por Sebastián Santos
El 4 de septiembre y hasta el próximo día 9 se celebra en Budapest el XIV Coloquio Internacional de Lengua y Literatura Catalana.
El encuentro está organizado por la l’Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes (AILLC) y se celebra en la ELTE, la Universidad Eötvös Loránd de Budapest.
Los organizadores han puesto a disposición de los asistentes y público en general una muy competente página web donde se puede consultar la programación general e incluso una reseña de cada una de las comunicaciones que se presentan.
En breves líneas los temas a tratar en el Coloquio, en palabras de sus organizadores, son los contactos internacionales de la literatura y la lengua catalana y fraseología en general.
El Coloquio a su vez se estructura en conferencias plenarias, ponencias, mesas redondas y comunicaciones.
Septiembre es un mes especialmente importante para el pueblo catalán ya que el 11 de septiembre se festeja la Diada de Catalunya, una fiesta nacional de tono reivindicativo en la cual se recuerda, entre reclamos y festejos, la derrota sufrida frente a Felipe V de Borbón en 1714, a partir de la cual Catalunya perdió las libertades nacionales, sus propias leyes y peor aún, la cultura y la lengua catalana quedaron prohibidas de la vida pública.
Coincidiendo con este momento de exaltación patriótica cabe interpretar este Coloquio como una avanzada económico-cultural de Catalunya hacia el Este europeo. Este el primero que se realiza en la nueva Europa Comunitaria, después haber pasado por Estrasburg (1968), Amsterdam (1970), Cambridge (1973), Basilea (1976), Andorra-Barcelona (1979), Roma (1982), Salou-Tarragona (1985), Tolosa de Llenguadoc (1988), Alacant-Elx (1991), Frankfurt am Main (1994), Palma de Mallorca (1997), París (2000) y Girona (2003).
La expansión de las empresas catalanas en esta parte de Europa es selectiva y digamos hasta exquisita. No participa como el capital de otras partes de Europa del Oeste del gran bocado que representan estos países emergentes, pero sí, con habilidad van ubicándose y copando pequeños terrenos a partir de una delicada trama donde mezclan desarrollo tecnológico y mito latino.
Un buen ejemplo de ello son justamente buena parte de los patrocinadores de este evento: la SEAT, automotores; el grupo ETS, asesoría en ingeniería de la construcción; ARES, transportes internacionales y ESMA, publicidad.
En esta línea la Generalitat y las Universidad de Vic y Ramón Llull forman parte de otro especializado conglomerado financiero que tiene por objetivo vender la obra literaria catalana, al mismo tiempo que promociona Catalunya como destino turístico excelente.
De esta manera no es sorprendente que buena parte del Coloquio esté orientado a las traducciones y a los problemas derivados de ellas. Caben destacar la ponencia de Marina Abràmova “Traducció del Tirant lo Blanc al rus: ¿una altra llengua, un altre lector?” del martes 5; la mesa redonda del jueves 7 “Les traduccions del català a les llengües de l’Europa Centroriental”; y la conferencia de Faluba Kálmán “Coincidències lèxiques entre el català i l’hongarès” del viernes 8.
Exportar piezas de lujo parecería ser la estrategia básica del gobierno de la Generalitat, orquestada a través de diferentes entes, como por ejemplo COPCA (Consorci de Promoció Comercial de Catalunya) y en este caso las Universidades catalanas. No se trata de un negocio para muchos, sino más bien de un negocio de volumen moderado pero a dividir entre muy pocos.
De ahí que también es de elogiar la estrategia selectiva de promoción que han elegido este selecto grupos de húngaros entregados al estudio de la lengua catalana. No traducirán muchos libros, pero son los especialistas y los únicos aptos para ello. Suficiente. Un aplauso para Barbara Łuczak, ldikó Szijj, Kata Pálvölgyi, Dóra Faix, Katalin Kulin, Dóra Bakucz, Sylvia Kotlan, Károly Morvay y Balázs Déri. Espero no olvidarme de ninguno o ninguna.
Y apoyando el terreno de las exportaciones catalanas en Europa Central u Oriental me parece que es de imprescindible lectura la obra de K. Pálvölgyi sobre entonación catalana y húngara.
