por Kléber Mantilla
En la economía globalizada, el desarrollo de la producción tecnológica, industrial o farmacéutica se extiende por el planeta según la efectividad y velocidad como se realicen las rutas comerciales de conexión, sean marítimas, terrestres o aéreas. Por decir, si Hungría quiere llegar más rápido cargado con más productos a Japón y viceversa, se tendría que pensar en rutas marinas directas y con buques de gran calado. Pintada la línea en un mapa daría como resultado una parábola directa que parte de algún puerto del Mediterráneo, España u Holanda, luego atraviesa por el ombligo de América, para terminar en Yokohama, en Tokio, pues cualquier otro intento sería absurdo, como bordear por toda el África y la India, para llegar al mismo destino.
Hace unas semanas en Budapest se expuso a la prensa internacional y al sector empresarial húngaro las ventajas de la amplicación del Canal de Panamá. Esta fue la ocasión para comprender cómo funciona la dinámica del comercio contemporáneo. Sin duda, se evidencian las posiciones encontradas al respecto: por un lado, está el sector empresarial mundial que busca robustecer sus economías sin limitaciones y por otro, están los débiles grupos ambientalistas, que alertan sobre el impacto al ecosistema y la vida silvestre de la zona. El Estado de Panamá destaca sin resquemor que se trata de una obra al servicio de la humanidad y durante los últimos meses realiza una campaña de información por Europa para fortalecer su idea. Esta claro que se requiere de inversores foráneos y además que debe pasar por un complicado proceso político interno, pues se realizará en octubre una consulta nacional para preguntarles a los ciudadanos panameños si están de acuerdo con esta obra majestuosa de infraestructura.
El encargado de negocios, Luis Martínez, explicó en Budapest, con detalle, que se trata de un proyecto ambicioso para permitir que crucen barcos mucho más grandes que los actuales, entre los dos océanos: Atlántico y Pacífico. Asimismo, el presidente Martín Torrijos, ya anunció que en el 2007 se iniciarán las obras de ampliación del Canal de Panamá, después de que se aprobara el proyecto para mejorar esta infraestructura. ”Se prevee que las obras se alarguen hasta el año 2014, cuando se cumplirá el centenario de su inauguración. Los trabajos de ampliación consistirán en la construcción de un tercer juego de esclusas, que agilizará el transporte marítimo y aumentará la capacidad del canal.
"El Canal de Panamá absorbe un 5% del total del comercio marítimo del mundo y, en los últimos años, ha visto como aumentaba la demanda de carga del mismo. Con la ampliación, se pretende facilitar el paso de buques de gran tamaño que, en estos momentos, no pueden pasar por el canal al ser demasiado estrecho", señala un informe oficial. Las obras de ampliación del canal costarían unos 5.250 millones de dólares, que se sufragarán con el aumento progresivo de los peajes que se cobran para cruzar a través del canal. Asimismo, se calculan 40.000 empleos directos e indirectos entre 2007 y 2014.El proyecto busca el paso de barcos de mayor calado y capacidad de carga, llamados Post Panamax, que pueden tener un ancho de 41 metros. Un 42% de los alrededor de 14 mil barcos que transitan anualmente por el canal son del tipo Panamax, con 32,30 metros de ancho.
El debate sobre la ampliación culminará el próximo 22 de octubre, con el referendo nacional, que costará unos ocho millones de dólares. Así, 2 millones 134 mil 707 ciudadanos panameños deben contestar la pregunta: ¿Aprueba usted la propuesta de construcción del tercer juego de esclusas en el Canal de Panamá?”. Los detractores consideran que la propuesta no incluye un plan de desarrollo social y sostienen que carece de base financiera sólida ya que se han minimizado los costos. Entre los más fuertes críticos se encuentra el Frente Nacional por los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), que convoca a la población a emitir el voto negativo. Ellos dicen que la construcción es peligrosa para el ecosistema, pues afectará a las comunidades y sacrifica recursos necesarios para combatir la pobreza y el desempleo. Sin embargo, las encuestas locales preveen que ganará el Sí.
Otro analista, Roberto Castellanos, dice que la ampliación del Canal de Panamá representa una de las decisiones más trascendentales de su historia; pese a ello, ”quienes la propician y visualizan son los interesados en preservar la vía acuática como medio por el cual la flota marítima mundial acrecienta los márgenes de ganancias económicas derivados de los negocios del trasporte marítimo”. De ahí se pregunta, ¿es la autoridad del Canal de Panamá una agencia estatal al servicio de las navieras e intereses de las potencias marítimas del mundo? Otro analista afirma que el impacto económico, social y ecológico de la construcción del tercer juego de esclusas y del sistema de embalses o represas inundarán miles de hectáreas de bosques, que desarraigará a miles de campesinos y que afianzará mucho más la función transitista y de servicios del istmo, en perjuicio del desarrollo agrícola e industrial local.
Con relación a los efectos sobre el medio ambiente, un documento alternativo reitera que unas 80 mil hectáreas de bosque serán afectadas, considerando las áreas sumergidas, construcciones de hidroeléctricas, caminos, torres de transmisión eléctrica, sitios de depósitos de materiales, trayecto de canales y túneles, entre otros. Además confirma que afectaría el equilibrio natural de toda la región, sobre todo el Corredor Biológico Mesoamericano, un frágil sistema ecológico que incluye a siete países centroamericanos con posibles alteraciones climáticas y la afectación de la propia cuenca del Canal.
Pese a todo, el Canal de Panamá quedará obsoleto en el año 2013 al no poder atender el tráfico de barcos de mayor tamaño. Si no se amplía, los partidistas dicen que “se anticipa que mucha de la demanda relevante que no pueda ser atendida migrará hacia el canal de Suez y el sistema intermodal de los Estados Unidos”. Otro documento identificó también como competidores de la vía panameña un posible canal que se construya en Nicaragua, la red ferroviaria del río Amazonas hacia el Pacífico en Brasil y Ecuador, una carretera en Honduras que interconectaría varios puertos y la posibilidad de adicionar servicios para barcos Post Panamax en el canal de Suez.
Los Post Panamax, por su gran tamaño, no pueden pasar por las esclusas o compuertas construidas entre 1904 y 1914. El Canal tiene capacidad para movilizar cada año 325 millones de toneladas de carga, lo que representa el paso de unas 13 mil naves. Y hasta hace poco solo la empresa tecnológica e industrial alemana Siemens confirmó su voluntad de participar en la ampliación y modernización del Canal de Panamá.
La empresa alemana se mostró atraída por los proyectos para la instalación de un tren ligero en la capital y la ampliación del sistema de esclusas de la vía acuática. Otros campos de participación incluirían el suministro de equipos de automatización y grúas portuarias, así como la incursión en el mercado energético nacional. Siemens emplea a 170.000 trabajadores en el mundo y tiene 18 años de presencia en Panamá, donde es reconocida como fabricante de equipos de alta tecnología. "El Canal de Panamá utiliza desde hace varias décadas maquinarias y equipos de precisión fabricados en Alemania para asegurar el tránsito expedito y seguro de las naves mercantes. La vía interoceanica superó en el ańo fiscal 2003-2004 la barrera de los 1.000 millones de dólares en ingresos por peajes, debido al aumento en el tonelaje de los buques en tránsito".
¿Habrá alguna empresa húngara interesada en contribuir con la obra?
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