sábado, octubre 28, 2006

La casa, esta revuelta, en el 50 aniversario del 23 de octubre de 1956

Si en algo pueden llegar a coincidir las diferentes formas de revivir en Hungría octubre del 56 es en la exaltación de la patria y la libertad. El lunes para todos fue una fiesta de mucha bandera. Algunos rememoraron con nostalgia la lucha contra la opresión rusa paseando tranquilamente por Hősök tere o la avenida Andrássy, otros la revivieron en carne propia contra el fantasma comunista entre gases lacrimógenos, policías a caballo, porras, balas de goma, chorros de agua e incluso con los propios tanques y camiones de los años 50. Esta versión, fue si más ni menos, terapéutica.

Salimos de casa después de comer con la tranquilidad angelical del eterno turista después de mirar la programación para el día en internet. Era un día precioso, soleado y primaveral. En Hősök tere tenían todo listo para inaugurar el nuevo monumento del 56 y además había unas instalaciones rotatorias recordando a los mártires de la revolución. Más abajo, en Andrássy a ambos lados de la calle había camiones y buses de la época. La gente se subía y se hacía fotos. Incluso llegamos a ver algún tranvía realmente viejo circulando por Oktogon y alguna moto vetusta-vetusta subiendo y bajando por la avenida. Una tarde de helados, patatas fritas con ketchup y terracitas.

El clima, al menos el mental, se empezó a enturbiar cuando llegamos al Corvin. Allí, justo frente al cine, había montado un escenario y hablaban frente a un grupo grande y compacto que llegaba hasta la calle. Ni idea de qué hablaban, lo que me llamó la atención, además de las consabidas banderas con el símbolo monárquico en el medio y las blancas y rojas rayadas recordando el escudo de Árpád, fueron la cantidad de skin-heads que había. El look era de lo más internacional, bomber, pantalones negros, Martins y cabezas rapadas. Como todo símbolo, un mapa de la Gran Hungría. A mi me dan “cosita” esta gente, pero he de decir que no hubo ningún incidente, ni siquiera malas caras. Una concentración tranquila.

La esquivamos y nos fuimos a un museo precioso que habían montado al lado del cine y que juntaba cientos de objetos de la época. En las calles próximas y en la plaza del fondo, que está en obras, había tanques y anti-aéreos donde los niños se subían y se hacían fotos. Era una extraña, aunque agradable, composición de rebeldía. Me hubiese gustado subirme a mi también, pero otro era el lugar donde los adultos se subían.

Ya ahí escuchamos gente hablando por móvil, que comentaba que había movida en Arany János utca con Bajcsy-Zsilinszky. Unos decían que andaban a los piedrazos y otros que la policía estaba tirando con el cañón de agua.
No le dimos mayor importancia y seguimos el tour hacia Astoria a ver cómo iba la concentración del Fidesz.

Ahí, ya estarían por dar las 6 de la tarde, cambió el color de la celebración. Abajo, en el metro, nos lloraban los ojos por los lacrimógenos, pero igual subimos a Deák tér. Siempre es mejor ver las cosas por uno mismo y no por los dudosos medios de comunicación de masas.
Arriba habían montado todo un festival. Justo donde estaba la boca del metro había una larga barricada con piedras, con un tanque y un camión de los años de Montoto. Después alguien comentó que eran unos, que como en Corvin, tenían en exposición cerca de ahí.
Al otro lado y bordeando la plaza había una compacta hilera de policías de choque. De un lado venían los gases y de otro las piedras.
No quisimos abusar de nuestra suerte y tampoco tuvimos tiempo de evaluar nuestro compromiso político. Así que volvimos a bajar, pero el metro ya no paraba en Deák, pasaba de largo.
Buscamos otra salida y nos fuimos por una calle lateral que también estaba blindada por policías. La gente que se alejaba los insultaba y los azules hacían gestos con las manos invitándolos a acercárseles, supongo que para darles de hostias.

Nos alejamos todavía llorando, decididos a ver el Parlamento. De ahí en más caminamos y caminamos eternamente. Toda esa parte de la ciudad estaba cortarrajeada por columnas de policías. Al Parlamento, por supuesto, no pudimos ni llegar y después, cruzar Bajcsy-Zsilinszky para volver a casa tampoco fue fácil. Tuvimos que hacer una parada estratégica en un bareto que aguantaba la movida y ofrecía ánimo y bebida a los náufragos como nosotros que deambulábamos por la ciudad.

En Oktogon conseguimos coger el metro amarillo, precioso, y nos bajamos otra vez en Hősök tere. Ahí estaba Gyurcsány y los famosos 50 jefes de estado. No puedo decir que era una celebración popular, más bien elitista y alejada de la gente de a pie. Alrededor del monumento había un gran cordón policial y dentro una banda militar tocaba sin cesar y otros tantos militares con la tira de banderas marchaban orgullosos.
Un buen grupo de los que miraban, colgados de las vallas de contención, silbaba, tocaba matracas y gritaba: “¡Gyurcsány, vete!”. También es verdad que otros los hacían callar. Eran las 7.30.

Tenían todo cortado. Para volver a casa sin comernos la parafernalia de la inauguración, tuvimos que dar una inmensa vuelta alrededor de Dózsa György. Por suerte nuestra querida hamburguesería estaba abierta y nos manducamos un par de dobles con queso.

Cuesta tomar partido ante estos hechos. Es una situación exigente y muchos ya han optado por volver a la apática generación “x”. La media insiste en los 200 millones de daños ocasionados a la ciudad, el mal comportamiento de algunos manifestantes y la mala reputación que esto implica para Hungría. A mi modo de ver no es un problema, sino un síntoma de un gobierno que no logra consensuar su política y de una oposición oportunista.
El malestar social es un hecho y la falta de alternativas políticas derivan las opiniones hacia la violencia callejera o hacia la abulia política.

Espero que disfrutéis con esta colección de artículos de “La casa, esta revuelta, en el 50 aniversario del 23 de octubre de 1956” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.

Los valores de la revolución. Recordando al joven Endre Atzél

Entrevista a su hija Kinga Atzél

por Sebastián Santos

Endre Atzél (1936-2005) participó, con apenas 19 años, en la revolución de 1956. El gobierno comunista lo condenó a prisión y lo mantuvo en la cárcel 6 años y medio hasta la amnistía general de 1963. Después de su liberación y hasta el cambio del sistema figuró en las listas negras del gobierno.
En Hungría se lo celebra como uno de los héroes de la revolución y gran defensor de los derechos de los húngaros de Rumanía, especialmente de los changos.
Falleció en diciembre de 2005 y tuvo un entierro multitudinario entre música, recitado folc y discursos políticos de homenaje.
Esta entrevista, con una de sus hijas, pretende constatar el mantenimiento y la herencia de los valores que movilizaron a miles de personas en octubre de 1956.

KINGA: Para mi familia, el 56 era como una base, un fundamento. Era un tema casi constante. Un tema que se trataba con mucho respeto. Hablar o recordar el 56 era sobre todo hablar de valores y de principios morales.
Cuando íbamos juntos por la ciudad y pasábamos, por ejemplo, por Széna tér o la plaza Corvin, mi papá nos contaba que allí había habido jóvenes luchando durante la revolución; o cuando estábamos en la calle Fő nos hablaba del "célebre" centro de detención que allí funcionaba y adonde llevaban detenidos en grandes coches negros para los primeros interrogatorios y luego derivarlos a otros centros; o si andábamos cerca del hospital Péterffy nos recordaba la imprenta que allí funcionaba. Era una imprenta manual, muy rudimentaria, que usaba mi papá y algunos compañeros para difundir folletos y octavillas.

S.: ¿A qué grupo político pertenecía tu padre?
KINGA: No había ningún grupo político, era todo mucho más espontáneo. En el proceso judicial inventaron un grupo para poder enjuiciarlos de manera orgánica. Era una práctica habitual para darle un cierto carácter legal a los juicios. Juntaban personas que ni siquiera se conocían y las cuadraban dentro de un grupo que nunca había existido, un grupo inventado. A mi papá lo pusieron en el de "Pécs Géza és társai”.

S.: ¿Qué edad tenía entonces tu papá?
KINGA: Mi padre era muy joven. 19 años tenía.

S.: ¿Y qué hizo en el 56?
KINGA: No sé exactamente, creo que hacía de enlace entre diferentes grupos, una especie de correo. Digo que no sé porque siempre que se hablaba de la revolución se hablaba de una manera muy ambigua. Por ejemplo, en casa no se podía hablar porque nos espiaban.
Siempre que tratábamos algún tema relacionado con la revolución o con alguna de las personas de su entorno, nos hacían callar y nos decían que eso lo seguiríamos hablando en la calle, en algún sitio abierto, donde nadie nos pudiese escuchar.
Por eso no tengo las anécdotas que me pides, porque anécdotas se pueden contar cuando no hay presión ni temores. Entonces todo se contaba en forma de mosaico, en partes muy pequeñas. Mi papá nunca nos explicó muy bien lo que había ocurrido. Se usaban señales, guiños, para decir que esto o aquello había tenido que ver con la revolución. Por autodefensa, porque nunca sabías quién estaba trabajando para los servicios y quién no. No podías hablar libremente, ni siquiera con la gente con la cual habías estado en la cárcel y mira que eran un grupo que se ayudaban mucho entre ellos. Cualquiera podía ser un delator. Era una locura. Había que decir y no decir, hacer señas constantemente. Yo era una niña pequeña y percibía que algo importante estaba pasando pero no entendía bien qué.

S.: ¿Y tenías curiosidad por saber?
KINGA: Siempre. Todo me interesaba y mucho. Piensa que la revolución, para mi familia, es el punto de partida, porque mi papá y mi mamá de no haber habido revolución no se habrían conocido.
Después del 56 mi papá pasó 6 años y medio en la cárcel y allí conoció a mi tío, el hermano de mi mamá, que eran todos más o menos de la misma edad. Cuando salió en el 63, con la amnistía general, mi tío le dio su piso para que viviese porque a él no lo habían soltado todavía. Los que salían de la cárcel se ayudaban mucho, siempre estaban ahí para echar una mano. Y ahí fue que conoció a mi mamá.
En ese piso vivió también el hermano de mi papá y después mi tío cuando lo soltaron, aunque luego lo volvieron a meter preso.

S.: ¿Todos tus hermanos eran tan receptivos con el tema de la revolución?
KINGA: Para todos nosotros el 56 era incuestionable. No se hacían grandes discursos, ni se hablaba directamente, había muchos silencios, pero sabíamos que no podíamos quejarnos ni por la comida, ni por cualquier otra cosa y que había que estar contentos con lo que habíamos podido conservar. Eran otros tiempos. El mundo era diferente.

S.: ¿Cuándo terminó la dictadura comunista cambió la forma de tratar el tema?
KINGA: Sí, dejamos de hablar definitivamente del 56. Es que todo el mundo, a todas horas y en todas partes, empezó a hablar de la revolución y se terminó perdiendo el sentido. De las cosas importantes, como por ejemplo de Dios, no charlas cada día, de la revolución y de sus valores tampoco.
Antes sí lo celebrábamos. Nos juntábamos a comer y disfrutábamos, porque el 23 de octubre es un día muy bonito, el aniversario de un milagro.

S.: ¿Y después del cambio de sistema cómo fue la relación con los compañeros del 56?
KINGA: En realidad la complicidad de que te hablé era un complicidad en secreto, porque en principio había que evitarse los unos a los otros. Además, según cuenta mi mamá muchos otros vínculos se fueron esfumando. La mayoría de la gente abandonó a los del 56, porque estar en contacto con personas que habían estado en la cárcel era desventajoso.