La mayoría de negocios en este país se hacen mediante traductores simultáneos, personas muy competentes y capaces, pero lo que no pueden evitar, ni explicar instantáneamente, es el código corporal y de entonación catalán o húngaro, posible fruto de malos entendidos ya que el mundo de acentuaciones y la parca o excesiva gesticulación de los hablantes hace que las traducciones aparezcan, a veces, confusas.
Un previo contacto con la variedad cultural del lenguaje, entonación y modos, que tan bien explicaba Michael Agar en su “Language Shock”, acelerarían considerablemente los negocios y la multiplicación de los mismos.
A veces es cierto que esto que he dado en llamar inversión exquisita y selectiva puede a veces presentarse en un formato un tanto forzado. Esa es la sensación primera de este Coloquio. Las coincidencias entre Catalunya y Hungría son más que escasas y tal como reconoce uno de sus principales organizadores, Faluba Kálmár, estas son fundamentalmente indirectas y fruto de los cánones internacionales vigentes. En otros tiempos el latín, hoy el inglés.
La imagen de los catalanes sobre Hungría es pobre y en general se limita a su aspecto externo, al Danubio y a sus grandes y ruinosas edificaciones de la época imperial. No hay, a simple vista, un contacto cercano y profundo de la realidad húngara. La mayoría de referencias, salvando los autores de fines del XIX y principios del XX, son de postal. Se pretende conocer, decir que se conoce, para crear cierta proximidad, digamos de venta, pero esto está muy lejos de ser verdad.
Una excepción sería Eloi Castelló que también participa en el Coloquio a través de su producción, también excepcional, de traducciones del húngaro al catalán. El día 8 habla sobre “Traduccions de frases fetes i expressions col·loquials de la literatura hongaresa comtemporània al cátala.”
Pero es un bicho raro, un amante de lo húngaro, en la línea que ya he comentado, de la estrategia de la especificidad.
La imagen que perdura en Catalunya de Hungría es la de Hungría modelo de autonomía, cuando a fines del XIX consiguió de manos del Emperador Austriaco su propio parlamento y el mantenimiento de su lengua en usos oficiales. Esto fue lo que recogió la Lliga en el famoso y emblemático “Mensaje a Su Majestad Doña María Cristina de Habsburg-Lorena, reina regente” en 1888 con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Barcelona y la venida de la regente a la ciudad.
A partir de ahí Hungría fue, para la burguesía catalana, un símbolo, un espejo donde regodearse, un puede ser y un por qué. Por eso buena parte de los literatos de la época miraban con buenos ojos y con curiosidad las producciones a la orilla del Danubio.
Pero lamentablemente con Franco y su acérrimo odio a lo comunista quedó paralizada la perspectiva húngara y así se mantuvo hasta el día de hoy, en un impasse melancólico. También hay que decir que desde Hungría no se esfuerzan mucho para renovar el imaginario pre-soviético. Estamos a la espera de la renovación cultural, de un ser húngaro un poquito más moderno.
Y para terminar recalcar que en realidad el vínculo fuerte, en términos de identidad política y reivindicaciones catalanistas no sería exactamente con la Hungría país, sino más bien con la Transilvania oprimida, tal como indica Katalin Kulin en su comunicación “Les veus del Pamano de Jaume Cabré i El districte de Sinistra d’Ádám Bodor: paral·lelismes i divergències.” Y es así, en realidad los grupos catalanistas tendrían mucho más de qué hablar con los hungaristas de Transilvania y los que desde Hungría-país defienden sus derechos.
Hungría, desde su lejanía europea, puede ser un buen ejemplo para los que temen por la perduración y el enriquecimiento de su lengua. Su historia está marcada por derrotas y de hecho, como en el caso catalán, sus dos fiestas nacionales más importantes son fracasos políticos-militares, una a favor de los austriacos (1848) y otra a favor de los rusos (1956); ni hablar del penoso estado en que quedó después de ambas Guerras Mundiales.
Pese a todo y con la importante salvedad de que Hungría es un estado-nación, su lengua perdura con tranquilidad y con una buena producción literaria.
Si la apuesta catalana por el desarrollo y la autonomía de las regiones en Europa perdura, probablemente la idea de estado vaya volatilizándose en el conjunto europeo y las regiones tomen el relevo. En este caso el ejemplo húngaro puede ser enriquecedor.
