
Claro está que las recetas culturales importadas no se aplican, ni se podrían aplicar, sin ajustarse a las variantes locales; pero no parece ser un programa organizado sino una curiosa malformación, a veces hermosa, otras poderosa o incluso patética o simplemente desagradable, fruto de la imposibilidad de copiar el modelo.
La historia de la ciudad, el imaginario de sí misma y una sociedad y una economía todavía no consolidadas hacen que valga especialmente la pena ver ciertas expresiones del arte en Budapest, sobretodo las que hablan a los gritos de su propia identidad. En cuanto al resto, nos hacen sentir a gusto, como en casa, ciudadanos del mundo.
Espero que disfrutéis con esta colección de artículos sobre los "Circuitos de exposiciones de Budapest" y que os animéis, quienes vivan o hayan vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.
Un placer,
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