S: ¿Y esto afectó a los hijos?
Aunque parezca sorprendente esto incluso lo percibíamos los hijos. En el 82 mi hermana empezó a salir con un chico y cuando él empezó a hacer la mili, los del servicio militar lo sometieron a un interrogatorio donde reiteradamente le preguntaron si sabía con quién se estaba relacionándo, si sabía quién era mi hermana, que mi tío había estado en la cárcel y si sabía con qué tipo de familia se estaba metiendo y que dejara de salir con mi hermana.

S.: ¿Y a ti te pasó alguna vez algo así?
KINGA: Yo soy la más pequeña y la que menos o nada lo padeció, piensa que cuando terminó el régimen yo tenía apenas 14 años. Aunque en la escuela primaria, por ejemplo, el Director, que era un comunista empedernido, no paraba de meterse conmigo y con mi hermana también. Nos enseñaba química y constantemente, delante de todos los otros niños, me repetía que era una malvada niña adulta. Además no me quería dejar ser pionera, aunque era obligatorio, pero a mi eso no me importaba para nada.
Ya eran los 80 y no había tanta represión, o al menos la gente la percibía menos.

S.: Porque después del 56 siguió la represión, no?
KINGA: Sobre todo limitaciones para entrar en la universidad o para el trabajo. A mis padres, que todavía estaban en edad de estudiar, simplemente los pusieron en la lista negra del Ministerio de Interiores y no les permitieron entrar en la Universidad.
Pero él, ya antes del 56, había padecido alguna represalia parecida por venir de una familia de aristócratas. Solo le dejaban hacer trabajos físicos. Trabajó como electricista, como vendedor de libros y de aguafuertes.
En la cárcel, en Marianosztra, estuvo haciendo escobas y algo de zapatería también.
En el 63, a los 27 años, salió en libertad y recién en los 80 pudo estudiar. Por eso digo que los 80 fueron más libres. Y entonces, ya de mayor, estudió derecho.

S.: ¿Y objetos que te queden de tu padre y del 56?
KINGA: En el juicio le confiscaron la totalidad de los bienes, y a mi mamá también. Le dejaron una mesa y una silla, nada más. Las cartas, los estudios de mi tío, todo se lo llevaron cuando allanaron el domicilio o lo quemaron mis familiares para que no se pudiesen usar en el juicio. No quedó nada.
Hay cosas, pero de más adelante. Por ejemplo, del telón de hierro, de la frontera con Austria, mi papá lo había cortado y se había traído un trozo de alambre que teníamos luego en casa.
En el 89 cuando empezaron a sacar las estatuas comunistas, mi hermano se trajo un paraguas inmenso y de metal que pertenecía a la estatua de Kun Béla. Estuvo bastante tiempo en casa, ahora no sé dónde andará.

S.: ¿Tu papá salió de la cárcel con algún tatuaje?
KINGA: No se hizo ninguno. Los políticos no se hacían tatuajes, era un tipo de preso diferente de los delincuentes corrientes y además normalmente estaban ubicados en lugares diferentes dentro de la cárcel.
Lo que contaban era que se enseñaban mucho entre ellos. Todo el mundo que sabía algo lo compartía con los otros, porque no tenían otra cosa. Si alguien sabía historia o literatura o simplemente algún poema, lo compartía con los demás. Incluso contaban que si podían conseguir, por ejemplo, una hoja del listín de teléfonos, se dedicaban a aprender todos los números y nombres que había; solamente para hacer algo, para mantenerse despiertos, para pasar el tiempo.

S.: Parece que el espíritu de la revolución se mantuvo también la cárcel.
KINGA: La gente se movía muy unida. Siempre nos hablaban de los días de la revolución como de días ejemplares y puros, como de algo más elevado del nivel cotidiano, como un punto de referencia. Algo así como una guía de cómo hay que comportarse y de cómo hay que defender los verdaderos valores. Un ideal que solo puede ocurrir en períodos reducidos, casi un milagro cuando, como en el 56, implica a tanta gente.
Decían que había cajones donde se pedía dinero para los más necesitados de la revolución y la gente dejaba allí el dinero y nadie lo tocaba, ni nadie robaba tampoco nada de los escaparates rotos. Una situación que hoy es imposible imaginar. Y no es que la gente no pasase necesidades, sino al contrario, pero se movían con otros valores, por la libertad y evitaban ensuciar la revolución. Estos días, entre el 23 de octubre y el 4 de noviembre, que no fueron muchos, fueron incomparables y todavía hoy se respeta su recuerdo y su espíritu.

Pero también es verdad, que en casa se contaba, que sí hubo un hecho que manchó esas jornadas y fue la matanza de aquel “ávós”, de la AVH, en la plaza de la República. La multitud lo terminó matando a golpes. La AVH eran los servicios de defensa del estado. Era un cuerpo militar, oficialmente reconocido, con un uniforme particular y sus grandes coches negros, que entre otras cosas se ocupaban de torturar a los presos políticos.
Este es el punto negro de la revolución, el lado oscuro. En casa nos lo contaban como algo horrible y nos decían que este había sido el único caso pero que fuera de él, siempre habían conseguido todos sus fines de manera legal y no mediante juicios viscerales.

S.: Y volviendo a la familia ¿tu tío, cuándo salió de la cárcel?
KINGA: Con mi tío ocurrió una cosa preciosa. A él le habían dado cadena perpetua y después de un tiempo en la cárcel, le diagnosticaron cáncer, cáncer linfático. Lo trataron en oncología y cuando entró en fase terminal, cuando le dijeron que le quedaban un par de semanas, mi mamá se dirigió a pedir ayuda a la esposa de Gyula Illyés, un poeta húngaro de renombre internacional, que se dirigió a Erdei Ferenc y a Losonczi Pál, que era en aquel entonces el Presidente del Consejo Presidencial y, gracias a su intervención, lo pusieron en libertad. Se ve que esto se suele hacer, por ley o costumbre, para que el enfermo se muera en casa. Lo soltaron en el 68, pero entonces, inexplicablemente, se curó y vivió en libertad hasta el 89.

S.: Después del 89 ¿hubo algún tipo de indemnización para las personas que estuvieron en las cárceles comunistas por razones políticas?
KINGA: Lo primero fue que todos fueron rehabilitados políticamente y les quitaron los antecedentes penales. Después hubo algún tipo de indemnización económica, pero no sé exactamente cómo funcionó. Creo que una única vez les dieron una especie de bonos del estado. Mi papá tenía, pero creo que nunca los utilizó.

S.: ¿Y el lunes 23 vas a hacer algo?
KINGA: Me voy a juntar con mi mamá y vamos a mirar juntas la película “A tanú”. Creo que es una película que sintetiza toda una época.

La libertad también fue deseo en 1956

por Kléber Mantilla

Si hay algo que se parece entre los levantamientos populares húngaros de 1956 y de 2006 es el sistema policial represivo de escala, que hoy actuó con la misma crueldad que antaño. No obstante, el escenario social y político no tiene punto de coincidencia. Por ello, recordemos la historia para poder planificar algún futuro.

Los húngaros se sublevaron contra Moscú, buscando una independencia política, en 1956, desde el 23 de Octubre hasta el 4 de Noviembre, cuando entraron los tanques rusos a Budapest y se instauró un gobierno local prosoviético dictatorial. Esto sucedió durante la celebración de los Juegos Olímpicos de 1956, en Sidney. Y, la mejor de todas las batallas se libró en una piscina de Waterpolo, entre estas dos naciones enfrentadas.
En realidad, el estalinismo, había salido reforzado después de la pérdida del nazismo en la Segunda Guerra Mundial y se extendió en toda Europa del Este y China en 1949. Esta vez con una nueva era socialista que reafirmaba su victoria histórica contra el viejo socialismo revolucionario pluralista. Al mismo tiempo, el permanente debate sobre los campos de concentración y la represión de la disidencia empezó a crecer en los sectores intelectuales de la izquierda de Francia e Italia. Incluso en Yugoslavia, Tito ya repetía el discurso de la independencia. Tras la muerte de Stalin en 1953, se registraron revueltas obreras en Alemania del Este y en Octubre de 1956 estalló la revolución en Hungría.

En Hungría, los grupos de intelectuales y estudiantes justificaban los hechos con el “Informe Kruschev” que confirmaba los crímenes de Stalin. En la manifestación aparecieron comunistas, anticomunistas, demócratas, liberales, socialdemócratas y los seguidores del ex gobernante monárquico Miklós Horthy. Además, se mezclaron los problemas del industrialismo acelerado con la limitada producción.
Moscú envió a Budapest como mediadores a Mikoyan y Suslov, para cambiar la dirección de Mátyás Rákosi, por Ernő Gerő. Colocaron a János Kádár y otros de los llamados comunistas nacionales, que pertenecieron a la resistencia. Entre los cambios y ofrecimientos constaba rendir honras fúnebres a las víctimas del rakosismo opresor. También se plantearon unas ayudas económicas.
Sin embargo, en las calles, se sentía el maquillaje de los cambios. El 23 de octubre, el gobierno permitió una congregación en la estatua del poeta Sandor Petöfi, para recitar el simbólico Talpra Magyar, (¡Húngaros de pie!). Una multitud de intelectuales, estudiantes, empleados, obreros y campesinos portaban banderas nacionales con un hueco en el medio porque habían cortado el emblema comunista. En un comunicado, la unión de escritores y luego en otra carta los estudiantes pedían: la salida de las tropas soviéticas, la reconstitución del Gobierno bajo la dirección de Imre Nagy y la expulsión de los estalinianos, las elecciones generales con sufragio universal y secreto y participación plural de partidos, el derecho de huelga para los trabajadores, la revisión de los tratados soviético-húngaros, de los procesos político y económicos, y la rehabilitación de las víctimas del rakosismo.

¡Nagy al poder! fue el grito de combate pese a que no estuvo él en la manifestación. Solo por la tarde llamó a la gente al orden constitucional pero con un lenguaje racional sin sentimentalismos. El primer secretario del partido, Ernö Geröe, en la radio, dijo que defendía el poder de la clase obrera y calificó la manifestación de nacionalista. Esto enfadó y decepcionó a las multitudes.
Los acontecimientos siguientes fueron de violencia. El rechazo se sintió en las cercanías de la Radio, en la sede del periódico del partido, y en otros barrios de la ciudad. El servicio de la policía secreta (AVH) defendió la institucionalidad, pero la calle se llenó de rebeldes.
Pronto se crearon los Comités y Concejos de Obreros elegidos con voto popular. El más radical con los pedidos estuvo en la ciudad de Miskolc, que planteó un sistema igual al anterior a 1945. Nagy fue el líder de esta nueva revolución, pese a que algunos grupos lo acusaban de responsable de la llamada a las tropas soviéticas y en algunos medios impresos y radiales financiados por los servicios secretos de los Estados Unidos, lo acusaban de traidor.

La violencia de las masas escaló hasta presentarse la masacre del Centro del Partido Comunista de Budapest ocurrida el 30 de octubre. El mismo día se declaró que ,desde el 23 de octubre, había terminado el partido Único, y se anunció un Gobierno de coalición, igual al de 1945, y el inició de conversaciones con la Unión Soviética para la evacuación de sus tropas. Hungría vivió el sueño de ser un país libre, independiente y neutral.

