sábado, mayo 20, 2006

Kulcsár, el lado oscuro de las mentadas autopistas

por Sebastián Santos

El caso del ex broker vuelve estos días a las portadas de los periódicos, después de un breve receso coincidiendo con las pasadas elecciones generales. Para quienes leen estas líneas desde la península deciros que se trata de un caso bastante parecido al de Gescartera, con escandalosas complicidades del ámbito público y privado. La lista de acusados que acompaña a Attila Kulcsár en el juicio que comenzó el pasado día 3 de mayo en el Juzgado de la Capital, es por lo menos curiosa por su variedad y resonancia. Los cargos que se le imputan son sustracción de fondos, falsificación de documentos y lavado de dinero por unos cuantos miles de millones de forintos. Entre todos podrían perfectamente pelotear en los alrededores del Juzgado en los intermedios de las 59 sesiones que el Juez Zoltán Varga tiene planeadas para resolver el caso. Kulcsár y sus compinches suman exactamente 22, los dos patitos:

  1. Kulcsár Attila, Gerente de la cartera de clientes del K&H Equities
  2. Kerék Csaba, Director y propietario de Britton Kft., Immoblia Kft.
  3. Rejtő E.Tibor, Director general del K&H
  4. Mészáros János, Propietario de Britton C&C Kft., BR Office Rent Kft.
  5. Hasszán el-Abed, Director de El-Zor Kft.
  6. Dudás Gábor, Empleado del Montrade Ltd., del Balmoral Group
  7. Bitvai Miklós, Director general de Állami Autópálya-kezelő Rt.
  8. Dr. Kelemen László Béla, Abogado
  9. Garamszegi Gábor, Co-propietario de Betonút Szolgáltató és Építő Rt.
  10. Forró Tamás, Director general de Zöld Újság Rt.
  11. Vargáné Vasadi Julianna, Directora financiera de ESMA Kft.
  12. Orosz Ágnes, Directora contable de Séd-COOP 2000
  13. Váradi János, Diputada del gobierno de kőbányai y directora de KÖBETA Rt.
  14. Csuka László director general de K&H Equities Rt.
  15. Tóth Róbert, Director de ventas K&H Equities Rt.
  16. Dr. Vígh Szabolcs, Abogado del K&H Equities Rt.
  17. Pinizsi Hajnalka, Empleada del servicio de atención al cliente del K&H
  18. Balassa Katalin, Asistenta personal de Kulcsar en K&H Equities Rt.
  19. Nagy Károly, Director de Autó Danubia Kft.
  20. Barta Péter, Empresario
  21. Szekér Gyula, Taxista
  22. Schöntal Henrik, Tesorero de Montrade Ltd. del Balmoral Group

Esta escandalera viene de largo y tiene todos los ingredientes de una de piratas. Para los más cinéfilos o para los que la lectura del periódico es una cuesta arriba, tediosa y abúlica, recomendaros una película sobre el tema que salió en 2005: “Kulcsár y sus muchachos”, justamente la imagen que acompaña a este artículo. La película es en clave de humor siguiendo aquello de “es preferible reír que llorar” con que nos licuaron la cabeza años atrás.

Básicamente las acusaciones que penden sobre Kulcsár giran en torno al uso y apropiación irregular de fondos aprovechándose de su condición privilegiada como Director del Equities Rt, la sección del K&H, un banco belga que opera en la zona, que se ocupa de las inversiones en bolsa.

El escándalo en sí no es especialmente sorprendente, lo que sí es llamativo es la red de relaciones que lo envuelven con una lenta, aunque preocupante tendencia a su absolución. No sería de extrañar que finalmente el amigo Kulcsár quedase en libertad sin cargos. Una de las razones que me llevan a sugerir cierta complicidad de la esfera pública es la larga y a mi modo de ver, injustificada dilación del caso. Todo empezó en 2003, un 16 de junio, cuando el Director de la Oficina de Control Financiero del Estado (PSZÁF) recibió una violenta paliza en mitad de la calle a pleno día. A raíz de estos hechos Károly Szász, el director en cuestión, se vio obligado a explicar las posibles vinculaciones entre la agresión de la cual había sido objeto y las investigaciones que venía realizando. Salió a la luz que se había realizado una OPA hostil sobre Pannonplast Rt y que en dicha operación se habían utilizado fondos, de manera irregular, de la Állami Autópálya-kezelő Rt., la empresa nacional de autopistas. Aparentemente Miklós Bitvai, director de la empresa de autopistas, había entregado una buena cantidad de dinero a Kulcsár y sus amigos para que realizasen la operación, a través de la Briton Kft., una empresa constituida a tal fin. Después de esto el caso perdió publicidad y siguieron lentamente una serie de investigaciones y toma de declaraciones por parte del equipo de la Fiscalía.