Fuentes:
http://aillcbudapest.elte.hu
4 comentarios:
Me podrias enviar informacion de donde se puede estudiar catalan en Budapest. Estoy a punto de viajar y me gustaria ir con algo sabido.
Gracias,
almademanzana@freemail.hu
Felicitats Sebastián per l'article i pel blog.
Salutacions,
Eloi
Pienso que los catalanes si miran a Hungria, y quieren ver oprimidos, tendrían que haber mirado a los eslovacos, desde el siglo X oprimidos por los húngaros, intentando introducir el idioma húngaro en las escuelas, y con grandes matanzas ante la defensa del eslovaco como idioma propio. A los croatas, que les ocurrió lo mismo, o a los serbios. Incluso, y por que no? A los rumanos de Transilvania, desde el siglo XIII un gran numero de hungaros fueron trasladados alli, para crear una hungarizacion del territorio.
Si tenemos en cuenta que los catalanes quieren catalanizar (no idiomaticamente, sino historicamente) Valencia y las Baleares, entonces deben mirar a esa Hungria opresora.
Es curioso que tú, que te consideras "un español cosmopolita capaz de vivir en cualquier parte", después de cuatro años en Szeged, y con una pareja húngara, estés al mismo nivel de resentimiento que algunos inmigrantes en España que no se integran y odian la tierra y la gente con la que viven. Es lamentable que ese resentimiento virósico sea lo único que sale de tí, porque sin duda en otras circunstancias y tiempo, y en una realidad cara a cara, en cualquier lugar del mundo, hasta podríamos haber sido amigos, habríamos compartido unas cervezas y hablado de estos y otros mil temas más. Dado que tu circunstancia es así, solo nos queda tenerte lástima, esperamos que mejores tu situación y tu mala leche sea solo pasajera.
El Quincenal es un esfuerzo de un grupo de gente de diferentes orígenes regionales de este planeta (también españoles), diferentes maneras de pensar, diferentes formaciones, y por supuesto, diferentes intereses: el punto en común que nos mueve a sostener esta minúscula isla en la red infinita de internet, es un medio de expresión sobre la realidad húngara en idioma español (único en su especie, más allá de los medios oficiales de las embajadas o similares), en principio sobre la cultura húngara, pero por extensión sobre todos los temas que surgen y puedan ser de interés en relación a Hungría.
Una persona en particular fue quien impulsó esto desde el comienzo, Sebastián Santos Petroff, un "extranjero" viviendo en Budapest, cuando parecía que no tenía sentido escribir en español sobre Hungría. ¿Quién querría leer algo semejante, habiendo tantos medios hoy en día y mucha más información en otros idiomas? Y sin embargo, gracias a él principalmente, después de un año esto se mantiene y sigue adelante, con afirmaciones y cosas que puede ser que no me gusten pero que son parte de cualquier trabajo en equipo, y con ideas y palabras que sí me gustan y permiten seguir pensando hacia adelante. Eso solo, es parte del mérito.
Si a tí no te gusta, no es necesario que vengas tú de censor sobre lo que se dice o se deja de decir. Seguramente tendrás tu verdad inmaculada, que siempre puedes expresar en cualquier blog o web... el problema es que estás solo, y parece que no tienes ni la voluntad ni las pilas para hacerlo. Entonces ese es tu problema. Solo te queda esconderte en el anonimato o en un nombre de ciencia ficción, Ijon Tichy. Qué penoso y triste. También hay otros medios alternativos en español, algunos de los cuales te facilitamos en nuestra web.
Por diferentes razones, los participantes en este proyecto tenemos un afecto especial por la cultura, el idioma, la tierra y el pueblo húngaro. Tú expresas odio y resentimiento contra los húngaros en general, con apelativos como: "racistas", "cerrados", "amistades por interés", etc. No entiendo cómo puedes vivir cuatro años en un país del cual tienes ese concepto. Eso habla muy mal de tí, de tu inteligencia y de tu capacidad cosmopolita.
Las palabras de una persona que solo sabe expresar odio porque no tiene nada mejor que hacer, no nos detendrá en nuestro silencioso pero consecuente camino, y en nuestra pretensión de dar a conocer la realidad húngara a la comunidad de lengua española en la red.
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