En aquellos días, para una segunda invasión soviética a Budapest, el 4 de noviembre, pesaron las razones internacionales, pues coincidió con la invasión de Francia y Gran Bretaña al Canal de Suez: los socios de Washington en Europa. Los húngaros, al parecer, esperaban la ayuda de Estados Unidos, pero los acuerdos de Yalta vigentes limitaban su esfera de acción en Hungría por estar en el bloque oriental. Las grandes potencias no se interesaron en una zona ya resuelta después de la Segunda Guerra Mundial. El último gobierno de coalición formado por Nagy hizo público el 3 de noviembre su propósito de impedir la restauración del capitalismo en Hungría, pero también de defender las conquistas de la revolución, en particular la independencia nacional, la neutralidad y la construcción del socialismo en democracia.

El 4 de noviembre, Imre Nagy y algunos de sus colaboradores se refugiaron, en la embajada de Yugoslavia al no recibir respuesta de las Naciones Unidas con respecto a la invasión soviética y el 23 de noviembre fueron sacados y deportados a Rumanía. El 16 de junio de 1958 fue ejecutado, junto a Pál Malter, József Szilagyi, Miklós Gímes y Géza Losonczy. El régimen neoestalinista de Kadar, después de una primera etapa de brutal represión, se consolidó con los años.

Al revisar el proceso, el filósofo y escritor Albert Camus dijo que “si la opinión mundial fue demasiado débil o egoísta para hacer justicia a un pueblo martirizado, la resistencia puede durar hasta que ese Estado contrarrevolucionario en el Este se hunda bajo el peso de sus mentiras y contradicciones”. La URSS colapsó en 1989 y tendría como responsables los sucesos ocurridos en Hungría y Polonia.


Fuentes:

"Anarchy: A Graphic Guide", de Clifford Harper
La revolución de 1956

Octubre 2006

por Aranyos Eszter

Lindo mes de otoño. Debería haber sido un mes de preparación para el cincuenta aniversario de la revolución de 1956; y fue en varios países del mundo. En Nueva York, en Viena y en Bruselas, entre otros, se inauguraron exposiciones, se organizaron conciertos y charlas conmemorando aquellos lejanos hechos ya históricos con los que se pretendió cambiar de raíz la Hungría de la época.

Pero aquí, sin embargo, los acontecimientos y discursos de las últimas semanas, no hicieron más que traer peleas y disentimiento.
El trágico 20 de agosto pegó fuerte. Muchos lo interpretaron como el reflejo de una perdida necesidad asociativa, en el terreno social pero también a nivel personal y espiritual.
A principios de septiembre empezó un período de crisis, y no tanto por la llamada crisis moral de la que todos hablaban sin cesar, sino más bien porque aparecieron arranques nunca antes vistos en esta joven democracia. Las escenas de vandalismo del ataque a la sede de la televisión siguieron repitiéndose durante días en el Nagy körút y en las calles laterales.
La prensa extranjera dijo que llegó a haber unas 30 ó 40 mil personas en Kossuth tér. Entre semana se mantenía una media de 3500 personas y los fines de semana subía a 20.000.
Se había roto un tabú: el de no hablar sobre política, y era lo más normal, ya tocaba. Hasta en el trolebús, entre gente desconocida, se podían escuchar conversaciones analizando los acontecimientos. A mi, personalmente, me pasó al revés: me harté de la política, y creo que más de uno también. Diría que muchos, que antes apoyaban a alguno de los partidos que aquí cohabitan han ido perdiendo la fe y las ganas.

Lo demás es ya parodia. Trazar paralelos entre los hechos ocurridos delante del parlamento y la revolución de 56 es más que vergonzoso.
En cuanto al Fidesz, después de las elecciones se echó atrás y si comparamos lo que decía hace un mes y lo que dice ahora, podemos comprobar que es diametralmente opuesto. Ya no quieren elecciones anticipadas, ni siquiera quieren la dimisión de Gyurcsány, ahora simplemente se limitan a echarle la culpa de todo al Partido Socialista. Las reformas y restricciones que hace poco tanto criticaban, ahora no solo es que no estén mal sino que son de obligatorio cumplimiento para el gobierno actual y los que sigan.
Desde las pasadas elecciones no hacen otra cosa que boicotear toda acción del Primer Ministro. En cuanto Gyurcsány coge el micrófono, salen de la sala del Parlamento y por supuesto no participan de ningún evento al que él asista. Son métodos de guardería en el arenal en que se ha transformado el país.

Y para terminarla, decidieron unirse a los manifestantes de la Plaza, pero solo para el té, cada día de 5 a 6 hasta el 23 de octubre, que decidieron celebrarlo en Astoria. “Circo gratis y tristes comedias cutres” podría ser el título la película.
Los cuatro gatos, del grupo estable acampado, que renunciaron a dejar la plaza, con unos looks milenarios, de cuando nuestro pueblo era nómada y correteaba entre los Cárpatos, consiguieron un acuerdo con la policía para poder compartir, el 23, el uso de la plaza. Para poder compartirla ni más ni menos que con los 50 jefes de estado y reyes varios que vinieron a la celebración.
Al principio parecía imposible ya que pedían permiso para más de 1000 personas cuando ellos no eran más de 100 en total. Además, claro está también querían que no les quiten sus tienditas de campaña y las ollas para el gulyás. Su romántica sugerencia era que el “pueblo” invitaría a comer a las autoridades de Europa. El caso es que al final, a petición del Presidente del Estado, los dejaron quedarse. Igual cabría reflexionar sobre la injerencia del Presidente, ya que la Constitución indica y él lo sabe mejor que nadie porque ha sido juez constitucional, que no puede presionar al Primer Ministro, ni a la policía, ni a otras instituciones similares. Su función es puramente asistencial.

Después de estos ires y venires pareció que ya había terminado definitivamente el tema, pero el 23 de octubre a las 2 de la madrugada, la policía sacó a patadas a todos los manifestantes de la plaza. Parece ser que los acampados no dejaban que la policía entre en su territorio para controlar y llevar a cabo el plan de seguridad y defensa por las visitas oficiales. A modo de post scriptum, podemos mencionar que en la redada final, en las tiendas, encontraron lanzas y otras armas de corte y golpe (martillos, hachas, bolas de hierro, etc.)

Al fin y al cabo, algunos tuvimos una linda fiesta este pasado 23 de octubre con tanques rusos y tranvías originales del 56 en exposición desperdigados por la ciudad; gases lacrimógenos cayendo como nieve de los helicópteros, gente jugando a la revolución arrastrando los tanques y construyendo con ellos barricadas. Un desarme total de emociones: manifestantes gritando, policías atacando; y para que no le falte nada al pueblo, fuegos artificiales de acompañamiento. De verdad, fue una fiesta inolvidable.

domingo, octubre 08, 2006

Elecciones locales 2006. De la depresión de primavera a la pasión animal de otoño

Muchos de los que viven en Hungría insisten reiteradamente en etiquetarse de deprimidos y si los pescas en algún ataque eufórico te advierten que es simplemente pasajero o síntoma de un gran bajón que se avecina.
Yo más bien entiendo esta llamada depresión, y aquí pongo en el asador toda la verborrea psicoanalítica argentina, como la imposibilidad de verbalizar o expresar un problema, una insatisfacción, un sentimiento.
Creo que las elecciones de abril, justamente, fueron reflejo de esta incapacidad de expresar. Nadie puede decir que se haya sorprendido por el carácter estrangulador del Plan de Convergencia del gobierno. El mismo Gyurcsány, en la campaña de abril lo repitió una y otra vez.
Cuando votaron sí a la política liberal del SZDSZ-MSZP todos sabían lo que iba a venir pero no podían articular un discurso de oposición coherente. Y no me refiero a los partidos políticos de oposición (que parecer ser tengan como objetivo desorientar al electorado más que organizarlo, con un discurso contradictorio y constantemente cambiante) sino al simple ciudadano de a pie.Ni siquiera entro en el terreno del posible militante traicionado.

Pero de septiembre a aquí algo ha cambiado. Miles de personas se manifiestan cada día, pero no solo organizadamente sino, lo que es más llamativo, también espontáneamente, superando las expectativas y el control de los partidos políticos. E incluso hay a quienes se les revienta el tarro y lo rompen y lo queman todo.
En lo electoral los húngaros también han ido más allá del abanico de partidos y han concentrado los votos de oposición. Han unificado la derecha y con ello la oposición en su conjunto, pese a las diferencias entre los partidos. Han logrado, digamos por iniciativa civil y espontánea, pararle los pies al gobierno.

El detonante de este cambio de mentalidad, el entierro de la depresión y la capacidad de verbalizar, de expresar la disconformidad, no se ha debido a ningún cambio substancial en la política del gobierno sino a algo mucho más visceral. La pasión animal de estos días sale de adentro del ser húngaro, de su sangre caliente (¡y por favor, que dejen de repetir que este es un país frío y poco expresivo!).
Como si se tratase de una típica y grotesca película italiana la mentira y el insulto a la madre patria han sido las claves de las movilizaciones y el voto de protesta.
“Este puto país” se atrevió a repetir una y otra vez Gyurcsány en Balatonőszöd. Y hablar mal de la madre o de la patria, eso no tiene perdón. El efecto explosivo de estas declaraciones es difícil de explicar con un discurso político maduro. Tal vez de ahí la falta de precisión de la prensa extranjera cuando publica noticias sobre lo que aquí sucede o hace análisis de las mismas.
De hecho ya son incontables las veces que el Primer Ministro, como todo discurso político, no hace más que pedir perdón, perdón y perdón.

La espontaneidad civil de este período de elecciones es un claro ejemplo de que se avanza en madurez política, tan mermada durante la dictadura comunista. En el tiempo que llevo en Hungría es la primera vez que discuto seriamente de política, en cualquier lugar, a cualquier hora. Da gusto.

Espero que disfrutéis con esta colección de artículos de “Elecciones locales 2006. De la depresión de primavera a la pasión animal de otoño” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.

Crónicas marcianas

por Aranyos Eszter

viernes, 6 de octubre, 2006

A las 16.00 empieza la autodenominada reunión popular organizada por Fidesz en Kossuth tér, después de haber vencido el ultimátum. Orbán Viktor expresa en su charla que su partido, debido a la frágil situación del país, ya no pide elecciones anticipadas, sino la dimisión de Gyurcsány y del gobierno actual y la inmediata constitución de un nuevo gabinete, independiente, compuesto por profesionales.
Además convoca concentraciones diarias en la plaza Kossuth, entre las 17.00 y 18.00, hasta que sus reclamos sean hechos realidad.

A las 15.30 termina la votación nominal por la moción de confianza al Primer Ministro, con 207 votos a favor, y 165 votos en contra.

A las 11.30 empieza la Junta Extraordinaria Parlamentaria, donde se discutirá y votará dicha moción. Gyurcsány Ferenc la había solicitado el lunes, 2 de octubre, después de haber perdido las elecciones municipales. Se establece que el resultado de la votación sea de cumplimiento obligatorio.

En todo el país y durante todo el día, los campesinos, movilizando más de 2000 tractores, cortan parcial y pacíficamente más de 50 puntos de la red viaria.

Hoy es el día en el que se conmemora la muerte de los 13 mártires de Arad, ejecutados tras la derrota de la revolución de 1848-49 contra los Habsburgos.

jueves, 5 de octubre, 2006

El presidente de Fidesz habla por primera vez, en rueda de prensa, sobre la necesidad de reformas y dinero para las mismas. Plantea la creación de un fondo exclusivamente destinado a dichas reformas aunque sin especificar de dónde deberían salir dichos recursos.

miércoles, 4 de octubre, 2006

La consultora Medián publica los resultados de una encuesta de opinión pública sobre la crisis. No habría un común acuerdo en cómo solucionar la situación actual, pero la mayoría (60%), rechaza las manifestaciones de Fidesz como herramienta política.

