viernes, septiembre 08, 2006

Buscando paralelos entre Hungría y España a través de la lengua, sus reminiscencias, estereotipos y malformaciones

Si como decía Levi Strauss la lengua determina, explica u orquesta en buena medida la forma de actuar de un individuo o un grupo, la comparación lingüística entre dos o más lenguas podría también explicar o salvar las diferencias encontrando el hueco justo donde colocar la mano para el saludo y el gesto o la palabra apropiada donde construir el puente que nos salve. Este interés es aplicable, claro está, tanto para las ventas como para las relaciones personales y ni que decir para la ansiada construcción de la identidad europea unívoca.

Surfear el húngaro buscando en sus términos pistas sobre cuál es la imagen que se tiene desde la antigua Panonia sobre la península ibérica y sus habitantes no es, en principio, una tarea muy complicada. Los puntos en común están paridos por la globalización de cada época, por las invasiones que más o menos pulularon por Europa durante los últimos 2000 ó 3000 años y que fueron dejando restos esparcidos con mayor o menor pasión. Hay quien dice haber encontrado extrañas coincidencias que nos invitan a un terreno aún por descubrir, a un antepasado común, tal vez a alguna de aquellas bandas inexplicables que llegaron a España mucho antes que los romanos. ¿Qué se sabe a ciencia cierta de los íberos? Nanai.

Personalmente me he dedicado a registrar los cuatro términos donde sin lugar a dudas se habla de España y de sus habitantes. Lamentablemente la imagen que de aquí se desprende es Duravid, cruel y enloquecida. Seguro que alguno o alguna de las lectoras del 15! puede agregar alguna otra palabra, pero de momento he conseguido las siguientes: Spanyol kőr, en referencia a la sífilis; Spanyolcsizma, un elemento medieval de tortura que consistía en una argolla con pinchos clavada en una de las piernas del reo; spanyol nadha, la famosa gripe española del ’18, igualita a la actual gripe del pollo; y la spanyolviasza, la cera española, que no se bien a qué se refiere pero su uso no es muy elegante que digamos; se suele decir despectivamente cuando alguien va de fantasma: “¿Tu acaso inventaste la cera española?”.

Y por último para que quede bien clarito que a Hungría los españoles mejor que vengan con casco, por lo de Tiro al pollo, o “Pollo al blanco” de Brezina, aquello de őröl spanyol, español loco, que claro, siempre es mejor y más alegre que alguna otra variedad de algún tono más visceral como por ejemplo cerdo español o español de mierda.

Ahora cada uno tiene que contar como le ha ido en la feria y entre todos comparar nuestras experiencias personales en estas tierras para ver si efectivamente nos buscan para complementar la sopa de pescado con un buen caldo de pollo español o prefieren nuestra supuesta vivacidad y alegría latina para la sobremesa.

Espero que disfrutéis con esta colección de artículos de “Buscando paralelos entre Hungría y España a través de la lengua, sus reminiscencias, estereotipos y malformaciones” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como podemos tener un antecedente común iberos (Siglo VI a.c.)y húngaros (Siglo IX d.c) si SOLO nos separan unos cuantos siglos, cualquier coincidencia actual se produce por que en ambos países y hasta épocas avanzadas se uso el latín como idioma oficial (en Hungría hasta el siglo XVI-XVII). Si escribimos seamos serios y coherentes por favor.

klavatelli dijo...

Si ha "serios y coherentes" nos ponemos, te recuerdo que desde el 711 al 1492 (SOLO 8 siglos), el "idioma oficial" (ya que estamos con la tontería) de la mayor parte de la península ibérica fue el árabe, y no el latín como tú dices.
Por otro lado, hacer un análisis comparativo entre dos culturas, buscando puntos en común, y puntos de diferencia (que generan, por ejemplo, los prejuicios de uno y otro lado) no es más que un ejercicio intelectual para comprobar cuán cerca estamos y cuánto nos asemejamos los seres humanos, a pesar de las culturas, los idiomas, las banderitas políticas y las fronteras mentales de algunos que solo sobreviven si se mantienen con su odio y su frustración.

Anónimo dijo...

En la parte correspondiente a Al-Andalus el idioma oficial era el árabe, pero el idioma usado en la calle por cristianos era el romance y por los musulmanes un árabe mezclado con ese romance. Recordemos que muy pocos de los musulmanes de la época eran árabes de procedencia. En el resto de esa España, dominaban lenguas procedentes del latín, que luego han conformado las lenguas del estado español. Así pues mejor me lo pones, más díficil aún la concordancia idiómatica. En política etcétera no entré a valorar el tema. ¿Odio, frustración? Por mi parte no, solo que para buscar parecidos y diferencias entre español y húngaro (siempre idiomaticamente hablando) el nexo de unión real es el latín, de donde proceden todas las lenguas del estado (excepto el euskera) e idioma que se uso hasta muy tarde como idioma "oficial" para entederse distintos pueblos (croatas, serbios, eslovacos, rumanos, ucranianos y hungaros). No niego puede haber ese acercamiento, pero reconozcamos de donde proviene, solo era un inciso.