a ella y preguntar. Yo ayudo un poco a las viejas que no lo logran a la primera.
Son dos máquinas. En una hay que cambiar los billetes por monedas y en la otra sacar los tickets. No es muy complicado, aunque es muy fácil no hacerlo del todo bien.

Primero hay que seleccionar, dándole al botón amarillo, si queremos un ticket de visita médica o día de hospitalización. Las dos opciones cuestan igual, 300 Ft. Después hay que colocar el dinero. Por ejemplo, yo estuve 3 días y debería haber puesto 900 Ft. En realidad puse 1000 Ft porque me pasé. Finalmente hay que apretar el botón verde para que imprima 2 comprobantes, uno para el hospital y otro para el enfermo. Para mi sorpresa no me devolvió los 100 Ft.

En definitiva, aunque solo sirven los comprobantes múltiplos de 300 Ft la máquina puede hacer comprobantes hasta un máximo de 1000 Ft. Digo porque si mal no recuerdo la máquina ha dicho que 1000 ft era la cantidad máxima.

Yo saqué uno solo, pero en general los demás que me acompañaban, por indicación del portero que se ha acercado a ayudar, sacaban tickets por día.

Con los papelitos nos hemos ido a Ingresos donde los hemos entregado y luego, vuelta a la habitación. Me han explicado que hay que guardar los comprobantes porque después de 20 en un año (x300 ft) no hay que pagar más, durante ese año.

Hemos vuelto con unos vecinos de habitación a nuestra planta y a las 9.15 he tenido la última visita médica donde me han dado el alta. Firmé un montón de papeles, me dieron otros tantos, junto con el ticket de los 900 y los comprobantes para el trabajo, empaqueté y me he ido.

Lo único que me ha costado es que me dijesen si tenía que seguir tomando alguna medicación o seguir alguna dieta especial o cómo tengo que cuidarme las heridas. Vuelvo a repetir que deberían hacer un cursillo de comunicación personal.

Ante mi insistencia me han dicho que no hay que hacer ninguna dieta especial. Que por la operación no coma con especies y evite las legumbres y las comidas que provocan gases. En cuanto a medicamentos, si tengo dolores que utilice cualquier analgésico de venta libre.

En la despedida Pista duerme como un angelito. “Este se nos va”, se me da por pensar. Y Zoli discute con los médicos porque quiere que le den el alta. No soporta estar en el hospital. Tiene hambre y no quiere pagar ninguna cuota por estar en este “lugar de mierda”. Los médicos le dicen que se estuvo por morir y que es mejor que quede bajo control unos días. Ahí se quedan discutiendo. Zoli se pone como loco.

Contra la recomendación de mi novia, me he ido sin dejarle dinero a ninguna enfermera. Una pena, pero a mí esas cosas me son muy complicadas.

He vuelto a casa y miro la piedra, ya medio disuelta en un sobre de plástico. En el vade retro del descanso me vino a la mente Evans- Pritchard, la brujería y los azande. Y busco alguna clave que haya justificado esta prematura autopsia en busca de materia de brujería. Según Pritchard era práctica habitual para comprobar las acusaciones de brujería y la validez de las indemnizaciones, de lo que él traducía como lanzas. En realidad ellos miraban más que nada los intestinos, pero seguramente cualquier cosa extraña les hubiese venido bien para condenarme:

“Se hacen dos incisiones en el vientre, se coloca un extremo de los intestinos en una rama rajada y se van enrollando. Después que se ha separado el otro extremo del cuerpo, lo coge otro hombre y va desenredando los intestinos conforme se aleja del hombre que sostiene la rama rajada. Los ancianos caminan junto a las entrañas y las examinan en busca de la materia de brujería. Los intestinos suelen volverse a colocar en el vientre cuando se ha acabado el examen y se entierra el cadáver.” (Pritchard, 1997:66)

Me entregué como antropólogo y no como paciente. Vi brujos y no vi ningún médico.

* En azande, el de la vesícula grande.

Fuentes:
Evans-Pritchard E.E. (1997: 1937) “Brujería, magia y oráculos entre los azande”. Editorial Anagrama. Barcelona.

La Reforma, una solución a la hipocondría

por Kléber Mantilla

La salud pública es una filosofía y actitud frente a la vida muy compleja para identificar. La salud no tiene inicio, pues está presente siempre en el ser humano y su entorno, desde antes de la vida y hasta después del final en la muerte. Sin embargo, a modo de análisis, la pregunta central se desprende de la posibilidad de hacer o no reformas en los sistemas de administración de salud pública de un país.