Los grupos parlamentarios de Fidesz y de KDNP, siguiendo las indicaciones del presidente, cambian su actitud y aceptan participar en la moción de confianza convocada para el viernes.

martes, 3 de octubre, 2006

Los partidos mayoritarios convocan ruedas de prensa, unos para apoyar en firme y uniformemente al Primer Ministro, MSZP y SZDSZ; y otros para decir que no participarán en la Junta Extraordinaria del viernes 6 de octubre.

lunes, 2 de octubre, 2006

El primer ministro, Gyurcsány Ferenc, para reforzar su mandato, pide una moción de confianza para el programa del gobierno y para sí mismo. Según las normas del Congreso este procedimiento debe anunciarse con una antelación de entre 3 y 8 días.

Orbán Viktor, el presidente de Fidesz, da un ultimátum de 72 horas para que renuncie el Primer Ministro. El plazo vence el jueves a las 13.00 y promete manifestaciones constantes de no renunciar Gyurcsány.

domingo, 1 de octubre, 2006

Gyurcsány Ferenc quiere seguir con su política y no piensa dimitir.

La quinta elección municipal democrática desde el cambio de sistema termina con una participación similar a la de hace cuatro años (52 %) y con el éxito abrumador de la oposición. En la Capital gana, por quinta vez consecutiva, Demszky Gábor, el candidato de SZDSZ.

A las 19.00, sorpresivamente, Sólyom László, Presidente del Estado, da una charla en la televisión (según muchos indigna de su rango y fuera de lugar), donde analiza los acontecimientos de las semanas pasadas que hicieron temblar el país. Considera que la única forma para solventar esta situación es restituir la confianza pública en la democracia empezando por la colaboración entre los distintos partidos políticos. Expresa la necesidad de un cambio sustancial y la clave para ello estaría en manos de la mayoría parlamentaria.

sábado, 1 de octubre, – viernes, 29 de septiembre, 2006

Desde las 24.00 del viernes hasta las 19.00 horas de domingo hay período de reflexión.
La concentración delante del Parlamento continúa como evento cultural.

jueves, 28 de septiembre, 2006

Los representantes de la Concentración Antigubernamental de Kossuth Tér, se dirigen al edificio del juzgado de la calle Markó y piden la liberación de las personas detenidas durante las movilizaciones callejeras de los días pasados, considerando que se trata de presos políticos.

miércoles, 27 de septiembre, 2006

Szili Katalin, la Presidenta del Parlamento, rechaza el petitorio de los representantes de la Concentración de Kossuth tér, por considerarlo un ultimátum.

Gyurcsány Ferenc, en su blog privado, publica las partes inéditas de su famosa charla de Balatonőszöd, de mayo de 2006.
Por otra parte, durante todo el día, en junta parlamentaria, resume las responsabilidades y obligaciones para la realización del Programa de Convergencia emprendido. Como nuevo elemento, plantea, como requisito del Programa, la necesidad de conseguir acuerdos con amplia base social.

martes, 26 de septiembre, 2006

El Comité Europeo, en su junta en Estrasburgo, acepta el Programa de Convergencia, reelaborado a partir de la corrección del déficit público. Según Joaquín Almunia, la clave del éxito está en su estricto cumplimiento.
El paso siguiente es el 10 de octubre de 2006, con la aprobación por la Junta de Ministros de Finanzas

lunes, 25 de septiembre, 2006

Los representantes de la Concentración de Kossuth Tér entregan un petitorio a los representantes del Parlamento y a través de ellos también al presidente del país.
Sólyom László, por su parte, no se niega a recibir a los manifestantes.

sábado, 23 de septiembre, 2006

Manifestación pacífica y multitudinaria en la plaza Kossuth. Participan alrededor de 20.000 personas.

jueves, 21 de septiembre, 2006

Fidesz declara que no realizará la ya tradicional concentración preelectoral de Hősök Tere, que se había convocado para el sábado 23 de septiembre.

miércoles, 20 de septiembre, 2006

Fidesz, contra el consejo de todos los demás partidos, el Primer Ministro, y el Presidente, mantiene su intención de realizar la concentración en Hősök Tere el sábado 23 de septiembre.

martes, 19 de septiembre, 2006

Perturbaciones callejeras entre la plaza Nyugati y Oktogon. Sigue la manifestación pacífica en la plaza Kossuth.

lunes, 18 de septiembre, 2006

Miles de personas se manifiestan pacíficamente en la plaza Kossuth.

Incidentes callejeros en la plaza Köztársaság, la plaza Blaha Lujza, y la calle Rákóczi.

Fidesz pide la renuncia de Gyurcsány Ferenc.

domingo, 17 de septiembre, 2006

La multitudinaria manifestación espontánea frente al Parlamento termina con la toma de la sede de la televisión húngara. Los inculpados declaran que se debió al rechazo de la cadena de leer su petición. Vandalismo puro y duro: agreden a la policía, saquean y prenden fuego a la televisión y a los coches circundantes.

Se hace pública la charla de Gyurcsány Ferenc ante la junta del MSZP en Balatonőszöd, a finales de mayo de 2006. Sin rodeos y con mucha franqueza hace autocrítica de la mentira política del actual gobierno y de los últimos 16 años en general.

viernes, 1 de septiembre, 2006

El gobierno de Gyurcsány Ferenc entrega a Bruselas el Programa de Convergencia, con la corrección del déficit fiscal.

viernes, 9 de junio, 2006

El segundo gobierno de Gyurcsány Ferenc anuncia un plan de recortes y de reformas para restablecer el balance de la economía estatal.

viernes, 2 de junio, 2006

Gyurcsány Ferenc, primer ministro designado, presenta su gobierno en el Parlamento.

viernes, 26 de mayo, 2006

Reunión de MSZP en Balatonőszöd, donde reeligen como primer ministro a Gyurcsány Ferenc.

domingo, 23 de abril, 2006

Segunda ronda de las elecciones parlamentarias. Gana por mayoría el Partido Socialista, MSZP.

domingo, 9 de abril, 2006

Primera ronda de las elecciones parlamentarias.

El intríngulis de las papeletas electorales

por Sebastián Santos

Subido a la convulsión del momento político que zarandea el país desde hace unas cuantas semanas, viví mi primera experiencia electoral como ciudadano comunitario en tierras húngaras. Sin ser un fanático del sistema democrático actual, pero orgulloso de poder participar (tengo que confesarlo) cifré, sufragué, sufrí.

Aprovecho este artículo para comentar con los lectores del Quincenal las particularidades del sistema de elecciones locales húngaro, el cual me tomé la molestia de entender, para, en primer lugar, no pasar un papelón en la mesa electoral y en segundo lugar para emitir un voto lo más conciente y meditado posible.

Os explico mi experiencia personal como residente del distrito XIV de Budapest y no entraré en las otras variantes formales que implica vivir fuera de Budapest o específicamente en municipios con más o menos de 10.000 habitantes.

En mi caso particular, en las elecciones del pasado 1º de octubre, tenía derecho a votar, al igual que el resto de ciudadanos húngaros de mi distrito, al alcalde de la ciudad, a los miembros de la diputación de la ciudad, al alcalde del distrito y a los miembros del consejo del distrito. Si me hubiese registrado con antelación como parte de alguna de las 13 minorías reconocidas, también podría haber votado por los candidatos al gobierno autónomo de esa minoría. Lamentablemente se me pasaron los plazos y no llegué a apuntarme como ciuadano búlgaro, en homenaje a mis antepasados de Montana.

Como en tantos otros países, días previos a las elecciones, recibí carta del registro del Censo Electoral donde me indicaban la mesa que me correspondía. Supongo que de aquí en más iré a votar a la escuela Radnóti Miklós, un secundario orgulloso de su historia. Dicen que durante la Segunda Guerra Mundial allí se refugiaron secretamente cientos de judíos.
Su nombre no es casual. Radnóti fue un poeta judío que murió a finales de la Guerra en la terrible caminata desde los campos de trabajos forzados de Serbia hasta las estaciones de trenes húngaras, desde donde los llevarían a los campos de concentración en Alemania. Hasta el último momento estuvo escribiendo y se conservan sus últimos poemas de aquel viaje infernal.
El 31 de octubre de 1944, en Szenkirályszabadja, escribió:

“Caí a su lado,
su cuerpo estaba rígido, como las cuerdas de la guitarra a punto de quebrarse,
y se volteó mirándome.
-De un tiro en la sien –así vas a terminar tu también, murmuré-
-Túmbate y relájate. Aquí, la tranquilidad florece en muerte.
-Todavía va a tener otro espasmo -se escuchó la voz del soldado desde arriba.
En mi oreja,
la sangre mezclada con barro se estaba secando. ” *

Volviendo a lo que estaba. Para emitir el voto hay que marcar una cruz para cada uno de los casos. Las papeletas no son muy grandes, excepto la de las listas a diputados de la capital que es inmensa y sobre todo alargadísima, con lo cual el sobre es, por decir algo, industrial, casi un A4.

La elección a alcalde de Budapest es directa y por mayoría simple. Gana el que saca más votos y los demás ahí se quedan. En estas elecciones había 5 candidatos. Ganó, por un escaso margen, el candidato de la alianza liberal-socialista, Gábor Demszky, que repite su quinto mandato. Lo curioso es que no ha sacado menos votos que en las elecciones de 2002, donde el Partido Socialista y el Partido Liberal presentaron candidaturas separadasl. Parecería ser que, los electores socialistas le han quitado su respaldo y han optado por dárselo al candidato independiente, aunque con una larga tradición política en el FIDESZ, István Tarlós.

Candidato

Partido

Porcentaje

Dr. Demszky Gábor 

Unión de demócratas libres-Partido Socialista húngaro (SZDSZ-MSZP)

46,86%

Tarlós István 

Independiente

45,20%

Katona Kálmán 

Foro democrático húngaro (MDF)

6,00%

Zsinka László

Partido húngaro de la verdad y de la vida (MIEP)

1,40%

Székely Péter

Partido de los trabajadores

0,54


En segundo lugar, siguiendo el orden jerárquico institucional, votamos para la diputación de la Capital. En este caso la elección no era por personas sino por listas y solo los partidos que obtuvieron por lo menos el 4% del total de votos pudieron dividirse los 66 escaños.
Codo con codo terminaron las dos alianzas mayoritarias, FIDESZ-KDNP-MDF y SZDSZ-MSZP. 33 diputados para cada uno. Aparentemente esto se resolvería a favor de los liberales-socialistas ya que el alcalde de la ciudad es el que dirime en caso de empate. Esta es la segunda llamada de atención al actual gobierno ya que han pasado de 40 diputados en 2002 a los 33 actuales, el límite del juego político.

Partido

Diputados a la Capital

Asociación de Jóvenes demócratas (FIDESZ-KDNP)

30

Partido Socialista húngaro (MSZP)

24

Unión de demócratas libres (SZDSZ)

9

Foro democrático húngaro (MDF)

3


En tercer lugar vino la opción por el alcalde del distrito, directa y por mayoría simple. En el caso del XIV, de entre cuatro candidatos, ganó la alianza socialista-liberal con Leonárd Weinek desbancando al antiguo gobierno del FIDESZ. Aquí no hubo mayores sorpresas ya que en las pasadas elecciones, liberales y socialistas se habían presentado en listas separadas y habían obtenido la mayoría de los votos. Esta vez aprendieron la lección. Pero las cuentas también indican que si los partidos de derechas, que en 2002 se presentaron juntos (FIDESZ-MDF), hubiesen hecho lo mismo se habrían llevado no solo el distrito XIV sino la propia alcaldía de la ciudad de Budapest.
La resistencia del MDF a formar alianza con el FIDESZ se puede explicar por cierta estrategia política de acercamiento al Partido Socialista, que se puede considerar la opción ganadora o la opción apoyada y subvencionada por Europa. De ahí que el Foro ha ido cambiando su perfil político diferenciándose más y más de los partidos de derecha y moldeando una identidad ecológica y verde, moderna y adaptable a cualquier modelo político o económico del mercado. La alianza MSZP-SZDSZ-MDF es inminente.

