lunes, enero 08, 2007

El año de la revuelta

por Kléber Mantilla

El fin de un año siempre será el momento oportuno para colocar el termómetro regulador de varios procesos de un país. Instante para evaluar, modificar y perfeccionar hechos determinantes de la vida pública, tiempo de colocar los sucesos mediáticos en el escenario histórico.

El año 2006 se inició con el anunció de nuevas autopistas y obras de infraestructura como la autovía M5 que conecta Szeged con Kiskunfélegyháza, y que para marzo enlazó a Budapest. Otra autopista llegó a la frontera croata y la M3 fue prolongada hasta Nyíregyháza y Debrecen, mientras la autovía M6, unió Erd y Dunaújváros. O la famosa compra de la compañía “British Airport Authority” que adquirió el aeropuerto Ferihegy de Budapest a un precio de 1.360 millones de libras, en un contrato para operar los próximos 75 años.

A partir de marzo se instaló una perforadora en la plaza Etele para la construcción del nuevo metro de Budapest, que ya consta de cuatro estaciones, y obras en la plaza Fővám. El consorcio Bamco, de empresas francesas, alemanas, austríacas y húngaras, construyen entre la plaza Etele y la plaza Baross un doble túnel de 7,3 kilómetros, con plazo hasta diciembre de 2009.

Después de un debate sobre el estado de la nación, el partido socialista (MSZP) ganó, en abril, al conservador Fidesz. El Primer Ministro Ferenc Gyurcsány fue reelegido tras vencer al líder del Fidesz, Viktor Orbán. Ya en el gobierno, se vio obligado a reducir los gastos públicos para aumentar las posibilidades de adoptar el euro en el 2010. Además el partido socialista ganó 190 escaños en las elecciones legislativas del 9 y 23 de abril. Fue el primer partido en ganar dos elecciones consecutivas desde el cambio de régimen en 1.989.

Por aquellos días, se realizó la manifestación en bicicleta Critical Mass, a favor del uso de las bicicletas como alternativa ecológica a los coches, con más de 30 mil participantes, incluido el Presidente de la República, László Sólyom. Se exigía aumentar los actuales 43 kilómetros de carriles para bicicletas a 500.

En tanto el Primer Ministro Ferenc Gyurcsány anunció la composición del segundo gobierno de la coalición del Partido Socialista y el Partido Demócrata Liberal (SzDSz) y la reforma de la Administración Pública con la supresión de 50 mil puestos de trabajo.

Simultáneamente se dio la alerta sobre inundaciones en Hungría. Fueron los ríos Hernád y Sajó, en la región de Borsod Abaúj Zemplén al noreste del país y luego el Danubio y el Tisza. La emergencia afectó a 412 kilómetros de riberas de ríos, y unas 11.700 hectáreas fueron cubiertas por agua. En Budapest, en cambio, Gábor Demszky consiguió su quinto mandato como alcalde de Budapest, el 1 de octubre. Mientras que Ferenc Gyurcsány, insistía en la necesidad de reformar la financiación del sector público en general y la sanidad pública en particular, hacia un modelo basado en el seguro.

No obstante, la filtración a la prensa de unas declaraciones de Gyurcsány causan una progresiva crisis política interna. Entre otras expresiones, se difundieron palabras grotescas del Primer Ministro. Además se lo escuchó decir que mintió al país sobre la situación real de la economía. Casi ipso facto y por varias semanas se registraron disturbios, organizados, en principio, por el partido opositor, el conservador Fidesz. Estas arrastraron a la quema de varios coches y al ataque del edificio de la televisión pública. Luego, las reacciones se incrementaron y algunos extremistas de derecha compararon los hechos con el levantamiento contra la ocupación rusa en el año 56, incitando a la desobediencia civil. A la larga resultó más afectado el conservador Fidesz que perdió su ya debilitada credibilidad. La emisión de las imágenes de los disturbios en todas las cadenas de televisión del mundo apenas influyeron negativamente en el turismo y la economía. Por el contrario, la aprobación de la Comisión Europea del Plan de Convergencia de Hungría para la adopción del Euro generó un respaldo total al plan de reformas del gobierno socialista.

Al mismo tiempo, el periódico Magyar Hírlap publicó la lista de los 100 húngaros más ricos. El primer lugar fue para el presidente del banco OTP Sándor Csányi, seguido del constructor Sándor Demján y del director del holding Videoton Gábor Szeles. El Primer Ministro Gyurcsány y el Ministro de economía, János Kóka, bajaron a los puestos 50 y 88, con fortunas calculadas alrededor de los 12 y los 8 millones de euros respectivamente.

Pese a todo, el lunes 23 de octubre, se celebró en Hungría el 50 aniversario del levantamiento contra la ocupación soviética en 1956. Los actos oficiales contaron con la presencia de dignidades internacionales que se sorprendieron al ver la violencia de la policía húngara, que reprimió a grupos de manifestantes en las calles. Resultado: 120 heridos y 100 detenidos.

Al finalizar noviembre el parlamento húngaro aprobó una ley para restringir la jubilación anticipada para que los empleados trabajen hasta los 62 años y el comité de asuntos laborales restringió el acceso de los trabajadores rumanos y búlgaros.

Y, en Dunaújváros se colocó la parte central del puente de la nueva autopista M8. El puente, que estará listo en el tercer trimestre de 2007, medirá 3.800 metros y la pieza pesa 8 mil toneladas.

Casi al finalizar el año, Hungría se vistió de luto, para despedir a Ferenc Puskás. El célebre futbolista fue enterrado en la Basílica de San Esteban.

El 2006 fue un sendero con muchas piedras filosas que se fueron tramando desde la política y la economía. En resumen, se podría resaltar: un aniversario revoltoso y agitado, una cuestionada reubicación de la economía en disparada y un replanteamiento de la obra pública con muchos beneficios. Un tiempo para despegar y nunca aterrizar.

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