Hay una referencia reincidente en el mar de desconocimiento que rodea a Hungría, a sus magos y a sus duendes. Es la música. Cualquier rápida búsqueda en internet sobre Hungría nos va a llevar de cajón al mundo de la música y especialmente al de la etnomusicología, a las más interesantes técnicas de enseñanza musical y también seguramente daremos con algún luthier de prestigioso nombre y buen precio.
Sin lugar a dudas el folclore húngaro consolidado entre fines del XIX y principios del XX es todavía una etiqueta distintiva del país. Y no es difícil disfrutar de viejos ritmos zapeados por los más excelsos músicos.
Pero Hungría no es un museo de antigüedades. Budapest es una ciudad caliente y si así no se la imaginan los turistas antes de llegar, es simplemente por mala o conservadora publicidad institucional, que insiste en mantener los viejos tópicos. Fácilmente puedes perder la cabeza a orillas del Danubio, perdidamente embrujado, cautivado por una trompeta o por una hermosa mujer.
Aprovechando el boom de la fusión en todo el mundo los jóvenes húngaros no se han quedado atrás y revientan el escenario, poderosos, tecnológicos y siempre con la chapita húngara del renombrado folk. Y una vez encendida la mecha las variaciones son interminables, incluso diría que hasta originales, únicas.
La próxima vez que vengas a Budapest, evita los palacios y las termas y dedícate a la música. La cantidad de antros enterrados como búnkers, siempre encendidos y desparramados por toda la ciudad llega a hasta dar miedo. Valen la pena. Ven tócala, escúchala y báilala. Y sino puedes, pues bájala de internet.
Espero que disfrutéis con esta colección de artículos de “Bájala o ven y tócala. Hungría le da la vuelta al folk ” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.
domingo, noviembre 12, 2006
¡Bájala! o ven y tócala. Hungría le da la vuelta al folk
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