Candidato

Partido

Porcentaje

Dr. Weinek Leonárd

Unión de demócratas libres-Partido Socialista húngaro (SZDSZ-MSZP)

47,63%

Rátonyi Gábor

Unión de Jóvenes demócratas – Partido Nacional Demócrata Cristiano (FIDESZ-KDNP)

46,22%

Dr. Füzy Mártonné

Asociación de los ciudadanos de Zugló

3,47%

Seres András

Foro democrático húngaro (MDF)

2,69%


Finalmente quedaron por votar, y dale con la cruz, los concejales de distrito. Para ello el distrito se divide en tantas mesas electorales como escaños a repartir por elección directa (20) y se vota a una persona por mesa.
En mi caso me correspondía la mesa electoral número 1 donde salió elegido Rátonyi Gábor (FIDESZ-KDNP), que para mi extrañeza aparecía en multitud de listas. Supongo que utilizan al candidato más famoso, a modo de publicidad y luego, de no poder acceder al cargo concreto, entra una lista de substituciones.
Tercera llamada de atención: en las pasadas elecciones había ganado en esta mesa la candidata socialista, Andrea Kinisch. Y, como en el caso de Budapest Capital, la candidata de la alianza liberal-socialista no perdió por haber sacado menos votos (ya que voto más voto menos, la candidata socialista en 2002 había obtenido las mismas papeletas que Barnabás del SZDSZ en estas elecciones) sino porque los otros dos partidos de derecha de la zona (MIEP y Centro) se concentraron alrededor del FIDESZ.

Candidato

Partido

Porcentaje

Votos

Rátonyi Gábor

Unión de Jóvenes demócratas – Partido Nacional Demócrata Cristiano (FIDESZ-KDNP)

45,65%

1.316

Bernhardt Barnabás

Unión de demócratas libres (SZDSZ)

40,10%

1.156

Dr. Füzy Mártonné

Asociación de los ciudadanos de Zugló (ZUPE)

9,50%

274

Hary Attila Áron

Independiente

2,53%

73

Dr. Nádai Csaba

Foro democrático húngaro (MDF)

2,22%

64


Para completar el total de mandatos de la Junta de Concejales de distrito se utiliza la lista compensatoria, que recoge los votos que no obtuvieron cargo en la elección directa (los de los partidos que perdieron). Solo pueden participar de la lista compensatoria aquellos que hayan obtenido al menos el 4% del total de los votos. Del cuadro se deduce, entre otros, que el FIDESZ, perdió en buena parte de las mesas electorales pero por poco margen.

Partido

Votos

Concejales al Distrito

MDF

2.252

1

FIDESZ-KDNP

14.684

7

MSZP

2.121

1

ZUPE

2.790

1

SZDSZ

5.907

3


Finalmente la composición del distrito XIV de Budapest ha resultado a favor de los socialistas, como en anteriores elecciones, en clara diferencia con el resultado de las elecciones locales en general donde ha ganado abrumadoramente la oposición de derecha, y reflejando una curiosa onda expansiva desde los distritos céntricos liberales, pasando por los circundantes socialistas hasta el crujiente y demoledor descampado patrimonio de la derecha, que es justamente el que va a dar batalla en los próximos días.

Partido

Concejales al Distrito

FIDESZ -KDNP

12

MSZP

8

MSZP-SZDSZ

6

SZDSZ

5

ZUPE

1

MDF

1


Lamentablemente solo logré colocar uno de mis queridos candidatos en el aparato burocrático, la Señora Mártonné del ZUPE, a la que voté tanto para alcaldesa del distrito como para concejala del mismo. El ZUPE es un partido del distrito, del Zugló, de ahí su encanto. Y aunque no vea, en general, con buenos ojos que las mujeres, al casarse, cambien su apellido por el de su marido (como es el caso de esta señora, que ha ocultado definitivamente su nombre y apellido de soltera para pasar a llamarse, de aquí hasta el día del divorcio, como la señora de Márton Füzy) soy alérgico al oficialismo liberal y a las opciones, más o menos radicales, de la oposición cristiana, conservadora y nacionalista. Oposición, que cuando estuvo en el gobierno, colaboró de igual manera que los actuales, al emplazamiento del capitalismo salvaje en centro Europa.

Y siguiendo la lógica del repelús, terminé por votar, para diputados de la Capital, a la Asociación de Budapest, que están dentro del club de los verdes en una especie de campaña ecológica que han dado en llamar “La cadena de la vida”; y también voté al tradicional Partido de los Trabajadores, para alcalde, el viejo Partido Comunista, porque pese a su historial stalinista son los únicos con los que se puede hablar de lucha de clases y contra el capitalismo. Llamadme melancólico, si queréis.

*Radnóti Miklós, 1984. “Összes versei és versfordításai” Szépirodalmi Könyvkiadó, Budapest. (P. 252) Traducción de Aranyos Eszter

Fuentes:
Oficina Electoral de Hungría

El precio de una mentira

por Kléber Mantilla



¿Sabe alguien quién fue el que le movió el piso al primer ministro húngaro? ¿Sabe alguien quién fue el malvado agitador que movió las fichas como si fuera espuma de cerveza hasta provocar el mayor rechazo de un gobierno? Y no solo que lo dejó mal parado y en medio de un riesgo político a granel, latente, sino que hasta la confianza en la economía podría colapsar.

Todo inició el 17 de septiembre cuando se filtró a la prensa una cinta con expresiones extrañas realizadas por Ferenc Gyurcsány durante un mitin político de su propio partido socialista.
La frase más relevante que dice es reiterativa y a modo de reprimenda a sus colegas: "hemos mentido durante cuatro años y ya no podemos seguir mintiendo”. Esta mentirilla del primer ministro habría permanecido oculta para lograr ganar su reelección en abril y una vez difundida cuánto ha costado.

Esa misma noche y frente al Parlamento, cientos de inconformes ciudadanos que ya venían con la sangre en el ojo por el impopular plan de ajuste financiero, salieron a las calles para protestar por tener un "gobernante mentiroso”. El resultado fue la aparición de las más diversas formas de rechazo: hinchas de fútbol, neonazis, cabezas rapadas, héroes perdidos que reclamaban territorios perdidos en la Primera Guerra Mundial, nacionalistas enervados, padres de familia mal asalariados, cibernautas comprometidos con el futuro, entre otros, pero la mayoría con una clara tutela del partido conservador opositor.
Y, de una marcha de protesta pacífica, se pasó al ataque violento de un canal de televisión y otros monumentos públicos, con centenares de detenidos y heridos.

Las protestas se repitieron la noche seguida, a escasos días de las elecciones municipales del país. Como resultado, el primer ministro Gyurcsány tuvo que someterse a un voto de confianza del Parlamento. Esto, después de conocer que su partido fue el gran perdedor del último proceso electoral. "Los ciudadanos no sólo articularon su opinión sobre los candidatos, sino también sobre la política del gobierno, que es observada por la mayoría con actitud crítica”, dijo.
Sin embargo y pese a todo acto de rechazo, el jefe del ejecutivo insistió en que el gobierno aplicará el programa de reformas económicas, sea como sea y cueste lo que cueste. Según datos oficiales el déficit del presupuesto es del 10% y la deuda pública el 67% del Producto Interno Bruto.
Frente a aquello, Víktor Orbán, líder del conservador Fidesz, pidió a los partidos de la coalición gubernamental (Socialista y Alianza de Demócratas Libres) que sustituyan al jefe del ejecutivo o convocará a otra manifestación en la céntrica Plaza Kossuth de Budapest.
Orbán amenazó varias veces y dijo que Hungría requiere de "un gobierno de unión nacional, tecnócrata y sin partidos”.

Pero el problema va más allá. El presidente húngaro, László Sólyom, también pidió después del cierre de los colegios electorales del pasado 1 de octubre, que el Parlamento sustituya a Gyurcsány y lo acusó de ser responsable de "la crisis moral que reina en el país”.
Y en el cierre de esta edición, la opinión pública también ya se ha volcado en contra, puesto que muchos asumen los resultados de la Oficina Nacional de Elecciones (OVI) como decisivos. La formación conservadora Fidesz ganó en las elecciones municipales en 18 de las 19 provincias de Hungría.

Causa sorpresa, que en un país, donde no se exige el voto de los ciudadanos, en los últimos comicios se registró el mayor índice de participación desde la llegada de la democracia tras la caída del comunismo en 1989. El 53,12% de los 8,1 millones de ciudadanos ejercieron su derecho al voto. En 17 de las 23 ciudades más importantes los resultados dieron el poder a la oposición conservadora.
Solo en Budapest, el alcalde liberal Gábor Demszky fue reelecto por quinta vez con el 46,86% de los votos frente al independiente, respaldado por el Fidesz, Istvan Tarlós, que sacó el 45,2%.
La asistencia más alta, con el 57 %, se registró en la provincia de Szabolcs-Szatmár-Bereg en el noreste de Hungría, mientras que el más bajo, el 48 %, fue en Komárom-Esztergom en el noroeste.
Estos datos en medio de un escenario incierto encienden una intensa luz de alerta. La aplicación de cualquier plan económico de gobierno se presenta más desafiante en medio de un camino cada vez más empinado y resbaloso.

sábado, septiembre 23, 2006

La paradoja del toque tímido y optimista de la diplomacia latinoamericana

Este número, fuera del nuevo bloque de noticias que acompaña al Quincenal, está dedicado a los diplomáticos latinoamericanos que residen en Budapest. Como podréis comprobar en las distintas entrevistas que aparecen, todos ellos rebozan optimismo, un pandero de esperanzas desde la óptica del que no tiene nada. En realidad está todo por hacerse entre Latinoamérica y Hungría. Las relaciones diplomáticas son casi invisibles entre estos dos extremos del globo y es en este escenario donde se insiste en inversiones, turismo e intercambios varios.
También tuvimos la agradable sorpresa de recibir la opinión del Cónsul húngaro en Barcelona, que desde orillas del Mediterráneo nos ofrece la otra cara del recién llegado.

Donde todos coinciden es en una agradable seguridad y parsimonia personal y política. Suave se desplaza el universo diplomático y de ahí que el momento de presentar este número públicamente no puede ser más inoportuno.
¿Cómo congeniar el aire casi festivo de los embajadores con las convulsiones que vive la sociedad de Budapest estos días? Bien les vendría a más de uno irse por ahí de vacaciones, soltarse el pelo y volver más relajado, sin tantas ganas de follón. Incluso habría que replantearse si vale la pena seguir reivindicando fiestas patrias donde se hace una clara apología de la violencia. Después, no resulta tan extraño que las bandas del Jobbik, uno de los grupos neonazis que participaron en el ataque a la televisión estatal, u otros descerebrados, se pongan como locos reviviendo el 23 de octubre del ’56.

