por Ami Preisz
Todo el mundo esta preocupado por proteger el medioambiente. Se ha convertido en una preocupación “automática”: la oímos, la leemos y la repetimos incansables. Somos conscientes hasta el hartazgo de la contaminación de la tierra y de los cielos; y también de que podríamos reducirla, si quisiéramos.
Nosotros, ese grupo de humanos ordinarios y bien acomodados que habita sobre todo en el norte del planeta, producimos basura en exceso, emitimos todo tipo de gases maléficos y gastamos demasiada energía en una vida llena de caprichos. La agricultura y la industria contaminan sin parar, explotando cuanto recurso exista, para ponernos en bandeja esa multitud de pequeñas cosas que ya se han hecho imprescindibles para nuestra efímera vida.
Los daños a la biosfera ya son irreversibles, y los cada día más caros combustibles fósiles pronto se agotarán. Por eso ya no podemos dejar de pensar en el uso masivo de las energías renovables. Y Hungría posee un recurso excepcional: la energía geotérmica, o sea, la energía que emana constantemente del propio calor de la tierra. Podríamos reducir buena parte de las emisiones que contaminan el medioambiente y ahorrarnos una buena cantidad de dinero. ¡Suena magnífico!
Y para ello no solo contamos con los centros hidrotérmicos, que recogen agua caliente a alta presión; si no también existe la posibilidad de apropiarnos directamente del calor emanado de la tierra.
Esto se explica porque en el valle de los Cárpatos, donde descansa nuestro bello país, el diámetro de la corteza terrestre es sensiblemente inferior al del resto del continente. El calor se abre paso, así, desde el centro del globo hasta la superficie con más facilidad. Cada metro hacia las entrañas de la tierra es dos veces mas caliente que la media de Europa; es decir 0,042-0,066 °C/m contra 0,020-0,033 °C/m. A esto se suma una litosfera más porosa que permite una mejor transmisión del calor y asegura multitud de depósitos de agua a altas temperaturas.
Sin embargo todavía no utilizamos todos los potenciales de la geotérmica. La mayor parte del agua termal de Hungría se destina al turismo. Tenemos aproximadamente 140 balnearios repartidos a lo largo del país.
El 70% de las fuentes de aguas termales restantes es aprovechado por la horticultura. Y tan solo el 30% restante se utiliza para calefacción de complejos residenciales, edificios públicos, escuelas, guarderías, hospitales y algunas industrias.
Extraer agua termal es un proceso muy costoso, y por eso el uso a nivel individual resulta impagable. Hacer un pozo de entre 1000 y 2500 metros de profundidad puede costar entre 200 y 600 mil euros. Pero por otra parte, una obra de estas características, por la que se obtendrían miles de centímetros cúbicos de agua entre 60 y 98º, podría proveer de calefacción y agua caliente a miles de viviendas. Incluso, a largo plazo, los costes se pueden reducir una enormidad si se construye un circuito circular, o sea, que el agua vuelva al lugar de donde se extrae. Los avances tecnológicos seguramente potenciarán aún más la capacidad ecológica de la geotermia.
La clave está en el reciclaje y en el uso compartido del sistema energético. En algunas localidades, como Veresegyház, Szarvas, Szentes, Csongrád, Szeged, Bóly, Vasvár, Mosonmagyaróvár, Hódmezővásárhely ya funciona el uso común de energía geotérmica entre polígonos industriales e instalaciones municipales.
Fuera de este esquema industrial ya existe una propuesta geotérmica para las viviendas privadas. Se trata de la bomba de calor. Se trata de un sistema de sondas y tuberías, encarnado en la tierra, que calienta el agua por compresión. Para ello se requiere un mínimo de energía externa, pudiendo ser eléctrica o gas. Los costes, una vez instalado, son insignificantes. Incluso la energía obtenida puede usarse también no solo para calentar sino también para enfriar.
Según las estimaciones con este método podríamos sustituir aproximadamente el 25% de nuestro consumo de energía; no más, porque su uso debe ser moderado si se quiere conservar. La utilización indiscriminada puede ocasionar la pérdida del recurso energético.
La Unión Europea ofrece subvenciones a Hungría, así como al resto de estados miembros, para proyectos alrededor de recursos renovables, limpios y/o alternativos. A lo largo del año pasado recibimos importantes cantidades de dinero para usos geotérmicos, que mejoran el medioambiente y de los cuales ahora podemos disfrutar.
Fuentes:
A geotermikus energia hasznosítása
Porció kft
http://www.enebc.org/Castellano/bomba/cap1/
Muchas gracias a Gábor Szita, jefe administrativo de Porció Kft, quien me ha ayudado y facilitado datos muy útiles para este artículo.
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