En el verano del 2005 el affaire volvió a tomar relevancia porque aparecieron en el programa de Gyula Zámbó, Klubrádió Kontra, partes de las declaraciones de Kulcsár ante la Fiscalía, concretamente las correspondientes al día 9 de junio de 2004. En ellas Kulcsár se mostraba no solo tranquilo sino arrogante y cómplice con sus interrogadores. Fue todo un escándalo que atravesó majestuosa y artísticamente radio, internet, televisión y prensa. Estos vídeos son justamente los que levanta como prueba la defensa de Csaba Kerék, de la empresa Briton Kft., a quien Kulcsár ha echado todo el fardo. Kulcsár sigue declarando que él ha sido solo el brazo ejecutor de las operaciones financieras y que en realidad el tal Kerék fue el mentor y diseñador de toda la operación. Fue él quien convocó a Kulcsár y lo sedujo para luego embaucarlo en un sinfín de trapisondas ilegales. En esta línea caen en duda el fiscal del caso y al menos un par de policías presuntamente corruptos y cómplices de Kulcsár: Csaba Molnár, encargado de la Oficina de investigación de cuestiones relacionadas con el lavado de dinero, quien tuvo en su agenda, justamente, la investigación del caso Pannonplast-K&H, antes de que este saliese a la prensa; y uno de sus superiores János Bácskai, director de la Oficina de investigación de asuntos de la mafia, quien fue degradado y posteriormente juzgado en el Tribunal Militar de Szeged el pasado octubre de 2005.

El siguiente by-pass nos lleva hasta pasadas las elecciones generales y al comienzo del juicio que se espera largo y tedioso, hasta por lo menos mediados de 2007. Y si bien las implicaciones políticas del caso solo parecen afectar a la coalición en el gobierno, MSZP-SZDSZ, la voz de denuncia del Fidesz no es, hasta donde he podido percibir, ni clara ni fuerte. De hecho, es inevitable presumir cierta complicidad ante su silencio durante la campaña electoral. El tema Kulcsár no fue utilizado como munición en la contienda. Probablemente el Fidesz tendrá sus propios tejes y manejes fuera del asunto Kulcsár y en el intercambio de alianzas, de pactos y de secretos queden empatados: Hoy por ti, mañana por mi. Un ejemplo de ello puede ser el artículo aparecido en la revista 168 óra del pasado 9 de marzo donde por un lado se exhiben, en una fiesta a todo trapo, brindando con cava, Kulcsár con el marido de la ministra de interior, Mónika Lamberth; y por otro Viktor Orbán, primer candidato del Fidesz, con M. Robertt, un tipo oscuro y de aire perverso que estuvo implicado en unos atentados de bomba en el ’98. Una lectura descontextualizada de este artículo da la impresión que el 168 óra delira, que relaciona peras con manzanas, chicha con limonada; solo la clave de un pacto de silencio entre los grandes partidos puede llegar a explicar qué tiene que ver un pone bombas con un estafador.

En definitiva lo que echo a faltar entre la multitud de artículos que diariamente salen sobre el caso son las responsabilidades políticas. No es el primer destape de escándalo financiero en el cual el gobierno actual está involucrado. El anterior primer ministro, Medgyessy ya tuvo su Kulcsár particular, una tal Tocsik y probablemente haya colaborado en el cambio de mandatario; pero el gobierno de Gyurcsány no muestra intención de asumir responsabilidades y se limita a enjuiciar o cuestionar a los directivos estrictamente implicados, en una audaz, a mi modo de ver, maniobra de cirujano. Falta la responsabilidad corporativa del gobierno, la responsabilidad política de colocar en puestos claves de control financiero a personas de dudosa actuación. Cierto es que todavía falta que termine el juicio y tal vez después de las condenas oportunas se tome algún tipo de medida política, digamos más responsable.

Las autopistas han sido una de las banderas más recurrentes del MSZP de las pasadas elecciones: “Hemos construido más de 200 kms de autopistas”, repetían y repetían. Kulcsár y su ballet podrían llegar a ser, si el Juez Varga así lo dictamina, el lado oscuro de tremendo triunfo arquitectónico.

Fuentes:

Versión electrónica del Népszabadság
Versión electrónica del HGV

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