A la batalla electoral, nunca mejor dicho, que arrasa la ciudad, le iría al pelo un mediador. Tal vez uno de estos diplomáticos, poco comprometidos, podrían dar una visión más parcial de los hechos y ayudar a que los opuestos se ubiquen en el plano. De esta estratégica manera resolveriamos la paradoja de la optimista diplomacia húngara. De funcionar, Gyurcsány consideraría a las miles de personas que cada noche se manifiestan frente al Parlamento y aceptaría modificar su famoso y hasta ahora inamovible Plan de Convergencia. Él está convencido de haber recibido un cheque en blanco de la sociedad húngara para hacer lo que quiera. Y en el caso de Orbán, si realmente se califica de político democrático, urgentemente echaría fuera de la coalición y su periferia a los grupos de ultra derecha que tanto daño han hecho y prometen hacer.

Hablo por boca de ganso, pero quién os dice que de una mediación estimulante, tropical y relajada podríamos perfectamente dejar de lado la satanización del socialismo y el miedo a la movilización. Porque queda clara la apuesta por la pasividad de ambos partidos mayoritarios frente al vandalismo de estas noches. Unos aprovechando para que se evidencie el malestar popular ante las reformas y así inclinar la balanza hacia su costado en las próximas municipales. El otro para contener las protestas porque el ciudadano, aún en contra de este Plan, evita las situaciones de violencia y más todavía prefiere quedarse en casa a ser tildado de ultra.

Espero que disfrutéis con esta colección de artículos de “La paradoja del toque tímido y optimista de la diplomacia latinoamericana” y que os animéis, quienes viváis o hayáis vivido en Hungría a escribir en las próximas ediciones. Solo tenéis que enviarnos un e-mail y os contestaremos a la brevedad indicándoos formato y tema.

Domingo Cullen, Embajador de la República Argentina en Budapest. Ficha y breve cuestionario

por Sebastián Santos


DATOS PERSONALES:

  1. Nació en San Fernando, Provincia de Buenos Aires, el 25 de noviembre de 1944.

  2. Abogado y procurador de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

  3. Ingresó por concurso al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1972. Embajada en Reino Unido (entre 1975-1979 y 1990-1995), Misión Permanente ante Naciones Unidas (1982-1989), y Embajador en la República Árabe de Egipto (1995-2000). Asumió funciones en Budapest en octubre del 2005, luego de desempeñarse por cinco años como Director de Organismos Internacionales en la Cancillería Argentina.


CUESTIONARIO:

¿Qué imagen tiene de Hungría y de los húngaros desde que es embajador en este país?

Es un país extremadamente interesante, con una historia muy rica y compleja, y un pueblo muy emprendedor y altamente capacitado. Llama la atención también la belleza de sus ciudades, la arquitectura y el paisaje.

¿Cuáles serían los tres temas fundamentales que definen las relaciones entre ambos países?

  1. Consolidar las relaciones políticas que existen entre ambos Gobiernos y reflejan la existencia de una importante comunidad argentino-húngara en ambos países.

  2. Promover un mayor conocimiento recíproco, incluyendo un mayor número de visitas a nivel gubernamental y alentando una más intensa corriente turística.

  3. Incentivar el intercambio comercial y una mayor cooperación en campos como el científico-tecnológico, en el que ambos países han alcanzado un nivel de excelencia.


Explíquenos, por favor, el perfil de la colectividad de su país en Hungría

Esencialmente, es una colectividad que se ha radicado ya sea por razones familiares como laborales, y que ha logrado adoptar las tradiciones de ambos países. Como diplomático, es un placer mantener contacto con ellos, especialmente por el buen sentido del humor que los caracteriza.

¿Cómo evoluciona su experiencia con el idioma húngaro?

Es un idioma extremadamente complejo y estoy en una etapa muy preliminar, en que esencialmente busco aprender expresarme de forma de relacionarme en las cosas fundamentales de la vida diaria. Por experiencia de colegas, estimo que será muy difícil aprender a hablarlo correctamente, pero confío en la paciencia y comprensión de los húngaros hacia el extranjero.

Ecuador abre las puertas al turismo

por Kléber Mantilla


La Embajada de Ecuador en Hungría se ubica en la calle Levél, en uno de los edificios apacibles de la colina de Buda. El embajador Juan Salazar Sancisi había terminado una exposición literaria para público húngaro unos días antes en el Instituto Cervantes de Budapest y mostraba su satisfacción al recibirnos. Luego de ser embajador en Rusia, Japón, Indonesia, Filipinas y Francia, llegó el noviembre pasado para cumplir su función diplomática en Budapest. En una hora de entrevista sustentó la importancia de la promoción cultural y el desarrollo del turismo bilateral. Para esto, no olvidó recordarnos que fue un político ecuatoriano, Galo Plaza Lasso, quien medió en la Organización de las Naciones Unidas, la insurrección nacional de 1956, que provocó a su vez, la más grande oleada migratoria húngara a América Latina durante la dictadura comunista. Hecho irónico, que resulta antagónico ahora al saber que las autoridades húngaras cerraron hace pocas semanas sus consulados en Ecuador y en el resto de países de la Comunidad Andina, para solo atender desde Argentina. Sin duda, para el embajador, esta situación complica la llegada de visitantes latinoamericanos a suelo húngaro. A continuación, las preguntas que se realizaron a todos los embajadores hispanohablantes en Hungría.

¿Qué imagen tiene de Hungría y de los húngaros desde que es embajador?

Conocía algo de Hungría por mi carrera diplomática cuando cumplí actividades en Austria. Realicé una visita turística y ahora, después de muchos años, es perceptible los grandes cambios que se han efectuado en la geopolítica europea. La Europa Central presenta otras realidades. Sin embargo, lo que más se recuerda es el famoso Imperio Austro Húngaro. Este país tiene una historia milenaria, su cultura, la música, el flolclore…. Un dato importante es la cantidad de premio nobel en literatura, física, química. Tiene altos valores culturales y científicos. En cuanto a su geografía, es conocida la belleza de sus valles y del río Danubio, que se manifiesta en expresiones artísticas: música y ópera. Venir y verlo exalta su grandeza. Además, hay que mencionar varios sitios: el Parlamento, la Iglesia del Rey Matías, el Puente de las Cadenas, es un país maravilloso que presenta una gama de colores y visiones.
No he tenido el placer de tratar al habitante húngaro, pero en mi experiencia en las Naciones Unidas tuve oportunidad de conocerlos en un plano de trabajo. Fue un gran descubrimiento como personas. Se muestran agradables a pesar de la diferencia idiomática. Gente muy cálida y acogedora. Saben que no les entendemos y hacen esfuerzos para sentirse útiles. Por ejemplo, en los almacenes tratan de colaborar y facilitarnos la vida. La generación más antigua parece que son un poco más cuidadosos en su economía, mientras que el joven es más suelto de huesos para el gasto. En general, son muy respetuosos y colaboradores. Los jóvenes tratan de trabajar e integran a los extranjeros para ampliar su nivel idiomático.

¿Cuáles son los tres temas fundamentales que definen las relaciones entre ambos países?

Existe una distancia física con América Latina que nos causa otros distanciamientos. Por eso tratamos de sacar adelante a nuestros países frente a las grandes potencias. Un punto principal es desarrollar el comercio. Por ahora, no es posible hacer una medición de ventas pues se hacen a través de transnacionales e intermediarias. Otro tema fundamental es el turismo, pues cada vez es más fácil visitar el Ecuador para los húngaros. Antes resultaba muy costoso y difícil. Ahora no. Y, en tercer lugar, hay varios aspectos juntos que se relacionan con elementos de política y cultura. Europa Central y América Latina buscan objetivos comunes en la defensa de los derechos humanos, la seguridad internacional, la lucha contra las drogas y apoyar estos aspectos a través de los organismos internacionales.

¿Cuál es el perfil de la colectividad de su país en Hungría?

En otras sedes que he representado, en Venezuela o Nueva York, la comunidad ecuatoriana tiene un alto grado de representatividad. En Budapest es pequeña, pero está representada por un alto nivel de sus profesionales y músicos. Esta colonia es apreciada por la comunidad local. Las familias ecuatorianas húngaras fomentan en su hijos valores cívicos y culturales, conocen el Ecuador, a sus parientes allá y dominan el idioma español. Existe un cariño por la Patria. La segunda generación tienen una ventaja comparativa por los idiomas que conocen, porque heredan el idioma de sus padres. Pero son ecuatorianos que llegaron hace varias décadas. El idioma y la distancia ha causado que el ecuatoriano no llegue a Hungría. En los años 50 el destino escogido fue Nueva York y desde hace seis años España e Italia. En cambio, los húngaros en su crisis política de 1956 migraron a Brasil y Argentina.

¿Cómo evoluciona su experiencia en el idioma húngaro?

En mi carrera he pasado por Nueva York, Austria, Rusia y Japón. Estos últimos son lugares con lenguas difíciles. El húngaro es una lengua interesante y con mucha profundidad. Han pasado los años y es algo difícil para aprender. Sin embargo, junto con mi esposa, aprendemos. En algunos sitios practicamos palabras. Lo importante es sonorizarlo bien y estamos en ese ejercicio, siempre hacemos el esfuerzo.

Entrevista con Sonia Díaz Llera, Embajadora de Cuba en Budapest

por Eszter Aranyos



Lunes 15 de mayo de 2006. 11 hs.
Embajada de Cuba, Budapest.
1025. Józsefhegyi út 28-30. Edificio E. Piso. 2.


Currículum de la Embajadora Sonia Díaz Llera:
  • Nació en Candelaria, Provincia de Pinar del Río, Cuba.

  • Licenciada en Historia General, Universidad de La Habana.

  • Inició su carrera diplomática en diciembre de 1960.

  • Ha asumido responsabilidades diversas en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba desde muy joven. Inicialmente en el área de la entonces Dirección Afroasiática, luego en la Dirección de Asia y Oceanía.

  • Entre 1968 y 1972, trabajó en la Dirección de Divulgación del Ministerio.

  • En 1972 regresa a la Dirección de Asia y Oceanía donde ocupó sucesivamente los cargos de Jefa del Departamento del Lejano Oriente, Subdirectora y Directora de la Dirección General.

  • Ha participado en delegaciones gubernamentales varias a lo largo de su carrera, especialmente por Asia y Oceanía. En estas ha recorrido, entre otros países, Australia, Filipinas, Indonesia, Singapur, Sri Lanka, Nepal, India, Japón, Malasia, Tailandia, China, Vietnam.

Responsabilidades en el Servicio Exterior:
  • Abrió la Embajada de Cuba en Manila, Filipinas, en 1976-1977, como Consejera, Encargada de Negocios, hasta el arribo del Embajador.

  • Fue Cónsul General interina en Sydney, Australia, entre 1979-1980.

  • Fue Consejera en la Embajada de Cuba en Nueva Delhi, India, entre 1982-1985.

  • Fue Embajadora de Cuba en India, Nepal y Bangla Desh, entre 1987 y 1993.

  • Fue Embajadora de Cuba en los Países Bajos entre 1995 y 2001, y Decana del Cuerpo Diplomático en La Haya, entre 2000 y 2001.

  • Actualmente es Embajadora de Cuba en Hungría. Presentó credenciales el 13 de enero de 2005.

Es casada.