En algunos países hablar de “reforma a la salud” suena al cuento del gallo pelón, pues viene atada siempre a la mala o buena economía, las aficiones políticas y las dinámicas sociales. Tantas reformas se hacen, y cada día, que cuando se escucha la frase suena a necedad con letargo e impotencia.

Cabe citar un ejemplo. Existe una organización no gubernamental, denominada “Centro de Estudios de Población y Desarrollo Social” (Cepar) con sede en América Latina, que gestiona varios estudios y proyectos, y entre sus objetivos consta la reforma de la salud del Estado. Pero ya han pasado casi tres décadas desde su creación y la reforma continúa siendo el justificativo para recibir fondos de organismos internacionales. La “reforma de la salud” es un término tan cansino y prostituido que nadie logra describir con propiedad de qué se trata. Cualquier inocente podría pensar que se trata de la creación de nuevos hospitales, el aumento de médicos calificados, la introducción de nuevas tecnologías, la mejorar a la atención al paciente, o tal vez, el verdadero perfeccionamiento de los servicios de salud. Pero no. Nada que ver. Por el contrario, la reforma, en la práctica, históricamente ha servido para crear fabulosas estructuras burocráticas encargadas de la gestión en temas de salud, para aislar a la gran mayoría de la población tanto de los servicios básicos como de las emergencias, y además, enriquecer a los gestores de los programas de la famosa “reforma”.

Una paradoja es Hungría. En la actualidad se impulsa una reforma del sistema de salud que viene concebida desde la adopción del nuevo modelo económico para el ingreso a la Unión Europea. El caso es que la Comisión Europea le dio un año a Hungría para solucionar su elevado déficit fiscal. La orden fue clara y rigurosa. Si no aplica medidas concretas y no cumple el postergado plan de reformas y racionamiento del gasto público se suspende el envío de fondos europeos. Así, el primer ministro, Ferenc Gyurcsány, intenta a toda costa reducir el déficit al 3,2% del PIB para el 2009 y bajar la deuda pública. Su idea es aumentar los ingresos con el alza de impuestos; con los aportes a la seguridad social y a los servicios básicos; y junto a las facturas del gas, un 30% más caras, y a las de electricidad, un 8%, se añade el cobro por los servicios médicos y los medicamentos.

En pocas palabras, la reforma de la salud es el cobro de servicios básicos de salud y el pago de medicamentos, que desde el tiempo del socialismo nunca se había aplicado. Hecho político polémico pues la oposición maniobra su campo de acción con estos ejes tan vulnerables para la población.

Los líderes del partido opositor Fidesz repiten a diario que “la reforma provoca el caos entre los profesionales de la Sanidad por falta de información, y que las reformas sólo buscan incrementar el número de visitas para generar ingresos provenientes de la introducción del pago de las visitas”. Muchas medicinas, que antes eran gratuitas, ahora tienen un precio y para otras se requiere receta.

La percepción en la gente es diversa. Un colega me decía que se aplica la reforma para que la viejitas (que son muchas en Hungría), ya no vayan todos los días a realizar las mismas preguntas en los consultorios médicos, pues ahora tendrán que pagar unos pocos forintos para que el médico las escuche.

Y otro colega decía que la reforma busca transparentar el favor que los médicos realizan. “Antes después de la consulta siempre se dejaba una propina al médico y a la enfermera porque el salario de ellos era muy bajo, pero ahora es más oficial el pago”.

En cambio, sobre los medicamentos, Ágnes Horváth, del Ministerio de Salud, asegura que el problema no es enriquecer a las grandes empresas farmacéuticas que se ocultan tras las reformas de la salud de cada país en el mundo, sino que el requerimiento de receta médica es una consecuencia de la aplicación de la normativa de la Unión Europea.

En todo caso, la salud, negocio o no, es un derecho de los pueblos. Y es claro, que el tráfico con la salud pública beneficia a ciertos grupos y sus cómplices. Varios países han experimentado que después de la privatización de servicios viene la masificación de la inseguridad social, pues acaba la responsabilidad del Estado de garantizar el servicio de salud y lo deja para quienes pueden pagarlo, condenando a muerte a miles de hombres, mujeres y niños.

Cronología y resumen de la Reforma Sanitaria

por Eszter Aranyos

31 de marzo de 2007
Fecha límite para firmar los contratos sobre la financiación de los hospitales transformados.

