por Marina Adler y otros*
¿Por qué esta manía de inventar? En Hungría hay, sobre todas las cosas, buenos médicos y gente muy divertida. De ahí que salgan inventos relacionados con la medicina y con el esparcimiento. Entre ellos podemos destacar cuatro: la vacuna aviar, la vitamina C, el bolígrafo y el Cubo Rubik.
La vacuna de la gripe aviar. Recientemente un equipo de investigadores húngaros han sido los primeros en desarrollar una vacuna capaz de cazar al famoso virus H5N1, que produce la llamada gripe aviar. El fármaco que han descubierto es muy importante para la seguridad de todo el mundo.
La vitamina C. Albert Szent-Györgyi, médico e investigador, obtuvo el premio Nóbel por su descubrimiento de la vitamina C. Había nacido el 16 de septiembre de 1893 y en 1917 se había recibido de médico.
El bolígrafo. Este importante invento lo desarrolló László Bíró, que había nacido en Budapest.
El Cubo Rubik. Ernő Rubik, en 1975, presentó internacionalmente el famoso cubo. Había nacido en Budapest el 13 de julio de 1944 y estudiado en la misma ciudad.
Estoy muy orgullosa de que estos inventos sean húngaros, como nosotros, y esperamos que Hungría, con cada invento, sea un país más rico.
¿Y qué nos queda por inventar? Creo que lo primero que hay que inventar es una poción de la juventud para no morir nunca; en segundo lugar algún sistema para volar sin alas y sin combustible. ¡Es una lástima que todavía no lo hayan inventado y además será de lo más divertido! Y finalmente el “pedo transformador”, un pedo que no haga mal olor, sino al contrario, que huela a flores, a rosas, a tulipanes y a narcisos. ¡Y a más pedos, más amigos!
*En este artículo han colaborado: Sziszi Papp, Laura Groffen y Gyula Kopány, de la revista Slukk.
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