Entrevista

Embajadora: Bueno, yo llegué como Embajadora en enero del año pasado, 2005 y le presenté credenciales al anterior Presidente Mádl, el 13 de enero justamente. ¡Un frío que ni te cuento! ¡Eszter, tremendo fue esto! Y bueno.., entonces esa es la primera cosa. Te voy a dar un currículum que tengo hecho y de ese modo ya cuentas con todos mis antecedentes diplomáticos, mis estudios y mi fecha y lugar de nacimiento. La fecha no se la digo a nadie, estoy por quitarla, pero bueno...(risas)
Aranyos E.: No, solo necesitamos un breve “sumario”.
Embajadora: Espérate que lo tengo en la mesa ( se mueve por el despacho buscando el currículo).
Aranyos E.: Si no quiere usted que...
Embajadora: ¿Va a dejar usted que digan que soy abuela?
Aranyos E.: ¿Cuántos nietos tiene?
Embajadora: Cuatro.
Aranyos E.: Cuatro, eso sí que es mucho.
Embajadora: La mayor ya tiene catorce años; otras dos hembras, en este momento viviendo en España; una de 12 y otra de 10. Y otro en Cuba, varón, de 11 años.
Aranyos E.: ¿Y vienen a Hungría?
Embajadora: Pues no, a Cuba. Nos vemos en Cuba porque se extraña la tierra, el Caribe, el mar. ¿Tu has estado en Cuba, Eszter?
Aranyos E.: Sí, 18 horas, pero para año nuevo. Para el año nuevo solamente. Fuimos a México y de México fuimos en avión desde Cancún. No podíamos quedarnos más.
Embajadora: Bueno, claro, pero tienes que ir y estar más tiempo. Ahora han empezado vuelos que se mantendrán todo el año. Berlín-Habana.
Aranyos E.: ¿Si?
Embajadora: Todo el año, según me dijeron funcionarios de turismo recientemente. Y la Malév tiene vuelos charter desde noviembre hasta fines de febrero y principios de marzo.
Aranyos E.: Interesante.
Embajadora: Yo siempre he trabajado en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Y bueno, empecé muy joven. Ahí lo verás en el currículo. Soy licenciada en Historia General de la Universidad de La Habana.
Aranyos E.: ¿Y largo recorrido, no?
Embajadora: Muy largo recorrido. Y no puse todo realmente. Por supuesto, porque cuando era Directora de Asia y Oceanía, tenía que viajar a menudo al área: Japón, India, Malasia, la región en general, que incluye desde Afganistán hasta Australia y Nueva Zelanda. El Nombre correcto es la Dirección de Asia y Oceanía. Pero ahí puedes ver lo substancial.
Aranyos E.: Si. Acá solo faltan los cuatro nietos.
Embajadora: Tengo tres hijas. Una es la que está en España y las otras dos están en Cuba, y de ellas tengo los cuatro nietos. Entonces....bueno yo creo que ya la primera etapa la puedes sacar toda de ahí. Mira, lee el currículo sin pena y si tu crees que falta algo me lo dices.
Aranyos E.: Vale.
Embajadora: Así dice mi nieta: “Vale”. “¡Amorcito, no hables más así en Cuba, como si fueran ustedes españolas; que ustedes son cubanas!” y dice: “bueno, ahorita vale, pero insisto: “No me digas más vale, que eso no es cubano.” (risas)
Aranyos E.: ¿Si?
Embajadora: Todo lo demás está bien, ¡pero que dejen de hablar como cubanas...!
(risas) El “vale” ya se le ha pegado de mala manera. Bueno a ver, entonces....datos personales... esto de los antecedentes diplomáticos...mi fecha de llegada... Todo eso ya lo tienes.
Aranyos E.: Si.
Embajadora: Entonces, en cuanto a las preguntas.... ¿Qué imagen tiene de Hungría y de los húngaros desde que es embajadora en este país? Bueno, delante de todo debo decirte, y esto es sin protocolo, sino no tengo por qué decírtelo, que tienen ustedes un país precioso, la verdad sea dicha, muy, pero muy lindo. Budapest es de las ciudades más lindas que he visto en el mundo y ya tu sabes que he visto unas cuantas. Muy bonita ciudad, muy bonita. Como caribeña lo único que extraño es el mar porque el Danubio no puede sustituir el mar...
Aranyos E.: Y bueno, pero en cambio...
Embajadora: Pero tienen un río precioso. Allá voy. Y lo otro, desde luego...lo que se me hace un poco...realmente me impresiona mucho, es el invierno. Porque no solo es muy fuerte sino muy largo.
Aranyos E.: Si.
Embajadora: Es muy largo. Yo estuve de Embajadora en Holanda seis años y aquí muchos colegas me dicen “¿Pero cómo es posible que tengas frío si tu estuviste en Holanda?” El frío de Holanda no se parece mucho a este. Primero, La Haya está pegada al mar y siempre el mar, el Mar del Norte, logra atemperar y moderar el clima.
Y no, raras veces caía nieve. Algunos inviernos fueron más fuertes que otros y veía nieve, pero como aquí creo que yo nunca había visto tanta nieve. La había visto en Japón también, en invierno, en las afueras de Tokio, pero con la abundancia de las nevadas de aquí, no. Cuando llegué a principios de 2005, mis entrevistas de cortesía las hice cayendo unas nevadas... que el parabrisas no daba tiempo a ir de un lado. ¡Tremendo, tremendo, tremendo! Pero bueno, con toda sinceridad, el frío no es algo que me guste mucho, pero también el paisaje es precioso cuando está todo nevado. Para nosotros es lo más atractivo. Mirarlo desde la ventana es muy atractivo. (risas)
Aranyos E.: Desde dentro, desde el café...a mi también.
Embajadora: En realidad sí. Mi experiencia aquí en este primer año y un poquito en Hungría ha sido buena. Luego de la caída del socialismo tú sabes que perdimos todo lo que nos unía en el ámbito bilateral. De pronto no hay relaciones económicas, no hay nada. En realidad este año que llevo aquí ha sido ahí como que siguiendo el camino que recorrieron mis predecesores: tratar de revitalizar la relación comercial, económica y demás. En esa tarea estamos comprometidos en este momento que te hablo. Se está realizando una visita a Cuba del Secretario de Estado Administrativo de Economía de Hungría. Y el viernes 12 de mayo pasado se firmó un nuevo acuerdo económico bilateral. En febrero habíamos firmado el Nuevo Acuerdo Cultural, que pienso sientan las bases para hacer avanzar las relaciones bilaterales en temas concretos.
Bueno, tenemos relaciones amistosas con varias universidades húngaras. Los rectores de un grupo de universidades están asistiendo, casi anualmente diría, a un evento que se celebra en Cuba, “Universidad 2006” fue este año. Se designa según el año en que se está celebrando. Ya habían asistido unos cuantos de ellos a “Universidad 2005”. Lo que sorprendió en 2006 fue el tamaño del grupo. Fue grande. Y tratamos que se mantengan y desarrollen estos contactos entre nuestras universidades y rectores de los dos países. Trabajamos asimismo la posibilidad de realizar proyectos de investigación en algún campo de mutuo interés. Hungría tiene un alto desarrollo en el campo de los productos farmacéuticos y biotecnológicos. Y si comparamos, Cuba tiene buen desarrollo en estos sectores. En el pasado teníamos un buen intercambio en los campos referidos. Por supuesto doy por sentado que el de ustedes es más alto, pero estamos trabajando en ellos desde el ’82 y nos hemos desarrollado mucho. Como ves desde hace más de 20 años.
Aranyos E.: Y lo que mencionó usted, que han hecho un nuevo acuerdo bilateral....¿en qué se mejoró?
Embajadora: No, no es un problema de mejoría. El asunto es que cuando ustedes entran en la Unión Europea los acuerdos anteriores cesan. Lo que se trató fue de firmar uno nuevo. Y se firmó el Acuerdo Económico Bilateral que ya te mencioné. Ahora tenemos que trabajar mucho para concretar negocios mutuamente ventajosos. De todas formas, el contenido se había perdido. En estos 16 años hemos tratado de ir poquito a poquito reconstruyendo lo que existió, porque desapareció totalmente, tanto para Cuba como para Hungría. Por ejemplo, cuando tu no habías nacido, aquí venían las naranjas y las toronjas de Cuba, pregúntale a tu mamá y tu papá, pero ahora no las ves porque van a otros destinos. Entonces tristemente, estamos en el afán de recuperarlas. Vine con el objetivo de lograr que las relaciones de Cuba y Hungría sean las mejores. Ahora los cítricos cubanos se venden mayormente a países de Europa Occidental, una buena parte a Holanda, Inglaterra o Francia, viejos miembros de la Comunidad Europea.
¿Si deseas preguntarme algo más?
Aranyos E.: Vale, vale, vale. Y entonces ¿cuáles serían los tres temas fundamentales que definen las relaciones entre ambos países?
Embajadora: Mira, primero, indudablemente hay que partir del hecho de que ustedes ya son miembros de la Unión Europea y Cuba es un país subdesarrollado, pero desde luego yo puedo decirte que tengo las mejores relaciones en todas las esferas oficiales. Me he sentido escuchada, bien atendida. En realidad ustedes tienen muy buenos diplomáticos, muy profesionales. Y no quiere decir eso que tengamos una coincidencia total. A mi no me gusta decir mentiras, eso no es así. Pero aún cuando tenemos diferencias las hemos discutido siempre de una forma muy civilizada, amistosa. Las diferencias existen, que como es lógico, no? (risas). No me gusta hacer comparaciones, ni herir a nadie, solo puedo asegurarte que me he sentido muy bien aquí. Desde el punto de vista del trabajo, me esfuerzo grandemente. Es como un edificio al que debes reconstruirle los cimientos. Y lo vas haciendo ladrillo a ladrillo. En esa tarea estamos, construyendo, con la ayuda de empresarios y hombres de negocios húngaros, que realizan un esfuerzo igualmente en países vecinos de Hungría, y también, claro, con el esfuerzo de Cuba.
El Secretario de Estado húngaro fue acompañado a Cuba por un número de empresarios. A pesar de que en un primer momento y debido a las inundaciones, la visita debió posponerse se concretó posteriormente. Los hombres negocios mostraron su interés. Me han visitado y visitan otros muchos empresarios; lo que indica que el interés existe y es creciente, veremos qué podemos hacer.
Desde este punto de vista no tengo problemas, lo que hay es que seguir trabajando. En cuanto a otros ministros, el resto, bueno, firmamos el Acuerdo Cultural, en el que están envueltos los Ministerios de Cultura y Patrimonio y Educación de Hungría con los homólogos cubanos, más la Academia de Ciencia de Cuba. Cada vez que los necesitamos nos apoyan y ayudan. Me he sentido bien y creo que podemos hacer muchas cosas. En ese esfuerzo estamos comprometidos. Aquí se quiere a Cuba y en mi país hay una gran cantidad de personas que estudió acá, que recuerdan al país con amor y simpatía. Recuerdan las bellezas de Hungría y de su capital. ¿Qué cosa, no? A la inversa sucede lo mismo. En cada lugar que voy siempre hay alguien que estuvo en Cuba, que estudió en mi país y eso también me ayuda. Me ayuda muchísimo. Llegar a todas partes y ver en la cara la simpatía de la gente, los que han ido y han disfrutado allá. Ciertamente nuestro pueblo es cariñoso, muy abierto, como todos los caribeños.
Aranyos E.: Pero digamos, ¿qué serían las cosas que ahora hacen falta?
Embajadora: Las cosas que estamos haciendo. Tú puedes firmar un documento o 10, pero si no le pones algo dentro, es papel que no sirve de nada. Pero no teníamos documentos y entonces ahora los estamos teniendo. Es decir una base legal donde poder construir este edificio del que yo te hablaba.
Tendremos en el área cultural que ejecutar acciones. Pensamos en una semana de cine húngaro, porque cada año hay un Festival Internacional de Cine en Cuba, mayormente latinoamericano, pero paralelamente se hacen semanas de cine y se organizan con otros países de Europa, África o Asia. El Embajador de Hungría en La Habana es muy activo y quisiera organizar esta semana una de cine cubano en Budapest. Ambos trabajamos en esa dirección.
El año pasado logramos exponer un ciclo de películas cubanas en coordinación con el Instituto Cervantes, fue por el período vacacional. Los dos meses de verano hubo programación con películas cubanas, exhibición de documentales. ¿No sé si estuviste en la ocasión?
Aranyos E.: Sí, yo suelo ir al Cervantes.
Embajadora: El año pasado hubo unas jornadas allí, vamos a calificarlas de muy bonitas. Pero bueno, eso no es bilateral, eso es con España y con el Instituto Cervantes. Pero queremos un poco hacer eso bilateralmente. Ahora pusimos una película en la Semana Iberoamericana en Pest. El Primer Secretario ofreció una conferencia sobre el patrimonio cultural de Cuba. Esto hay que irlo componiendo poco a poco, pero vamos a decir, organizándolo desde el punto de vista oficial. Con unas acciones y otras vamos “llenando” el Nuevo Convenio Cultural, Educativo y Científico. Aparecerán nuevos intereses y acciones. Los rectores, por ejemplo, están muy entusiasmados. Hay muchas cosas que podemos ir plasmando para que se hagan regulares los intercambios. Hay un interés enorme por traer artistas cubanos. Lo mismo de ópera, danza, ballet clásico, u otros grupos musicales.
Aranyos E.: ¿De baile?
Embajadora: De baile, de cualquier tipo de baile. El Ballet Nacional de Cuba es famoso en el mundo, muy conocido también en Hungría, pero también tenemos el ballet folclórico o la danza contemporánea, que tienen una altísima calidad.
Hasta ahora lo que recibimos de conjuntos artísticos cubanos aquí en Hungría viene por la vía comercial en su mayoría. Me entero porque la gente empieza a llamarme: “Sonia, que viene...!” Y ahorita fui hace unos días a ver un espectáculo muy bonito: “Lady salsa”. Me sorprendió ver el teatro lleno. La gente lo disfrutó muchísimo. El año pasado fui a ver a Omara Portuondo que vino con el Buena Vista Social Club, también a teatro lleno. Todo esto por la vía comercial. Yo quisiera lograr intercambios bilaterales aunque naturalmente se mantenga la actuación de artistas cubanos contratados. La tarea, te reitero, es la de hacer más activo el intercambio entre nuestros pueblos. Lo mismo culturales, que científicos, comerciales. Todos. Hemos perdido mucho en estos 16 años y queremos recuperar lo posible.
Aranyos E.: ¿El perfil de la colectividad cubana en Hungría?
Embajadora: La base de eso mejor te la daría mi esposo, que es cónsul. Pero en sentido general lo que más tenemos aquí son muchachas jóvenes que se vinieron en los ’80 a trabajar en la industria textil.
Aranyos E.: ¿Textil?
Embajadora: En textiles.
Aranyos E.: ¿Y esto en qué año era?
Embajadora: Mayormente en los ’80. Bueno, yo te llamo después a mi esposo para que te dé los datos más exactos, pero es así. Mayormente son mujeres, vinieron muy jovencitas, se enamoraron aquí, se casaron, tuvieron sus hijos, húngaros. Muchos ya no hablan el español sino el húngaro. Algunas han tenido el cuidado de enseñarles el español, pero no todas y bueno, se sienten bien aquí. Van a Cuba regularmente, cuando pueden, porque el pasaje no es muy barato. También hay algunos profesionales que estudiaron y se graduaron aquí. Hoy están trabajando y contribuyendo en esta sociedad. Conozco a uno que está en Szeged. Allí igualmente viven algunas de las textileras del grupito que se quedó en Hungría. La colonia cubana aquí es de unas 300 personas, no más.
Aranyos E.: ¿300, no más?
Embajadora: No más. Alrededor de 300 según los datos que ha obtenido mi esposo desde que estamos acá.
Aranyos E.: ¿Hubo cubanos que estudiaron medicina en Hungría?
Embajadora: En Cuba debe haber unos cuantos. Debí hacerme una pequeña operación en la mano y la doctora que me atendió, el postoperatorio, estudió, se enamoró y se casó en Hungría. Conserva un amor intenso por este país. Ella es sin embargo, la única persona en Cuba que yo conozco, que estudió medicina en Hungría. Pero debe haber otros, naturalmente. Sin embargo aquí, en Hungría, que yo sepa, no he conocido ningún médico de origen cubano. El médico que nos atiende en ocasiones es ecuatoriano y es un amor de persona, trabaja en un hospital de Budapest.
(dirigiéndose a su marido) Mi amor, me hace falta que vengas un momentito para una pregunta que Eszter me está haciendo. Mi esposo es Cónsul. Mi predecesor era el Embajador y la esposa era Cónsul. Y ahora es al revés (risas). Otro grupo representativo de cubanos residentes en Hungría es el de los músicos.