15 de febrero de 2007
Introducen la tasa de visita médica.

18 de enero de 2007
El Parlamento vota la introducción de la tasa de visita y la constitución del Centro Estatal Sanitario.

4 de enero de 2007
El Parlamento acepta la lista y las condiciones de ciertos medicamentos que se podrán comercializar fuera de las farmacias.

1 de enero de 2007
Entra en vigor la quinta Ley sobre el Desarrollo Hospitalario.

19 de diciembre de 2006
El Parlamento acepta la quinta ley de la Reforma.

21 de noviembre de 2006
El Parlamento acepta la Ley sobre Eficiencia del Uso de los Medicamentos.

17 de noviembre de 2006
El Gobierno acepta la quinta ley de la reforma sobre el desarrollo del Sistema de Servicio Sanitario.

18 de octubre de 2006
El Gobierno acepta la cuarta ley de reforma sobre Seguro Sanitario.

11 de octubre de 2006
El Gobierno acepta las primeras tres leyes de la Reforma Sanitaria.

Fin de verano de 2006
El Gobierno acepta las pautas generales de la primera etapa de la Reforma Sanitaria.

(1ª) Ley de Eficiencia del Uso y Mejora del Suministro de los Medicamentos
Eficiencia del uso de los medicamentos


Responsabilidades de los productores y comercializadores

  • En un futuro, los productores y los mayoristas tendrán que pagar un canon obligatorio en base a sus ventas anuales. Los productores podrán ser eximidos de pagar, una parte o el total, si disminuyen los precios y se comprometen a mantenerlos así durante tres años. Además, tanto productores como mayoristas deberán pagar un extra por las ventas de los medicamentos subvencionados.
  • En caso de sobrepasar el presupuesto estatal para la Caja de Medicamentos, entrará en vigor la división de responsabilidades entre la Seguridad Social, productores y mayoristas. La ley posibilita la compensación del déficit con el canon por ventas, y en el caso de un déficit aún mayor, con el reparto de las responsabilidades por franjas. Hasta un 10% de déficit lo repartirán en tres partes, y sobre esa franja solo entre productores y comercializadores.
  • Se endurecerán las reglas y aumentarán los impuestos para la promoción y visitas médicas. Los productores tendrán que pagar 5 millones de forintos anuales (20.000 €) y 1 millón (4.000 €) por difusión de medicamentos y material sanitario respectivamente. Se limitarán las subvenciones para la realización y participación en conferencias y eventos farmacéuticos; y serán más estrictas las condiciones para emitir permisos para la publicidad de medicamentos.

Responsabilidades de los médicos

  • Si un médico, durante un tiempo prolongado y sin justificación, prescribe la medicación más cara, la diferencia le será descontada al médico de cabecera o, de haberla, a la institución de vigilancia médica del centro.
  • Los médicos de cabecera tendrán la obligación de usar el software recomendado por la Seguridad Social para la prescripción de medicamentos, el cual asegura la selección del mejor y más económico.

Responsabilidades de la Seguridad Social

  • Cambiarán las reglas de subvención de los medicamentos:
    • Se revisará periódicamente la lista de medicamentos subvencionados, quitando o cambiando las subvenciones.
    • Se harán concursos públicos de medicamentos.
    • Aumentarán las subvenciones a los medicamentos genéricos.
    • Se reducirá el proceso de asignación de subvenciones de 90 a 60 días.
  • Se intensificará el control de los médicos y especialmente de sus hábitos para la prescripción de medicamentos.

Responsabilidades de los enfermos

  • Desaparecerán los medicamentos gratuitos. El precio mínimo, en el futuro, para los medicamentos subvencionados será de 300 Ft. (1,2 €).

Mejora del suministro de los medicamentos

Facilidad en la creación de farmacias

  • Para la instalación de una nueva farmacia, será obligatorio dar el permiso en cualquiera de los siguientes casos:
    - si en la población no hay farmacia;- si el número de personas resultante por farmacia es por lo menos 5.000, y la distancia entre las entradas de las farmacias, en ciudades grandes, es mayor de 250 metros. Para poblaciones más pequeñas son 300 metros; - si en la población no hay farmacia en un radio de 1 km y fuera de ella en un radio de 5 km;- si se quiere abrir una farmacia en las cercanías de un establecimiento sanitario con servicio de urgencias, donde todavía no la hay;- si la farmacia se compromete a ofrecer servicios extras (por ejemplo: atención 24 horas, horario extensivo, servicio de urgencias, medicamentos a domicilio, pedidos a través de internet, etc.)
    · Para el mejor suministro, donde no hay farmacia, se podrá establecer, de forma provisoria, una “farmacia filial” siempre y cuando no supere 180 días u 800 horas anuales.
    · Los hospitales con servicio para enfermos en cama, podrán hacer funcionar una farmacia dentro del establecimiento.

Facilidad en el proceso para obtener permisos


· El derecho de dar permisos para establecer una farmacia, de la Cámara Húngara de los Farmacéuticos pasará a la Autoridad Nacional del Servicio Médico Municipal.
· Desaparecerá el sistema actual de Concurso Público Nacional de Derecho Individual para fundar una farmacia.
· La dirección de la farmacia corresponderá a una persona y no a una empresa. De esta manera prevalecerá la acreditación profesional por sobre el negocio empresarial.
Abolición de las leyes referentes al tipo de sociedad de las farmacias
· En el futuro, cualquier tipo de sociedad podrá gestionar una farmacia. Si el gestor es una sociedad económica, el profesional a cargo de la farmacia también deberá ser propietario de la misma.
Tasa de solidaridad para el apoyo de farmacias con pocas ventas
· El presupuesto de farmacias y las tasas de gestión de recetas se agruparán a favor de las farmacias desventajadas.
· Las farmacias con ventas anuales superiores a 30 millones de Ft (120.000€) tendrán que pagar una tasa de solidaridad para apoyar el funcionamiento de las farmacias pequeñas.
· Se facilitará la fundación de farmacias en zonas de poca venta con préstamos especiales.
Reglamentos especiales contra las fusiones
· Dos farmacias no podrán fusionarse, si en un círculo de
- 25 km, en el caso de un pueblo,- 10 km, en el caso de una ciudad,- 2 km, en la capital,
1/6-a parte de todas las farmacias está gestionada directa o indirectamente por la misma empresa o grupo empresarial.
· A base de unos criterios determinados sobre venta anual y concentración territorial, la fusión necesitará el permiso de la Autoridad de Competencia Económica.
Otros cambios en las farmacias
· Las farmacias tendrán la obligación de proveer a los clientes de un sistema de información que permita comparar los precios de los medicamentos que no necesitan receta.
· Solamente se podrán vender medicamentos a mayores de 14 años.
· Las farmacias no podrán aceptar medicamentos en concepto de regalos de los productores o distribuidores.
La posibilidad de distribuir los medicamentos sin receta fuera de las farmacias
· Con el cumplimiento de condiciones rigurosas se abrirá la posibilidad de la venta de medicamentos sin receta fuera de las farmacias.
(2ª) Ley de Creación de la Inspección de Seguridad Sanitaria
· La Inspección de Seguridad Sanitaria será una oficina central bajo el liderazgo del Ministerio de Sanidad. Su competencia comprenderá a todo el sector de la Seguridad Sanitaria.
· Las tareas de la Inspección serán:
- defender los intereses de los clientes de los Servicios Sanitarios y controlar el funcionamiento de todos sus establecimientos,- verificar el cumplimiento de las obligaciones de los establecimientos sanitarios,- asegurar la capacidad de los establecimientos sanitarios,- planificar, analizar y proponer el Presupuesto Estatal de Salud,- dar permisos, etc.
(3ª) Ley de la Reforma de las Cámaras Profesionales de la Sanidad
· La afiliación a las Cámaras Profesionales de la Sanidad será optativa.
· Las tres cámaras nombradas en la Ley –la Cámara Húngara de los Médicos, la Cámara Húngara de los Farmacéuticos y la Cámara de los Trabajadores Sanitarios Húngaros– seguirán siendo cuerpos públicos, pero se permite la organización de otras cámaras también.
· La autoridad legislativa del funcionamiento de las cámaras la ejerce el Ministro de Sanidad.
(4ª) Ley del Seguro Médico
Pago directo individual
· Desde el 15 de febrero de 2007 se introduce el pago de visita médica por valor de 300 Ft (1,2 €), en todos los niveles del Servicio Sanitario.
· Para casos especiales habrá que pagar un precio más elevado. Por ejemplo:
- servicio del médico de cabecera, por propia voluntad, fuera del establecimiento médico (600 Ft = 2,4 €);- servicio sanitario general, no urgente, con un médico diferente al de cabecera (600 Ft = 2,4 €);- servicio urgente sin justificación (1.000 Ft = 4 €);- atención de especialista sin volante de derivación o en un centro diferente del que se especifica en el volante. (600 Ft = 2,4 €).
· Se eximirá del pago de esta tasa, parcial o totalmente, en los siguientes casos (se estiman se beneficiarán de esta manera unas 4 millones de personas):