Aranyos E.: Buenos días (dirigiéndose al Cónsul)
Cónsul: Buenos días
Embajadora: Eszter es la periodista que vino a hacerme la entrevista. Pero una de las preguntas... Siéntate un momentito mi amor. Mira, una de las preguntas que me hace es cuál es el perfil de los cubanos que viven aquí. Y yo le dije, bueno, primero las textileras y algunos profesionales y que en total son alrededor de 300. Pero yo no sé si le puedes agregar algo más. Profesionales hay más, ingenieras...
Cónsul: La mayoría hasta hace algún tiempo eran profesionales, ahora no son muchos, se han trasladado para Alemania, Finlandia y España.
Aranyos E.: ¿Y en qué año emigraron?
Cónsul: Después del cambio de sistema.
Aranyos E.: ¿Después del cambio?
Cónsul: Si, después.
Cónsul: Actualmente lo que se está produciendo más son los matrimonios entre cubanos y húngaros. Van a Cuba como turistas, se enamoran allá, se casan y vienen para acá. Lo mismo húngaros con cubanas, que húngaras con cubanos.
Embajadora: Pero ha sido en los últimos años.
Cónsul: Y no es la mayoría.
Embajadora: ¿Pero la característica de los que están, de esa comunidad que lleva más años?
Cónsul: ¿La característica? Son gente trabajadora que goza de prestigio entre los húngaros y en la sociedad húngara.
Embajadora: Mayormente no tienen un nivel económico alto.
Cónsul: No tienen en general un nivel de ingresos alto. En cuanto a lo cultural depende si es la inmigración de las textileras... ellas fueron trabajadoras cooperantes y poseen un nivel cultural medio. Esa es la mayoría actualmente. Los profesionales fueron mayoría en un momento determinado, pero como emigraron hacia otros países más desarrollados de Europa y pensaron que les ofrecían más posibilidades económicas...
Aranyos E.: ¿Entonces los que se venían antes fueron los que primero emigraron?
Cónsul: Mira, lo principal es que los primeros cubanos que se radicaron aquí fueron por las técnicas, las cooperantes de las que te he hablado. Para que me entiendas mejor, vinieron durante el Socialismo para cooperar en ramas específicas en las cuales los húngaros estaban muy desarrollados y nosotros necesitábamos cooperación. Nosotros teníamos mucha mano de obra pero no teníamos empleo para todo el mundo en esa época y aquí había necesidad de ella.
Aranyos E.: ¿Y esto en los años ’70 u ’80?
Cónsul: ’70, setenta y pico. Fueron también húngaros a trabajar en Cuba. La mayoría eran técnicos que iban con sus familias, esposa e hijos. Aunque algunos se iban solos.
Embajadora: Ildiko, nuestra secretaria, es hija de uno de esos técnicos húngaros ingenieros que trabajaron en Cuba.
Cónsul: Se formó la familia....
Embajadora: Ella estudió, las hermanas estudiaron unos años allá, vamos a decir la secundaria y la pre en Cuba.
Eszter, puedes fumar si quieres. Yo fumo y él fumó hasta hace 3 años.
Cónsul: El empleado húngaro que trabaja con nosotros nos dice que su mamá trabajó en una textilera. Lo fundamental es que los estudiantes que vinieron aquí a estudiar en la Universidad, muchos se enamoraron, ellos y ellas, se casaron aquí y se quedaron a vivir. Había tanto hombres como mujeres de la rama textil y de la rama universitaria que se quedaron aquí. No quiere decir que las textileras eran mayoría. En cuanto a los que vinieron a estudiar no te puedo decir si hubo mayoría de mujeres u hombres.
Embajadora: Eran muy jóvenes.
Cónsul: Claro. Estaban solos, lejos de la familia, iban cada dos años a Cuba. Entonces todo eso: se enamoraron, se casaron, tuvieron hijos y cuando hubo el cambio de sistema con Cuba no tuvieron problema ninguno Ellos se quedaron aquí. Se habían quedado desde antes.
Aranyos E.: ¿Y más o menos cuándo se fueron de Hungría?
Cónsul: Eso no te lo puedo decir.
Embajadora: Ese cuento, esa historia, está tratando de averiguar (risas), de organizar todo. Lo que parece es que antes la comunidad cubana fue un poco mayor aquí.
Cónsul: Era bastante grande. Eso es lo que he visto en el tiempo que llevo aquí, que es un año, o sea el 31 de mayo voy a cumplir un año.
Embajadora: Él lleva menos que yo porque llegó unos meses después que yo.
Cónsul: Yo lo que he visto es cubanos que me han dicho: “ Me voy a trabajar, pero me voy a trabajar para Alemania, para Finlandia y para España”. Son los tres puntos para los cuales me han dicho que quieren sus expedientes, para los consulados cubanos en esos lugares. Esos son los tres lugares fundamentales. Son los tres lugares que he visto: Finlandia, Alemania y España.
Aranyos E.: De estos se entiende más España y Alemania. ¿Pero Finlandia?
Embajadora: El más lejano está en Irlanda, allá tenemos uno.
Cónsul: En Australia. (risas). Si, cubanos hay donde quieras.
Embajadora: Bueno, pero húngaros hay también en muchas partes del mundo.
Cónsul: En Canadá hay un jazzista, un pianista: Vic Vogel, fantástico. Es un húngaro.
Aranyos E.: ¿Si?
Cónsul: Si.
Aranyos E.: Eso no sabía.
Cónsul: Vic Vogel, fantástico. Y muy bueno, muy bueno. Yo creo que tengo una foto de él ahí. Espérate un momento

Aranyos E.: ¿Y su experiencia con el idioma húngaro?
Embajadora: Yo trabajo con el inglés aquí, la realidad es esta. Y por suerte en todos los ministerios aquí, en todos los organismos oficiales no tengo ninguna dificultad. En muchos casos, como tú, hablan español, así que no tengo ningún problema. Y me pasó como en Holanda, imposible aprender el holandés tampoco y trabajaba igual con el inglés y el español. Se me van pegando cosas como es natural, no? pero no creo que pueda evolucionar hasta ese grado de hablar húngaro.
Aranyos E.: Nada más nos falta una foto.
Embajadora: Pues cuando tú quieras nos tomamos la foto contigo.
Aranyos E.: ¿Si?
Embajadora: Ok.

Cónsul: Listo. Es un húngaro. Es el cincuenta aniversario. El cincuenta aniversario de su vida artística (habla del jazzista húngaro Vic Vogel)
Embajadora: Ahora que tiene un nombre que no parece húngaro.
Cónsul: Sí, pero es húngaro.
Aranyos E.: Para nada.
Cónsul: Pero él cambió.... el Vic ese es un cambio para un nombre artístico que él hizo.
Aranyos E.: El Volger ya parece más húngaro, porque en alemán significa pájaro.
Embajadora: ¿Si?
Aranyos E.: Si, el pájaro.
Cónsul: Vic estuvo dos años aquí estudiando. Cuando el cambio de sistema se fue.