- en caso de catástrofes, control sanitario obligatorio, epidemias, exámenes preventivos, embarazo, posparto, parto, y para menores de 18 años (unas 2,1 millones personas) e indigentes;- en caso de los que necesitan tratamientos medicinales a largo plazo (tratamientos oncológicos, diálisis de riñón, servicio para los que tienen hemofilia de nacimiento, análisis relacionados con la donación de sangre, tratamiento de enfermos de diabetes, los que están en lista de espera para transplantes o trasplantados, tratamientos de SIDA y enfermos de psicosis graves)
· No habrá que pagar tasa de visita por tratamientos no hechos por médicos (p. ej.: curas reiteradas, inyecciones, vendajes, fisioterapia, etc.)
· Con las facturas de las tasas de visitas, desde la visita no. 21, el ayuntamiento devolverá el coste de la visita. En caso de permanecer en el hospital, la máxima estancia a pagar será de 20 días.
· Del pago de la tasa de visita se recibirá una factura.
· Paralelamente, será obligatorio introducir la entrega de un “certificado de cumplimiento” para el enfermo, donde figurarán los tratamientos realizados y sus costes.
Centro Sanitario Estatal
· Se crea el Centro Sanitario Estatal, que pertenecerá al Ministerio de Defensa y atenderá a los empleados estatales (ferroviarios, policías, soldados, etc.)
Paquetes de servicio
· Habrá tres tipos de paquetes de seguridad sanitaria:
- paquete básico: para todas las personas que residen en el territorio húngaro, independientemente de tener relación legal con el Seguro o no.- paquete de seguridad: para los asegurados.- paquete complementario: servicios extras que se podrán recibir a través de un pago extra.
Creación del sistema de listas de espera
· En el servicio sanitario normal se creará un sistema de listas de espera.
· Es el médico quien podrá poner al enfermo en la lista de espera.
· La lista será abierta. La identificación será a través de un código. El orden será según fecha de entrada. El orden no se podrá alterar pero la Inspección podrá derivarlo a otro establecimiento sanitario.
Esterilización
· La podrán solicitar las personas mayores de 18 años, aunque entre los 18 y los 26 habrá un período de reflexión de 6 meses. Pasados los 26 este mismo período se reduce a 3. Se deberá ofrecer información completa sobre el tema.
(5ª) Ley de Desarrollo de los Hospitales
· Se suprimirán un total de 16.000 camas activas pero se mejorará el servicio de los enfermos crónicos, con 7.000 camas hospitalarias más.
· Se establecerá una nueva clasificación de servicios: hospitales estrella, hospitales territoriales, ambulatorios y médicos de cabeceras.
· El objetivo es conseguir que haya por lo menos un hospital estrella cada 55 km, un hospital territorial cada 30 km, un centro ambulante cada 20 km, y además que la ambulancia llegue a cualquier lugar antes de 15 minutos.
· Los hospitales estrellas:
- contarán con la tecnología más moderna y se ocuparán sobre todo de enfermedades graves o especiales;- en el futuro, solamente aquí se podrán realizar tratamientos que necesiten una importante rutina o experiencia (oncología, transplantes, operaciones de corazón, etc.),- serán a la vez centros de urgencia: aceptarán pacientes los 365 días del año, durante 24 horas;- tendrán obligación de participar activamente, en caso de catástrofe o epidemia, dentro de las 3 o 6 horas de ocurrida o decretada;- habrá una parte de las camas destinadas a atención regional.
· Los hospitales territoriales:
- en la mayoría de los casos ofrecerán servicios generales;- tendrán mayor papel en la rehabilitación, servicios para enfermedades crónicas y cuidado de enfermos;- estarán bajo el control y la tutela de los Consejos Regionales Sanitarios
· Los ambulatorios:
- funcionarán junto con los hospitales territoriales;- podrán realizar los análisis más importantes;- podrán hacer funcionar el hospital de día, cirugía de un día, servicios para enfermedades crónicas y cuidado de enfermos;- trabajarán estrechamente ligados con el servicio general básico;- estarán ligados al servicio de salvación y salvación aérea.
· Cronograma de la transformación del Sistema Sanitario:
- entra en vigor el 1 de enero de 2007;- el ministro prepara una propuesta de división de responsabilidades, y en 8 días la envía a los Consejos Sanitarios Regionales (CSR);- los CSR deciden dentro de 20 días;- la decisión es válida si cada establecimiento sanitario, que presta servicio para enfermos en cama, acepta la decisión;- con o sin aceptación de los CSR, el Ministro decide dentro de los posteriores 8 días sobre la división de cada una de las regiones;- los contratos de financiación nuevos se firmarán hasta el 31 de marzo de 2007.

Sana, sana, culito de rana

por Pablo Valentín

El pasado 15 de febrero entró en funcionamiento la controvertida Reforma Sanitaria en Hungría. Este acontecimiento supone un hito histórico en la política sanitaria húngara, con una clara tendencia de apertura hacia sistemas sanitarios privados. Los puntos que abarca esta reforma son, cuando menos, chocantes en un país donde todavía existen vestigios de mentalidad comunista. No es de extrañar que la Reforma Sanitaria, dentro de las medidas enmarcadas en el paquete Gyurcsány, sea tachada como una de las más impopulares.

Para poder entender la necesidad de las reformas en el Sistema Sanitario, basta con echar un vistazo a las tablas adjuntas, que representan las curvas de evolución del déficit del Fondo de Pensiones y Sanitario, y la evolución de la contribución de las nóminas (impuestos pagados por empleadores y empleados) al mismo.

El déficit en el fondo sanitario es cada vez mayor mientras que la contribución proveniente del pago de impuestos no es suficiente para cubrir ni gastos sanitarios ni pensiones. El mensaje es muy claro y contundente, el Sistema Sanitario anterior a la reforma es simplemente insostenible desde el punto de vista económico.

Este hecho afecta cada vez más a la calidad del servicio sanitario. Muchas instalaciones pertenecientes al Sistema Público Sanitario necesitaban inversiones para su mantenimiento y modernización. Y estas medidas debían tomarse con la mayor urgencia posible. Si no, el Sistema Sanitario se hubiese visto abocado a la banca-rota inexorablemente.

A la vista de la situación, la cuestión es por qué se tardó tanto en tomar estas medidas. Aplazar la presentación de la Reforma Sanitaria, así como otras reformas de carácter fiscal, para después de los comicios de abril del 2006, supuso un acto de clara irresponsabilidad política, teniendo en cuenta la gravedad de la situación. La Reforma Sanitaria era más que necesaria, desde hacía tiempo.

Haciendo un repaso a los diferentes puntos de la citada reforma, podemos destacar los siguientes:


  1. Cobro de 300 HUF por visitas al médico de cabecera, especialistas y días de permanencia en hospitales. Si se requiere visita a domicilio del médico de cabecera, o se realiza una consulta a un especialista diferente del asignado, las visitas costarán 600 HUF.

    Este sistema de pago por visitas tiene un tope de 20 visitas anuales. Por encima de dicha cantidad, se puede solicitar la devolución del pago al ayuntamiento.

    Existen ciertas excepciones. Los servicios de urgencias médicas son gratuitos. Los menores de 18 años no deben pagar, así como las personas sin hogar. Las personas que reciben algún tipo de subsidio estatal por accidente, minusvalía o viudedad, deben pagar las visitas, pero la cuantía de su subsidio se verá incrementada en 300 HUF mensuales para ayudar al pago de las visitas sanitarias.

    Determinados tratamientos médicos están también exentos de pago. Los tratamientos de enfermedades a largo plazo, como tumores, enfermedades hepáticas, diálisis, hemofilias, diabetes, transplantes, SIDA, esquizofrenias; los embarazos, partos y post-partos; y las vacunaciones y donaciones de sangre. Los tratamientos en casos de catástrofes sanitarias y epidemias también están exentos.


  2. Reestructuración en la red de hospitales. Actualmente existen unas 200 unidades independientes en la red de hospitales húngara. Primeramente se introducen nuevas definiciones para los diferentes hospitales existentes, según el tamaño de sus áreas de influencia. Lo cual afectará a la partida presupuestaria para cada entidad.

    En adición, se realizará un ajuste en el número de camas por hospital. El plan general contempla una reducción desde las 60.000 camas para enfermos actuales a 44.000 y una ampliación desde las 20.000 camas para enfermos crónicos actuales a 27.000. Lo que significa un recorte total de 9.000 camas.

    Esta reestructuración hospitalaria pone en peligro la continuidad de instalaciones como el hospital infantil Schöpf-Mérei, donde existe una incubadora que ha conseguido salvar ya la vida de 22 recién nacidos.


  3. Regulación del mercado de medicamentos. En caso de que las ventas de un determinado medicamento subvencionado sobrepasen el presupuesto anual para el Fondo Sanitario, se pedirá a los fabricantes que compartan los costes del exceso de ventas. También se pide a las empresas fabricantes de medicamentos una revisión a la baja de los precios de medicinas subvencionadas, que se hará pública en Internet.

    La promoción de medicamentos será ahora más cara, pues se establece una nueva tasa en la licencia para la venta de medicamentos. Las recetas médicas serán comprobadas “on-line” desde las farmacias, frente a una base de datos central. Se potenciará el uso de medicamentos genéricos (más baratos). Un nuevo software de descarga gratuita ayudará a los doctores en la expedición de recetas médicas.

    La prescripción de medicinas ya no será gratis. Se cobrará 300 HUF por caja incluso cuando el medicamento esté 100% subvencionado. Los medicamentos sin prescripción facultativa podrán ser adquiridos en establecimientos distintos a las farmacias. Existe una lista de 280 de estos medicamentos, incluyendo; anestésicos, cremas funguicidas, desinfectantes, antiinflamatorios, antihistamínicos, antiácidos, vitaminas, gotas para ojos y spray nasales. Dichos establecimientos deberán obtener un certificado del Servicio Nacional Público de Salud (ÁNTSz).


  4. Creación de la Autoridad de Seguros de Salud. Dicha institución tendrá como objetivo principal, atender los problemas derivados de las licencias a compañías de seguros sanitarios privadas, controlando los contratos entre proveedores y asegurados, así como el control de calidad de los hospitales privados. Los pacientes podrán realizar reclamaciones a esta entidad frente a las compañías aseguradoras o frente a desagravios en el trato ofrecido por determinados hospitales.

Entra un hombre completamente calvo con una rana encima de la cabeza a la consulta del doctor. El doctor extrañado le pregunta; - Pero hombre de Dios, ¿qué hace usted con una rana en la cabeza? ¿Es algún tratamiento alternativo contra la calvicie? En esto la rana le responde; - ¡Que tratamiento contra la calvicie ni que niño muerto! ¡Yo lo que quiero es que me extirpe el calvo este que me ha salido debajo del culo!

Todo en esta vida es una cuestión de perspectiva. Por esta razón, intentaremos analizar la Reforma Sanitaria desde distintos puntos de vista.

En visión del gobierno en funciones, la Reforma Sanitaria supone la respuesta para detener la creciente tendencia deficitaria de un Sistema Sanitario que amenazaba con la banca rota. Lo cual es entendible a la vista de los datos presentados. Nos guste o no, hay que poner remedio a esta situación. El Sistema Sanitario tiene un precio y hay que pagarlo.

Las empresas fabricantes de medicamentos no van a acoger la reforma de buen agrado, ya que les tocará pagar tanto los excesos en cuotas de ventas fijadas por el gobierno, como la imposición de nuevas licencias para la promoción y comercialización de medicamentos. Sin embargo, los grandes beneficiados serán los comercios para los que se abre la venta de medicamentos sin prescripción médica.

Los profesionales sanitarios tampoco han acogido la reforma con los brazos abiertos. Por una parte, la gestión de cobros del sistema de pago por visita les incrementa el trabajo de gestión. El gobierno aboga por la utilización de autómatas en los cuales se pueden realizar los pagos por visita, pero no sufragará la adquisición de dichos dispositivos. Si no que deberán ser pagados desde la partida presupuestaria para cada entidad.

Muchos profesionales sanitarios han apuntado que el sistema de pago por visita podría transgredir el juramento hipocrático. Como en el caso de que un enfermo precise asistencia médica pero no tuviese dinero para hacer frente al pago de la visita médica. Sin embargo, la Reforma contempla la gratuidad de las urgencias médicas. En adición, el anterior argumento entra en claro contraste con la tan extendida práctica en Hungría del “dinero de bolsillo”, aptitud que deja en entre dicho la ética de los profesionales sanitarios húngaros.

Una cuestión que la Reforma Sanitaria no toca y que sería más que deseable desde el punto de vista de los profesionales sanitarios y de los usuarios finales, es la integración del sistema de pago por visita con un sistema de cita previa, generalizado para todas las unidades sanitarias existentes. Actualmente, el sistema de cita previa sólo funciona para determinados especialistas. Sería muy deseable extenderlo a las consultas de médicos de familia.

La reubicación de personal que realizan actividades irrelevantes, como los ascensoristas en determinados hospitales, tampoco está contemplada en la Reforma. Si bien esta cuestión podría ser abordada desde el punto de vista de cada unidad sanitaria individual, se podrían haber dado ciertas directivas o recomendaciones al respecto. Tampoco se establece inicialmente ninguna medida para la renovación o mejora del material médico necesario para la praxis.

Otro punto muy importante que se podría haber abordado en la reforma es la inclusión o formación de profesionales en nuevas tendencias sanitarias. La experiencia está demostrando la efectividad combinada con el bajo coste de tratamientos como la homeopatía, la kinesiología, la acupuntura, la aromaterapia o el Reiki, para el tratamiento de ciertas dolencias leves y graves. Los servicios de estos profesionales son cada vez más demandados por los ciudadanos. De hecho, en algunos hospitales húngaros se empieza a practicar el uso de medicinas homeopáticas. Incluir estas prácticas en el Sistema Sanitario sería un gran paso.

Por último y más importante, enfocaremos la reforma desde la perspectiva ciudadana. La reacción ante la impopular Reforma Sanitaria ha sido de queja y resignación. A nadie le gusta que le hagan pagar obligatoriamente por un servicio que anteriormente le resultaba “gratuito”.

En contraste, muchos usuarios del Sistema Sanitario daban con gusto el famoso “dinero de bolsillo”. Práctica ilegal por otra parte. Todo el mundo sabe que los salarios del personal sanitario en Hungría son muy bajos. Los pacientes intentan incentivar un mejor trato por parte del personal médico, dando un dinero bajo cuerda. La cuestión es, ¿un mejor trato a quien? ¿No sería ideal que a todas las personas se las tratase correctamente, sin diferenciar?

Tristemente, ciertos profesionales sanitarios animan a la realización de esta práctica. Basado en mi experiencia personal, puedo contar como las enfermeras del departamento de maternidad del hospital Szent Imre en Budapest, explicaban en una reunión a los futuros padres, lo ventajoso de “concertar” sus servicios debido al alto número de bebés que tienen que atender.

El sistema de “dinero de bolsillo” hace más costoso el servicio de sanidad para el paciente, y a la vez no contribuye a ninguna mejora en la calidad del servicio a medio y largo plazo (instalaciones, material médico, aumento de profesionales), solo redunda en beneficio individual del personal sanitario que lo acepta. Esta práctica debería de ser perseguida y eliminada. Simultáneamente se deberían revisar los salarios del personal sanitario.

Será interesante comprobar si el nuevo sistema de pago por visita influirá de alguna forma en la disminución del ausentismo laboral motivado por pequeñas dolencias. Antes era bastante directo ir al doctor y pedir un justificante médico. Pero ahora eso cuesta 300 HUF.

A la hora de evaluar cualquier sistema sanitario, hay una cuestión que nos viene a la mente. La salud de una persona está estrechamente relacionada en muchos casos con el estilo de vida que practica, como ya se ha demostrado estadísticamente. Entonces, ¿por qué personas que practican un estilo de vida responsable y comprometido con su salud deben sufragar los gastos sanitarios generados por otras personas que no lo hacen? Parece justo que quien más use el sistema sanitario, mayor contribución deba hacer al mismo. Todo esto, claro está, entendido dentro de un marco de solidaridad en el cual se afronten de forma comunitaria los costes más elevados y se garanticen los servicios necesarios para todos. Desde esta perspectiva, la Reforma Sanitaria se percibe bastante acertada. Dentro de este marco de pensamiento, cuadra bastante la idea de dirigir parte de los impuestos que graben mercancías, como el tabaco y el alcohol, al Fondo Sanitario.

Cualquier movimiento orientado a la mejora de la sanidad en un país, debería incluir tanto campañas de prevención de enfermedades y dolencias como alentar estilos de vida más sanos. Una vez más, un gran trabajo se puede hacer a este respecto.

Si bien la reforma planteada, está claramente enfocada a remediar la alarmante situación económica del Sistema Sanitario, no incluye ninguna medida directa para aumentar a corto o medio plazo la calidad de los servicios en la Sanidad Pública, confiando en la entrada de aseguradoras sanitarias privadas como única alternativa para el incremento de la calidad.